Un argumento en defensa de las marcas

A raíz de la fuerte crítica al poder de las marcas -- cuya máxima expresión fue el libro "No-Logo",de Naomi Klein, numerosos analistas se dedicaron a estudiar la naturaleza y, más precisamente

6 julio, 2002

Uno de esos argumentos dice que las marcas aparecieron en la sociedad cono
una forma de proteger a los consumidores contra el peligro de comprar mala calidad.
En los días pre-industriales, cuando la gente vivía en pequeños
poblados donde todos se conocían, se sabía exactamente qué
ingredientes usba el pastelero y cuáles eran los carniceros confiables.

Las grandes ciudades terminaron con eso. La marca apareció como una
garantía de seguridad y confiabilidad. Sus dueños tenían
un poderoso incentivo para asegurar que cada torta era exactamente igual a la
anterior, y lo usaban para convencer a la gente a volver a comprar a comprar
su producto.

Hoy, la dependencia que tienen las marcas exitosas de la confianza y de la
calidad consistente es todavía más grande. Las marcas son las
herramientas con las cuales las empresas buscan conseguir y retener la lealtad
de los consumidores. Por eso destinan enormes sumas de dinero a la publicidad
y al marketing. Con buena publicidad y marketing las marcas pueden darse el
lujo de subir precios y hasta dificultar la entrada al mercado de recién
llegadas.

Pero también eso tiene un límite. Los gustos de la gente cambian
con el tiempo, y marcas que fueron famosas durante muchos años se pierden
en el olvido.

Entonces, la marca es una moneda con dos caras. De un lado es fuerte e importante.
del otro es vulnerable. Las empresas deben estar permanentemente conscientes
de esa vulnerabilidad y cuidar todos los aspectos que puedan perfilarse como
posibles peligros para la continuidad del prestigio de sus marcas.

Uno de esos argumentos dice que las marcas aparecieron en la sociedad cono
una forma de proteger a los consumidores contra el peligro de comprar mala calidad.
En los días pre-industriales, cuando la gente vivía en pequeños
poblados donde todos se conocían, se sabía exactamente qué
ingredientes usba el pastelero y cuáles eran los carniceros confiables.

Las grandes ciudades terminaron con eso. La marca apareció como una
garantía de seguridad y confiabilidad. Sus dueños tenían
un poderoso incentivo para asegurar que cada torta era exactamente igual a la
anterior, y lo usaban para convencer a la gente a volver a comprar a comprar
su producto.

Hoy, la dependencia que tienen las marcas exitosas de la confianza y de la
calidad consistente es todavía más grande. Las marcas son las
herramientas con las cuales las empresas buscan conseguir y retener la lealtad
de los consumidores. Por eso destinan enormes sumas de dinero a la publicidad
y al marketing. Con buena publicidad y marketing las marcas pueden darse el
lujo de subir precios y hasta dificultar la entrada al mercado de recién
llegadas.

Pero también eso tiene un límite. Los gustos de la gente cambian
con el tiempo, y marcas que fueron famosas durante muchos años se pierden
en el olvido.

Entonces, la marca es una moneda con dos caras. De un lado es fuerte e importante.
del otro es vulnerable. Las empresas deben estar permanentemente conscientes
de esa vulnerabilidad y cuidar todos los aspectos que puedan perfilarse como
posibles peligros para la continuidad del prestigio de sus marcas.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades