El dilema de Adidas

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Durante los juegos olímpicos del año que viene 18 equipos irán vestidos de Adidas. Pero muchos atletas podrían quedar descalificados si se prueba que usan un nuevo esteroide antes indetectable. ¿Quedará la marca pegada al escándalo?

El ganador del campeonato mundial de atletismo de este año en París
fue el caribeño Kim Collins, de St Kitts-Nevis. Corrió los 100 metros
llanos calzado en un par de Adidas negras modelo retro.

Adidas-Salomon, la fábrica alemana de calzado deportivo famosa por su
logo de tres rayas, vistió a Collins de pies a cabeza. Ahora que sus
ventas en Estados Unidos se han desplomado irremisiblemente ante el incremento
de la competencia, la decana del calzado deportivo aprovecha la popularidad
del estilo retro para zapatos de correr haciendo hincapié en sus 83 años
dedicados al atletismo.

En los juegos olímpicos de Atenas el año próximo Adidas
será sponsor de 18 equipos nacionales y el objetivo, dice Mike Riel,
director de marketing global, es posicionarse como la marca olímpica.

Ahora bien. El atletismo en este momento está inmerso en lo que podría
convertirse en el peor escándalo de su historia. Se ha descubierto un
nuevo esteroide – antes indetectable – llamado tetrahidrogestinona, aparentemente
utilizado por cientos de los principales atletas del mundo, que podrían
quedar finalmente excluidos de los juegos de Atenas.

Si el escándalo llegara a ensombrecer los Juegos, ¿no tocará
también a Adidas en su carácter de Gran Auspiciante? Éste
es el dilema que deberá resolver en breve el área de marketing
global. ¿Cómo aprovechar sus antiguas credenciales con el atletismo
en un momento en que se cuestiona la honestidad del deporte? ¿Podrá
usar a los mejores atletas del mundo para publicitar sus productos cuando es
posible que esas figuras sean sancionadas por uso de drogas? Afortunadamente
no parece haber una correlación directa entre uso de esteroides y venta
de zapatillas.

Por otro lado, Adidas se propone aprovechar el renacimiento de la moda retro
en calzado para basket y tenis que se está produciendo en Europa. Aspira
a que Sport Heritage, la división retro y una de sus tres grandes categorías,
reciba por lo menos la tercera parte de todas las ganancias en los próximos
10 años.

El ganador del campeonato mundial de atletismo de este año en París
fue el caribeño Kim Collins, de St Kitts-Nevis. Corrió los 100 metros
llanos calzado en un par de Adidas negras modelo retro.

Adidas-Salomon, la fábrica alemana de calzado deportivo famosa por su
logo de tres rayas, vistió a Collins de pies a cabeza. Ahora que sus
ventas en Estados Unidos se han desplomado irremisiblemente ante el incremento
de la competencia, la decana del calzado deportivo aprovecha la popularidad
del estilo retro para zapatos de correr haciendo hincapié en sus 83 años
dedicados al atletismo.

En los juegos olímpicos de Atenas el año próximo Adidas
será sponsor de 18 equipos nacionales y el objetivo, dice Mike Riel,
director de marketing global, es posicionarse como la marca olímpica.

Ahora bien. El atletismo en este momento está inmerso en lo que podría
convertirse en el peor escándalo de su historia. Se ha descubierto un
nuevo esteroide – antes indetectable – llamado tetrahidrogestinona, aparentemente
utilizado por cientos de los principales atletas del mundo, que podrían
quedar finalmente excluidos de los juegos de Atenas.

Si el escándalo llegara a ensombrecer los Juegos, ¿no tocará
también a Adidas en su carácter de Gran Auspiciante? Éste
es el dilema que deberá resolver en breve el área de marketing
global. ¿Cómo aprovechar sus antiguas credenciales con el atletismo
en un momento en que se cuestiona la honestidad del deporte? ¿Podrá
usar a los mejores atletas del mundo para publicitar sus productos cuando es
posible que esas figuras sean sancionadas por uso de drogas? Afortunadamente
no parece haber una correlación directa entre uso de esteroides y venta
de zapatillas.

Por otro lado, Adidas se propone aprovechar el renacimiento de la moda retro
en calzado para basket y tenis que se está produciendo en Europa. Aspira
a que Sport Heritage, la división retro y una de sus tres grandes categorías,
reciba por lo menos la tercera parte de todas las ganancias en los próximos
10 años.

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