El papel de los directores de sustentabilidad finalmente se vuelve más estratégico para el negocio. Tiene sus raíces en la responsabilidad social corporativa (RSE) y en objetivos tales como “mostrar a las empresas como ciudadanos corporativos responsables”.
(Iniciativas como reciclaje, reducción de residuos, consumo de energía respetuoso con el medio ambiente y programas de voluntariado para empleados). Prácticamente no había conexión entre la RSE y la estrategia, la asignación de capital o el modelo de negocio de una empresa.
Este enfoque explica un reciente informe de la consultora Trendsity, se alinea con la formulación de estrategias corporativas más amplias, ya que ayuda a las organizaciones a centrarse en lo que más importa para la creación de valor a largo plazo.
Por ejemplo, una empresa de alimentos que obtiene alimentos orgánicos de lugares remotos puede generar más emisiones de carbono que si obtuviera alimentos localmente, de esta manera, los líderes en estos roles deben ser capaces de dar respuesta a estos planteos, a estas conversaciones. En otros casos, las empresas digitales pueden preferir hablar de sus centros de datos de energía renovable más que del impacto de sus productos en la salud mental. Todos estos son enfoques que los directores de sustentabilidad abordan para ayudar a generar los cambios necesarios conforme cambian las necesidades del entorno.
Pasar el enfoque de la responsabilidad social corporativa a la creación de valor sustentable y firme requiere líderes dispuestos a dar debates más rigurosos sobre los conflictos que existen entre los intereses de las partes y entre las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza. En definitiva, el nuevo enfoque de su rol puede ayudar a las organizaciones a centrarse en lo que más importa para la creación de valor para la Humanidad, y esto es parte de la estrategia.