Brecha millonaria entre demanda laboral y talento

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La incompatibilidad entre el talento de los profesionales y las habilidades requeridas cuesta US$ 150 mil millones a la economía global, según el sondeo que encargó LinkedIn a PwC.

Según el sondeo realizado en base a los 277 millones de miembros de la red social y la información de empleadores de la base de datos Saratoga de PwC*, los 11 países analizados pueden sufrir pérdidas por US$ 130 mil millones en productividad por no contar con el personal adecuado para los puestos de trabajo.

 

Estos datos y los que se presentan a continuación se desprenden del estudio Adapt to Survive, encargado por LinkedIn a PwC.

 

“Los Ceos del mundo están preocupados por la creciente brecha de habilidades y la dificultad para ocupar posiciones clave dentro de las empresas”, señaló Florencia Deverill, Managing director de PwC Argentina.

 

“Será fundamental la capacidad de los empleadores para identificar las fuentes de talento” agregó.

 

“Los países se diferencian cada vez más por su capital humano,” afirmó Dan Shapero, vicepresidente de Perspectivas y Soluciones en materia de Talentos de LinkedIn.

 

“Hasta ahora ha sido un desafío para ellos evaluar las destrezas, conocimientos y experiencia de sus fuerzas laborales debido a la escasez de datos profesionales. Esperamos que los países potencien las perspectivas puestas de manifiesto en el estudio para maximizar la eficacia de su capital humano y crear más oportunidades para sus empleados.”

 

Los países que cuentan con una fuerza laboral capaz de adaptarse a las habilidades requeridas por las empresas son más eficaces y productivos que aquellos cuyos talentos no responden a esas demandas, como consecuencia de lo cual la brecha que se genera entre las capacidades de los trabajadores y lo que se demanda para los puestos de trabajo le cuesta alrededor de US$ 150 mil millones a la economía global.

 

Por su parte, en los países donde la brecha entre el talento de los profesionales y las demandas de las empresas es mayor se generan pérdidas por US$19.8 mil millones como resultado del aumento de los costos de reclutamiento, dado que son procesos más extensos y los candidatos elegidos no perduran en sus puestos.

 

El estudio demostró que hay dos factores esenciales para incrementar la adaptabilidad y disminuir esa brecha.

 

En primer lugar, la habilidad de los empleadores de observar de manera diferente las fuentes de talento, investigando nuevas geografías y sectores e invirtiendo en sus empleados existentes.

 

Y, en segundo lugar, se requiere de individuos deseosos y preparados para abocarse al cambio y aplicar sus habilidades en algo nuevo.

 

Así, PwC creó un ranking de adaptabilidad del talento, que evalúa la capacidad que tienen los países de alinear el talento con la oportunidad y responder a los cambios futuros en la demanda.

 

Se basa en cinco factores de conducta clave: el número de veces que los profesionales rotan de industria, la cantidad de puestos diferentes ocupados durante la carrera de un profesional, la cantidad de promociones internas, el número de empleadores que un profesional ha tenido y la cantidad de vacantes abiertas divididas por la población de dicho mercado.

 

En el tope del ranking se posicionaron los Países Bajos, debido a su fuerza laboral multilingüe y su base comercial internacional, seguido de Gran Bretaña y Canadá. Los mercados emergentes de India y China se ubicaron en los escalones más bajos debido a la existencia de sectores menos maduros y a su tamaño geográfico, que limita la movilidad de los talentos.

 

Países con mejor desempeño, como Alemania, obtuvieron una calificación menor que la esperada, en parte porque, si bien es una economía especializada que funciona bien, esto hace que sea menos capaz de responder a los cambios estructurales.

 

Cada país debe buscar desde la educación cuáles son aquellas habilidades con mayor demanda y cuáles son los trabajos emergentes en el mercado laboral global, y adaptar la currícula para que los estudiantes estén capacitados con aquellas habilidades para cuando culmine su educación.

 

Por su parte, los gobiernos deben desempeñar un rol activo a la hora de formar una mentalidad nacional que valore, nutra y premie la adaptabilidad. Deberán hacer uso de elementos de influencia como las leyes laborales y de inmigración, así como también delinear de manera proactiva los sistemas de educación y capacitación.

 

 

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