Cinco grandes grupos de influencia

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Según Trends, la newsletter editada por John Naisbitt, las chances de hacer más y mejores negocios reside en las características de cinco grupos demográficos. Hoy: la tercera edad.

Viejos: diseño universal

En los próximos años se hará historia cuando los viejos se conviertan en el grupo de población dominante. Este enorme cambio demográfico – una tendencia global, pero especialmente pronunciada en Estados Unidos, Japón y Europa occidental – es el timbre del despertador para las empresas que siempre han diseñado sus productos para cuerpos jóvenes. (Y eso va para la mayoría de las empresas).

Que la población envejezca no significa que haya que vender audífonos o Buicks para triunfar. Pero, a menos que se atienda exclusivamente a los jóvenes, seguramente significa que debe repensar el diseño de los productos para que puedan ser usados por gente de todas las edades y capacidades. Por gente con visión 20-20 y musculatura turgente y por aquellos con visión disminuída, artritis, dolores de espalda, rodillas débiles, codo de tenista y otras cicatrices de la vida moderna.

Es cierto que la vejez hoy no es lo que era antes. Muchos de los viejos actuales son más ricos, educados y cultos que cualquier generación anterior. También están mejor de salud: las tasas de discapacitación entre los mayores están bajando a medida que la gente fuma menos, hace más ejercicio y generalmente se cuida más. Y ahora que los baby boomers más viejos ya están en sus cincuenta y poquitos, la gigantesca tercera edad del futuro será más saludable y más autosuficiente que nunca.

Lo cual no quiere decir que todavía puedan bailar el boogie como si tuvieran 25. Hasta bien entrado el siglo 21, las empresas harán muy bien si diseñan productos que den a los viejos lo que más temen perder: su independencia. Cadillacs y Buicks, con su amplitud, sus asientos cómodos y todo automático, siempre han sido los favoritos de la tercera edad. ¿Pero el Lexus y el Corvette? El primero proyecta sacar un sedan que alterne transmisión automática y manual; los botones para cambiar de marcha estarán a ambos lados del volante. El segundo fue rediseñado totalmente para facilitar la acción de entrar y salir del auto, entre muchas otras cosas.

Compañías como Mature Mart y el ProMatura Group ayudan a las empresas a lograr que sus productos sean más fáciles de usar por la gente de edad. Envases fáciles de abrir, por ejemplo. Los “hogares sin barreras” tienen gabinetes de altura regulable, pasillos muy anchos para las sillas de ruedas e interruptores de luz iluminados para las incursiones nocturnas al baño. Varios diseñadores de moda están creando ropa atractiva que va bien a mujeres con osteoporosis, que disimula bien las panzas grandes y que no obliga a luchar con botoncitos.

Pero esos ejemplos son los menos. La gran mayoría de los diseñadores (junto con los marketineros y otros) siguen imaginando que su público está en lo mejor de su juventud.

Viejos: diseño universal

En los próximos años se hará historia cuando los viejos se conviertan en el grupo de población dominante. Este enorme cambio demográfico – una tendencia global, pero especialmente pronunciada en Estados Unidos, Japón y Europa occidental – es el timbre del despertador para las empresas que siempre han diseñado sus productos para cuerpos jóvenes. (Y eso va para la mayoría de las empresas).

Que la población envejezca no significa que haya que vender audífonos o Buicks para triunfar. Pero, a menos que se atienda exclusivamente a los jóvenes, seguramente significa que debe repensar el diseño de los productos para que puedan ser usados por gente de todas las edades y capacidades. Por gente con visión 20-20 y musculatura turgente y por aquellos con visión disminuída, artritis, dolores de espalda, rodillas débiles, codo de tenista y otras cicatrices de la vida moderna.

Es cierto que la vejez hoy no es lo que era antes. Muchos de los viejos actuales son más ricos, educados y cultos que cualquier generación anterior. También están mejor de salud: las tasas de discapacitación entre los mayores están bajando a medida que la gente fuma menos, hace más ejercicio y generalmente se cuida más. Y ahora que los baby boomers más viejos ya están en sus cincuenta y poquitos, la gigantesca tercera edad del futuro será más saludable y más autosuficiente que nunca.

Lo cual no quiere decir que todavía puedan bailar el boogie como si tuvieran 25. Hasta bien entrado el siglo 21, las empresas harán muy bien si diseñan productos que den a los viejos lo que más temen perder: su independencia. Cadillacs y Buicks, con su amplitud, sus asientos cómodos y todo automático, siempre han sido los favoritos de la tercera edad. ¿Pero el Lexus y el Corvette? El primero proyecta sacar un sedan que alterne transmisión automática y manual; los botones para cambiar de marcha estarán a ambos lados del volante. El segundo fue rediseñado totalmente para facilitar la acción de entrar y salir del auto, entre muchas otras cosas.

Compañías como Mature Mart y el ProMatura Group ayudan a las empresas a lograr que sus productos sean más fáciles de usar por la gente de edad. Envases fáciles de abrir, por ejemplo. Los “hogares sin barreras” tienen gabinetes de altura regulable, pasillos muy anchos para las sillas de ruedas e interruptores de luz iluminados para las incursiones nocturnas al baño. Varios diseñadores de moda están creando ropa atractiva que va bien a mujeres con osteoporosis, que disimula bien las panzas grandes y que no obliga a luchar con botoncitos.

Pero esos ejemplos son los menos. La gran mayoría de los diseñadores (junto con los marketineros y otros) siguen imaginando que su público está en lo mejor de su juventud.

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