Como ocurre con el precio de los pasajes aéreos, las tarifas de los hoteles
están subiendo, en coincidencia con la recuperación que empieza
a manifestarse luego de la fenomenal caída que tuvieron a continuación
de los ataques del 11 de septiembre de 2001,
Según Smith Travel Research, la ocupación de habitaciones aumentó
significativamente en el tercer trimestre de 2003 comparado con el mismo período
del año anterior. En 2002 las tarifas hoteleras tocaban su piso en décadas.
Los aumentos de este año fueron más notables en los hoteles de
lujo que en los de nivel medio y económico.
La demanda de hoteles y centros vacacionales de lujo es considerada un reflejo
del poder adquisitivo de los baby boomers, que son actualmente los que
dominan el gasto en viajes. También refleja la marcada internacionalización
del negocio de los viajes.
Hyatt International, por ejemplo, luego de un reciente expansión de
sus hoteles cinco estrellas en Tokio, Hongkong y París, ha programado
para este otoño boreal una agresiva campaña de construcción
de hoteles de lujo en China continental, donde espera tener hasta 24 propiedades
en los próximos diez años. La cadena también se está
expandiendo hacia el Oriente Medio.
Mientras los operadores norteamericanos de hoteles de lujo –Hyatt, Four Seasons,
Marriott (dueño de la marca Ritz-Carlton) y otros – plantan sus banderas
en el extranjero, los operadores extranjeros de hoteles cinco estrellas como
el Sofitel, Shangri-La, Le Méridien, Mandarín Oriental y península
están abriendo propiedades de todos los niveles en Estados Unidos.
La competencia, ya bastante dura, se va a intensificar. Hasta los hoteles locales
de nivel medio, que están recortando sus costos laborales para evitar
subir las tarifas de sus habitaciones, hacen agregados y modificaciones atractivas.
Hoy las antiguas habitaciones espaciosas y suites se consiguen por lo que antes
eran tarifas comunes. Servicio de Internet, alta calidad en las camas y gimnasios
también entran en la tarifa estándar de muchas cadenas de nivel
medio.
Como ocurre con el precio de los pasajes aéreos, las tarifas de los hoteles
están subiendo, en coincidencia con la recuperación que empieza
a manifestarse luego de la fenomenal caída que tuvieron a continuación
de los ataques del 11 de septiembre de 2001,
Según Smith Travel Research, la ocupación de habitaciones aumentó
significativamente en el tercer trimestre de 2003 comparado con el mismo período
del año anterior. En 2002 las tarifas hoteleras tocaban su piso en décadas.
Los aumentos de este año fueron más notables en los hoteles de
lujo que en los de nivel medio y económico.
La demanda de hoteles y centros vacacionales de lujo es considerada un reflejo
del poder adquisitivo de los baby boomers, que son actualmente los que
dominan el gasto en viajes. También refleja la marcada internacionalización
del negocio de los viajes.
Hyatt International, por ejemplo, luego de un reciente expansión de
sus hoteles cinco estrellas en Tokio, Hongkong y París, ha programado
para este otoño boreal una agresiva campaña de construcción
de hoteles de lujo en China continental, donde espera tener hasta 24 propiedades
en los próximos diez años. La cadena también se está
expandiendo hacia el Oriente Medio.
Mientras los operadores norteamericanos de hoteles de lujo –Hyatt, Four Seasons,
Marriott (dueño de la marca Ritz-Carlton) y otros – plantan sus banderas
en el extranjero, los operadores extranjeros de hoteles cinco estrellas como
el Sofitel, Shangri-La, Le Méridien, Mandarín Oriental y península
están abriendo propiedades de todos los niveles en Estados Unidos.
La competencia, ya bastante dura, se va a intensificar. Hasta los hoteles locales
de nivel medio, que están recortando sus costos laborales para evitar
subir las tarifas de sus habitaciones, hacen agregados y modificaciones atractivas.
Hoy las antiguas habitaciones espaciosas y suites se consiguen por lo que antes
eran tarifas comunes. Servicio de Internet, alta calidad en las camas y gimnasios
también entran en la tarifa estándar de muchas cadenas de nivel
medio.