Hasta ahora, las grandes empresas norteamericanas vienen delegando en empresas de otros países (<em>offshore</em>) sectores de la actividad como procesos de negocios o desarrollo de aplicaciones. La delegación del mantenimiento de la infraestructura tecnológica, sin embargo, era hasta ahora una actividad un tanto relegada. Un estudio realizado por la consultora McKinsey revela que las empresas ya han comenzado a sondear a grupos fuera de sus fronteras para el monitoreo, mantenimiento y soporte de su infraestructura tecnológica. La investigación revela que las posibilidades de manejar desde lejos servidores y otras máquinas de TI están todavía muy desaprovechadas. Los cambios que se están produciendo en el paisaje empresarial podrían desatar una corrida repentina por adoptar esta metodología.
<p><br />
Las ventajas de la administración remota de infraestructura tecnológica pueden ser considerables, dice el estudio. Las 50 empresas de la lista de Fortune, con presupuestos de US$ 2.000 millones, pueden ahorrar hasta US$ 500 millones en infraestructura tecnológica, fundamentalmente por ahorro de sueldos. Sin embargo, también hay riesgos. Si se produce alguna alteración en los sistemas centrales de TI durante el desarrollo normal de las operaciones, la consecuencia podría ser un enorme costo financiero y de seguridad, con posible pérdida de datos y la interrupción de las operaciones. Otras preocupaciones incluyen problemas regulatorios, como la posibilidad de dar a terceros acceso inadvertido a registros médicos confidenciales, o de provocar fraude financiero o robo de propiedad intelectual cuando los vendedores del servicio logran total acceso a los sistemas de la empresa. </p>
<p>No obstante lo cual, un cambio en las actitudes de la gente confirma que hay mucha posibilidad de crecimiento en las actividades del sector. </p>
Administración remota de la infraestructura tecnológica
¿Por qué no poner la administración del sistema informático también en manos de empresas extranjeras? Parece que muchas empresas comienzan a advertir las posibilidades de enormes ahorros, sobre todo en sueldos.