Zara, la más ágil de todas

En los últimos 20 años, el crecimiento de sus ventas anuales fue varias veces superior a 10%.

10 diciembre, 2019

La cadena de suministro súper rápida de Zara puede llevar productos del diseño hasta la venta en apenas 4 a 6 semanas. Desarrolla 24.000 productos por año. Eso le permite hacer ajustes rápido en diseño y producción y lanzar productos según las tendencias y las demandas de los consumidores.

 

La clave de la rápida innovación de la cadena está en su súper agilidad y la forma en que reconfiguró la cadena de suministro tradicional. En lugar de comenzar dejando que sean los diseñadores los que toman las grandes decisiones de diseño, para después producir y entregar productos a las tiendas esperando que coincidan con la demanda, Zara cambió la secuencia. Comienza mirando las señales del mercado: qué cosas se venden en las tiendas y en las exposiciones. Esa información se la pasa a los diseñadores, que entonces diseñan en consecuencia, antes de tomar decisiones de producción.

 

Esta cadena de suministro ágil exige innovación de extremo a extremo. En un extremo el proceso de diseño usa el principio de posponer, o punto tardío de diferenciación. A diferencia de sus rivales, Zara no tiene jefe de diseño. Cientos de diseñadores actúan de una manera descentralizada siguiendo las señales del mercado para modelar sus productos. Se crea entonces una especie de diseño esqueleto que se usa para comenzar a conseguir los materiales pero ese diseño no se termina hasta mucho después. Solo cuando llega la última información del mercado es que los diseñadores fijan los detalles usando los materiales encargados o que tienen a disposición.

 

Los últimos compromisos con los materiales se demoran hasta que no dispongan de las últimas y mejores señales del mercado.

 

Esa agilidad en la oferta también requiere una manufactura de respuesta rápida. Durante mucho tiempo Zara dependió de fabricantes contratistas — que en su mayoría trabajaban exclusivamente para la marca – en La Coruña, conde tiene sus oficinas centrales. Los contratistas eran flexibles y podían producir en tandas pequeñas. Pero a medida que Zara creció en el extranjero también expandió su base de fabricación. Ahora tiene una estrategia de “respuesta dual”. Tiene bases de bajo costo en Asia que hacen estilos básicos y bases de mayor costo pero rápidas en España, Portugal y Marruecos. Allí se producen estilos de alta moda con demanda impredecible.

 

Los centros de distribución que tiene en La Coruña y Zaragoza tienen sistemas automatizados de última generación combinados con el más sofisticado de los softwares.

 

Las tiendas son el otro extremo de la cadena ágil de suministro. Los gerentes registran las preguntas que hacen los clientes sobre productos que no tienen. El re-aprovisionamiento de las tiendas es frecuente y preciso.

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