Dice el dicho que que no sólo hay que ser, también hay que parecer. Y la vida corporativa tiene sus propios códigos, donde las apariencias importan, donde “los de corbata” ascienden y donde, para llegar a ser un ejecutivo, primero hay que “parecer” un ejecutivo. Jeff Haden es escritor y conferencista, pero además es una estrella de la red social Linked In -un influencer-, cuyos contenidos sobre la vida profesional han sido leídos por más de 25 millones de personas. Recientemente comentó, en esa misma red, sobre cómo la apariencia puede condicionar una carrera. Su anécdota personal era simple: en una época en la que trabajaba en una fábrica, un gerente le preguntó qué esperaba del futuro. Su respuesta era que esperaba ascender a supervisor y, eventualmente, a gerente. “Para ser supervisor, deberías empezar por lucir como un supervisor”, le dijo el jefe. A partir de ese momento, abandonó sus jeans rotos y sus remeras de rock -su look más rebelde- en pos de un estilo más austero. “Si no te ´ven´ como supervisor, no van a considerarte siquiera para el puesto”, le diría aquel gerente en su charla iniciática. Pero en nuestros país el ministro de economía Axel Kicillof es famoso por el enemigo público número uno de las corbatas. Y nadie puede negar que ha llegado lejos en su carrera. ¿Qué hay que hacer entonces?
Por norma general, son mejores los colores conservadores en algún tono azul o gris. Usar un color negro puede resultar demasiado serio. Si lo usas, asegúrate de llevar otro color cerca de tu cara para suavizar la imagen. Es preferible usar camisas que camisetas. Si la situación lo requiere, lleva corbata. No uses sandalias, chanclas o calzado por el estilo. Es demasiado informal. Evita cargarte de joyería innecesaria: no uses más de dos anillos en cada mano o un pendiente por oreja. Si optas por llevar las piernas desnudas, usa medias, aunque haga calor. Las medias pueden ser de color neutral, o de algún color que combine con tus zapatos. En resumen, sobriedad. Pero también puede que conozcasla cultura de la empresa y su código de vestuario: si tenes la suerte de conocer a alguien que trabaje ahí, pregúntale directamente cómo suelen vestir en la empresa.
¿Entonces es mejor tratar de amoldarse?
Desafortunadamente, es lo más probable. Las personas encargadas de hacer contrataciones y ascensos son personas –y la gente tiende a estar sesgada hacia lo cómodo y familiar. Las personas suelen contratar y promover personas que se parecen mucho a ellas mismos. No hay que olvidarque contratar o ascender a alguien que se amolda, aunque solo sea en el vestir y conducta, hace que un alto porcentaje de las personas que toman esas decisiones sientan que están asumiendo un poco menos de riesgo.