<p>El de los jefes agresivos es un problema persistente en muchas empresas no solamente de Estados Unidos. Los jefes mandones y gritones que abusan verbalmente de sus subordinados motivaron un estudio encarado conjuntamente por dos universidades, la Universidad de Berkeley y la de Southern California, que titularon “<em>When the Boss Fees Inadequate: Power, Incompetence and Aggression”</em>. Según las conclusiones de los psicólogos investigadores, hay una relación directa entre la percepción de la propia incapacidad para desempeñar un cargo directivo y la falta de respeto hacia los subordinados.</p>
<p>El estudio refuta la interpretación que de lo mismo se hacía hasta ahora, que a los jefes abusivos los mueve la ambición y la necesidad de aferrarse al poder; demuestra, en cambio, que son justamente las inseguridades de quien tiene el poder las que llevan al desquite con subordinados.</p>
<p>“La incompetencia sola no lleva a la agresión. Resulta de la combinación entre el poder que da un cargo directivo y el temor de no estar a la altura de sus exigencias. Eso genera el deseo de desquitarse con los demás”, explica Serena Chen, profesora asociada de sicología en la Universidad de Berkeley y coautora del estudio.</p>
<p>Pero, según las conclusiones, esos comportamientos están demasiado arraigados en la cultura de trabajo norteamericana y son percibidos como algo normal, como muestran las cifras: solo uno de cada diez encuestados es consciente de que el comportamiento que experimentó se llama intimidación.</p>
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La agresividad muchas veces esconde incapacidad
Nuevamente los estudios realizados más o menos en forma científica corroboran lo que ya se suponía, aunque sin pruebas. Esta vez es que un ejecutivo intimida para esconder su incapacidad. Sentir que no son suficientemente buenos para el puesto que ocupan los lleva a desquitarse con los subordinados