Para poder adaptarse rápidamente a la cultura de la nueva empresa es preciso documentarse. Informarse sobre la organización, sobre sus datos económicos a través de la documentación existente y de los contactos personales.
El primero es un período en el cual las cosas no salen siempre bien. Cuando eso ocurre, hay que dar muestras de humildad, no agobiarse y reconocer abiertamente la falta de experiencia en el lugar. En ese momento no se debe nunca rechazar ayuda externa ni tener miedo de solicitar información complementaria.
A la hora de hablar, los expertos recomiendan sonreír, observar y ser prudente.
Tampoco es raro encontrarse con la hostilidad de algún compañero que sienta la nueva presencia como un rival más contra quien competir para posible y futuros ascensos. No estará de más, entonces, averiguar si alguna otra persona del plantel ambicionaba ese nuevo cargo. En otros casos la nueva presencia puede suponer un cambio en la organización de la empresa. Aunque acaben siendo aceptadas, las nuevas ideas suelen ser recibidas, cuando menos, con escepticismo, y puede que hasta con rechazo.
Aciertos
Felipe Uría, presidente de ArcoCreade (España) , plantea los siguientes consejos para que la incorporación a un nuevo puesto de trabajo se realice con el mínimo de problemas posibles. Ésta no es una lista cerrada, puede ampliarse según el tipo de empresa.
1. Comunicación. Establece una buena línea comunicación con tus superiores, compañeros y subordinados.
2. Ritmo. No trates de autoimponerte un ritmo excesivamente rápido y precipitado en el plan de trabajo.
3. Respeta las normas de la empresa. Observa cuidadosamente los modos y costumbres habituales en la nueva empresa.
4. Documéntate. Intenta conocer el mayor número de detalles sobre aspectos relacionados con tu nueva empresa (historia, accionariado, productos, clientes, etcétera).
5. Observa a tus compañeros. Conoce a tus nuevos jefes, compañeros o subordinados, e identifica las eventuales resistencias.
6. Pide ayuda. No dudes en pedir ayuda sin considerar el puesto ni la responsabilidad del destinatario de la petición.
Torpezas
Toma nota y no caigas en los fallos que ya han cometido otros profesionales. Aunque depende del sector y la empresa a la que te incorporas, los errores más frecuentes que se suelen cometer en estos cien primeros días son:
1. Ignorar dónde está. Es un error no informarse de la idiosincrasia de la empresa en la que te acabas de incorporar.
2. No establecer vínculos personales. Hay quien se limita a realizar su trabajo, sin repara en la importancia de las relaciones personales
3. Como un elefante en una bazar. Si fuerzas mucho la máquina, puede que cometas errores graves, Sobre todo, porque todavía no conoces bien el terreno que pisas.
4. Comentarios insidiosos, No menosprecies a tu anterior empresa. Podrían pensar que harás 1o mismo cuando abandones tu actual compañía.
5. Arrogancia. Acepta la ayuda inicial que te puedan prestar tus compañeros. Tampoco debes buscar una notoriedad excesiva.
6. Ruptura. No es inteligente desechar lo existente hasta ese momento en la empresa, sólo porque no lo hemos aportado nosotros.
Para poder adaptarse rápidamente a la cultura de la nueva empresa es preciso documentarse. Informarse sobre la organización, sobre sus datos económicos a través de la documentación existente y de los contactos personales.
El primero es un período en el cual las cosas no salen siempre bien. Cuando eso ocurre, hay que dar muestras de humildad, no agobiarse y reconocer abiertamente la falta de experiencia en el lugar. En ese momento no se debe nunca rechazar ayuda externa ni tener miedo de solicitar información complementaria.
A la hora de hablar, los expertos recomiendan sonreír, observar y ser prudente.
Tampoco es raro encontrarse con la hostilidad de algún compañero que sienta la nueva presencia como un rival más contra quien competir para posible y futuros ascensos. No estará de más, entonces, averiguar si alguna otra persona del plantel ambicionaba ese nuevo cargo. En otros casos la nueva presencia puede suponer un cambio en la organización de la empresa. Aunque acaben siendo aceptadas, las nuevas ideas suelen ser recibidas, cuando menos, con escepticismo, y puede que hasta con rechazo.
Aciertos
Felipe Uría, presidente de ArcoCreade (España) , plantea los siguientes consejos para que la incorporación a un nuevo puesto de trabajo se realice con el mínimo de problemas posibles. Ésta no es una lista cerrada, puede ampliarse según el tipo de empresa.
1. Comunicación. Establece una buena línea comunicación con tus superiores, compañeros y subordinados.
2. Ritmo. No trates de autoimponerte un ritmo excesivamente rápido y precipitado en el plan de trabajo.
3. Respeta las normas de la empresa. Observa cuidadosamente los modos y costumbres habituales en la nueva empresa.
4. Documéntate. Intenta conocer el mayor número de detalles sobre aspectos relacionados con tu nueva empresa (historia, accionariado, productos, clientes, etcétera).
5. Observa a tus compañeros. Conoce a tus nuevos jefes, compañeros o subordinados, e identifica las eventuales resistencias.
6. Pide ayuda. No dudes en pedir ayuda sin considerar el puesto ni la responsabilidad del destinatario de la petición.
Torpezas
Toma nota y no caigas en los fallos que ya han cometido otros profesionales. Aunque depende del sector y la empresa a la que te incorporas, los errores más frecuentes que se suelen cometer en estos cien primeros días son:
1. Ignorar dónde está. Es un error no informarse de la idiosincrasia de la empresa en la que te acabas de incorporar.
2. No establecer vínculos personales. Hay quien se limita a realizar su trabajo, sin repara en la importancia de las relaciones personales
3. Como un elefante en una bazar. Si fuerzas mucho la máquina, puede que cometas errores graves, Sobre todo, porque todavía no conoces bien el terreno que pisas.
4. Comentarios insidiosos, No menosprecies a tu anterior empresa. Podrían pensar que harás 1o mismo cuando abandones tu actual compañía.
5. Arrogancia. Acepta la ayuda inicial que te puedan prestar tus compañeros. Tampoco debes buscar una notoriedad excesiva.
6. Ruptura. No es inteligente desechar lo existente hasta ese momento en la empresa, sólo porque no lo hemos aportado nosotros.