<p>A un año de celebrar con bombos y platillos los 100 años del MBA, la Harvard Business School publicó un estudio donde cuestionaba su rol en la crisis empresarial y económica. Poco después, la <em>Harvard Business Review </em>dio comienzo a un debate online titulado “<em>How to Fix Business Schools</em>”.<br />
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Harvard no es la única en atravesar esa “noche oscura del alma”. Son muchas las escuelas de negocios que hoy reconocen –al menos tácitamente – que algo se ha quebrado en el mundo de loa educación gerencial. Una reunión reciente del organismo que acredita a las escuelas de negocios en Estados Unidos – la AACSB–, fue descripta por un participante como una sesión de terapia para decanos.<br />
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Las opiniones sobre la responsabilidad de las escuelas en la hecatombe económica oscilan entre ambos extremos, como también las recetas para recuperar la confianza de empresas y estudiantes.<br />
Richard Cosier, presidente del directorio de la AACSB y decano de Krannert School (Purdue University) representa un extremo del espectro. El dice que la avaricia personal y las prácticas no éticas de préstamo fueron la causa del problema, no las escuelas de negocios. Decir que las escuelas no deberían enseñar complejos modelos financieros es equivocado, dice. “Eso es como decir que uno no puede enseñar química porque usted puede hacer explotar cosas. La gente toma sus propias decisiones”. Otros son más prudentes. Santiago Iniguez, decano de IE Business School en España, habla por muchos cuando dice: “No aceptar parte de la responsabilidad sería como decir que no somos parte del juego”.<br />
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Mientras algunos creen que las escuelas pueden seguir como si nada, otras han introducido nuevas materias o materias revisadas. Harvard, tradicionalmente lenta para reaccionar, ha sido una de las primeras esta vez, junto con el Insead, en lanzar programas ejecutivos sin título para cubrir los nuevos aspectos que ahora enfrentan las empresas. La mayoría están reconsiderando los temas del riesgo y los modelos financieros en sus carreras.<br />
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¿Es suficiente?<br />
Según Garth Saloner (Stanford) cree que, además del contenido, también tiene que cambiar la pedagogía. Instaló en su escuela un sistema en el cual los alumnos estudian en pequeños grupos tutoriales para discutir los temas. Se propone equiparlos para pensar críticamente sobre los temas en cuestión.<br />
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Otros creen que el problema es más profundo y sistémico. Dipak Jain, decano saliente de la escuela Kellogg (Northwestern University) dice que los único 10 a 15 años de crecimiento económico tuvieron su costo. Los estudiantes se concentraron más en ganar que en aprender. Deben corregirse los salarios de los MBA”.<br />
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Peter Tufano, profesor de finanzas en Harvard, dice que el método de estudio de casos y su papel en desarrollar estudiantes arrogantes, fue una de las preocupaciones planteadas por la facultad cuando harvard comenzó sus meses de examen de conciencia. <br />
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Lo cierto es que hasta los más inconmovible en Harvard deben horrorizarse por el número de graduados de esa casa que fueron figuras clave en el desenvolvimiento de la crisis: Hank Paulson, ex secretario del Tesoro, Christopher Cox, ex presidente de la Securities and Exchange Commission, Stan O’Neal y John Tahin, los dos últimos jefes de Merrill Lynch y en Europa Andy Hornby, ex director ejecutivo de HBOS.<br />
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Muchos piensan que lo que hace falta es un cambio drástico.<br />
Henry Mintzberg, profesor de management en Canadá y Francia, cree que la educación ya no se está creando en Estados Unidos sino en Europa. En Estados Unidos crean pavos reales, que no van a cambiar voluntariamente.</p>
<p><em>Las promesas de los egresados</em></p>
<p>Los estudiantes que terminan su master en administración de empresas en Harvard firman un juramento que les exige crear valor con “responsabilidad y ética”, una idea de Maxwell Anderson, quien espera que lo firme la mitad de la camada de 900 alumnos que se gradúa en este mes.<br />
“Es lomo los votos del matrimonio. Uno los toma, no quiere decir que no va a traicionarlos, pero todavía, como sociedada, creemos en el poder de esos votos”.</p>
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Es hora de reinventar el MBA
Las escuelas de negocios atraviesan una etapa de examen de conciencia. La crisis económica que estalló el año pasado las inundó de un sentimiento de culpa que a veces se manifiesta verbalmente. Pero no coinciden en el grado de responsabilidad que asumen ni en la forma que proponen para salir de este estado.