Una diferente visión de valor

Las empresas siguen viendo creación de valor desde su propia perspectiva. La aparición de Internet, sin embargo, las obliga a definir “valor” desde el extremo de los consumidores, porque ahora son ellos quienes tienen el poder.

21 mayo, 2002

Internet está obligando a las empresas a cambiar de idea sobre creación
de valor y a dar más importancia a las experiencias de los consumidores.

En la gran mayoría de los casos, los gerentes están tan preocupados
con lograr eficiencia operativa que se olvidan de pensar en valor en términos
de la experiencia de los consumidores. Es que el cambio resulta difícil.
Las empresas siempre han controlado las actividades relacionadas con la creación
de lo que venden. Es su visión de valor la que vale. Al consumidor siempre
se le había presentado el producto o servicio como valioso y se le explicaba
por qué.

Ahora los consumidores están en condiciones de cuestionar esa lógica
de creación de valor. Internet ha creado una cultura centrada en las
necesidades del público que consume. Es abierta, es interactiva, es rápida
y es individual. Con la Red la influencia de los consumidores en la creación
de valor nunca fue tan enorme.
Allí está el gran desafío de hoy para las empresas: venderle
a un mercado que ha dejado de ser pasivo frente a lo que ellas crean.

Hoy los mercados son foros que definen valor según la forma en que ellos
lo conciben – como una experiencia – y empujan a las empresas para que lo conciban
de la misma forma.

La nueva definición de creación de valor se basa en pasar del
producto a la experiencia. Esto debe entenderse como " la experiencia que
el producto (o servicio) le depara al consumidor durante el proceso de uso.

Internet está obligando a las empresas a cambiar de idea sobre creación
de valor y a dar más importancia a las experiencias de los consumidores.

En la gran mayoría de los casos, los gerentes están tan preocupados
con lograr eficiencia operativa que se olvidan de pensar en valor en términos
de la experiencia de los consumidores. Es que el cambio resulta difícil.
Las empresas siempre han controlado las actividades relacionadas con la creación
de lo que venden. Es su visión de valor la que vale. Al consumidor siempre
se le había presentado el producto o servicio como valioso y se le explicaba
por qué.

Ahora los consumidores están en condiciones de cuestionar esa lógica
de creación de valor. Internet ha creado una cultura centrada en las
necesidades del público que consume. Es abierta, es interactiva, es rápida
y es individual. Con la Red la influencia de los consumidores en la creación
de valor nunca fue tan enorme.
Allí está el gran desafío de hoy para las empresas: venderle
a un mercado que ha dejado de ser pasivo frente a lo que ellas crean.

Hoy los mercados son foros que definen valor según la forma en que ellos
lo conciben – como una experiencia – y empujan a las empresas para que lo conciban
de la misma forma.

La nueva definición de creación de valor se basa en pasar del
producto a la experiencia. Esto debe entenderse como " la experiencia que
el producto (o servicio) le depara al consumidor durante el proceso de uso.

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