La actividad laboral y profesional de hoy, y que es posible prever por los próximos años, estará directamente relacionada con las características empresarias locales y globales en fusiones, adquisiciones, cambio de rubros, nuevos accionistas locales e internacionales, reestructuraciones, búsqueda de eficiencia a través de utilización de más tecnología y menos mano de obra, etc. Esto lleva a que las personas estén influenciadas y presionadas por estas realidades.
El empleo, el desempleo, el subempleo, la generación de micro/mini empresarios, el cambio de tareas, el reemplazo de funciones, etc. son temas cotidianos que ejercen sobre el dirigente de empresas presiones que, sumadas a las propias del negocio o área de actividad a la que se dedica, generan un estrés extra que se debe tratar de gerenciar.
Dentro de este contexto, las necesidades del management se estructuran en cuatro grupos:
· Necesidades afectivas:
Como resultado de lo expuesto anteriormente, la relación familiar es fuertemente impactada. Más tiempo para el trabajo, menos para la familia. Este enunciado no es nuevo, lo que sí es novedoso es la condición de incertidumbre, consecuencia de las condiciones laborales descriptas.
Estas también impactan en las amistades. La vida del dirigente de empresa necesita espacios de contención afectiva donde sea tratado por lo que es como persona, y no por el cargo que ocupa. Es decir que el círculo de relaciones afectivas está amenazado.
· Necesidades morales:
La implementación de los conceptos de los conceptos de la Doctrina Social de la Iglesia se torna dificultosa. Para poder mantener la visión de la tarea del dirigente de empresa bajo estos conceptos, es necesario recurrir a las bases morales y éticas más frecuentemente. Discutirlos, intercambiar experiencias, vivirlos.
· Necesidades espirituales:
Para poder sobrellevar este desafío de ser dirigentes de empresa bajo las condiciones laborales descriptas, las afectivas mencionadas y el mantenimiento de los valores morales y éticos, será necesario un soporte adecuado, constante, que permita además crecer espiritualmente.
La actividad laboral y profesional de hoy, y que es posible prever por los próximos años, estará directamente relacionada con las características empresarias locales y globales en fusiones, adquisiciones, cambio de rubros, nuevos accionistas locales e internacionales, reestructuraciones, búsqueda de eficiencia a través de utilización de más tecnología y menos mano de obra, etc. Esto lleva a que las personas estén influenciadas y presionadas por estas realidades.
El empleo, el desempleo, el subempleo, la generación de micro/mini empresarios, el cambio de tareas, el reemplazo de funciones, etc. son temas cotidianos que ejercen sobre el dirigente de empresas presiones que, sumadas a las propias del negocio o área de actividad a la que se dedica, generan un estrés extra que se debe tratar de gerenciar.
Dentro de este contexto, las necesidades del management se estructuran en cuatro grupos:
· Necesidades afectivas:
Como resultado de lo expuesto anteriormente, la relación familiar es fuertemente impactada. Más tiempo para el trabajo, menos para la familia. Este enunciado no es nuevo, lo que sí es novedoso es la condición de incertidumbre, consecuencia de las condiciones laborales descriptas.
Estas también impactan en las amistades. La vida del dirigente de empresa necesita espacios de contención afectiva donde sea tratado por lo que es como persona, y no por el cargo que ocupa. Es decir que el círculo de relaciones afectivas está amenazado.
· Necesidades morales:
La implementación de los conceptos de los conceptos de la Doctrina Social de la Iglesia se torna dificultosa. Para poder mantener la visión de la tarea del dirigente de empresa bajo estos conceptos, es necesario recurrir a las bases morales y éticas más frecuentemente. Discutirlos, intercambiar experiencias, vivirlos.
· Necesidades espirituales:
Para poder sobrellevar este desafío de ser dirigentes de empresa bajo las condiciones laborales descriptas, las afectivas mencionadas y el mantenimiento de los valores morales y éticos, será necesario un soporte adecuado, constante, que permita además crecer espiritualmente.
