<p>Hoy todo el mundo se desespera por los juegos. Los marketineros, entusiasmados por el éxito de los juegos sociales y las aplicaciones con premios, ven en los juegos la posibilidad de lograr la tan ansiada lealtad de los consumidores. <br />
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En los juegos todo parece disfrutable y su atractivo refuerza la conducta que se busca lograr en los consumidores: el deseo de comprar. Pero la diversión puede ser un concepto resbaloso. Decir que algo con mecánica de juego es un juego no quiere decir que necesariamente vaya a ser divertido: el buen diseño es lo que hace divertido a un juego. <br />
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Para quienes trabajan en la intersección del juego y del marketing, es una buena noticia ver tanto entusiasmo alrededor del valor y la eficacia de los juegos. Cada vez con más frecuencia se recurre al juego como herramienta para la comunicación, educación y marketing. <br />
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La generación que se está haciendo adulta y está moldeando el mundo del comercio, las comunicaciones y la innovación es la primera en haber crecido con juegos como una parte importante de la vida de todo el mundo. Las plataformas sociales, la tecnología móvil y las consolas de juegos han hecho jugar a todo el mundo. El juego es ahora parte de nuestra vida, desde el jardín de infantes hasta el geriátrico. <br />
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No sorprende por eso que los marketineros se vieron fascinados ante el poder de los juegos. Son activos, son sociales, son un desafío para el cerebro y acarician el ego. Es la herramienta ideal para las marcas. Pero atención. Hay que que saber qué hacen bien y qué no. <br />
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No son la solución para todos los problemas como prometen algunos y tal vez, dice Curran, no sea conveniente tener en el mundo un “estrato de juegos”. Pero las posibilidades de la aplicación de juegos y la mecánica del juego son innegables. Los juegos han ayudado a la gente a llevar una vida más saludable, a aprender mejor, a realizar actividades durante más tiempo y, también, a comprar con más lealtad. <br />
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El término “jueguificación” parecería que transforma todas las experiencias – en página web o en aplicación — en algo más divertido y exitoso. Pero el juego es mucho más complejo que eso. No hay una solución genérica. Diseñarlos es un desafío de adaptación a cada público y a cada contexto. En este momento, los juegos son populares y la mayoría de los marketineros quieren participar. Pero puede haber grandes fracasos, y los va a haber. Las empresas inteligentes reconocerán y aceptarán la “jueguificación” como parte integral de nuestra cultura, que es real y no se va a ir. A la gente le gusta divertirse y los juegos son divertidos, pero sólo si se los hace bien. <br />
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Las marcas se entusiasman con los juegos
En el mundo de hoy se juega desde el jardín de infantes hasta el geriátrico. La sociedad entera se ha puesto a jugar. Los marketineros, fascinados, lo ven como una herramienta para lograr la ansiada lealtad. Steve Curran, fundador y director creativo de Pod Digital Design, dice que el juego no es para todos.