<p>Según los responsables del estudio realizado en Dinamarca la testosterona – o su presencia en demasiada cantidad — parece tener la capacidad de cegar a los hombres frente a las opiniones o puntos de vista de los demás y los lleva a tratar de imponer sus propias decisiones y soluciones.</p>
<p>Otra de las conclusiones de la investigación es que a mayor producción de esa hormona, que es la que determina la masculinización del cerebro de los varones en su etapa de gestación, menor es el instinto desarrollado por los humanos hacia la cooperación mutua.</p>
<p>El estudio fue utilizado por la consultora danesa Innovisor para analizar los efectos de la testosterona en el ámbito labora. Constató que las mujeres están mucho más dispuestas a cooperar con personas del mismo sexo <br />
A partir de esto, entonces, y ante la pregunta de si a las empresas no les convendría aumentar la contratación de mujeres en aquellos sectores donde la cooperación es fundamental, los expertos prefieren optar por buscar un equilibrio en el que se combine esa cualidad con calidad.</p>
<p>Otra conclusión interesante señala que tanto hombres como mujeres son 40% más propensos a colaborar con otras personas de su mismo género.</p>
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Las mujeres son más colaboradoras
Según una nueva investigación, parece que la testosterona es la responsable de que los hombres sean más egocéntricos y prepotentes en el trabajo.