Tiempos difíciles para Dan Akerson

El CEO de General Motors no ha podido redireccionar la compañía en una nueva estrategia; las críticas llueven de todos lados.

21 agosto, 2012

<p>Dan Akerson no est&aacute; pasando su mejor momento. Ante las cr&iacute;ticas de que a General Motors le va &ldquo;de mal en peor&rdquo;, el CEO se ha defendido bastante mal. Dicen que su incapacidad para redirigir la empresa en el medio de una crisis ha llevado a GM a un callej&oacute;n sin salida.</p>
<p>M&aacute;s all&aacute; de sus dificultades reales, tambi&eacute;n es la suerte quien no lo ha acompa&ntilde;ado. Cuando recientemente se quej&oacute; ante otros ejecutivos de que empleados estaban filtrando informaci&oacute;n a la prensa &ndash; y pidi&oacute; que por favor se mantuviesen leales, alejados de la traici&oacute;n- ese reclamo lleg&oacute; a los medios r&aacute;pidamente, justificando su preocupaci&oacute;n. Tambi&eacute;n del lado medi&aacute;tico, la noticia de que el socio europeo de GM, Peugeot, cerrar&aacute; plantas en Francia para ocupar una f&aacute;brica vac&iacute;a en Alemania inici&oacute; una ola de protestas para proteger el trabajo franc&eacute;s. Desde GM y Peugeot negaron sus planes y se lo atribuyeron a especulaciones y rumores.</p>
<p>Cuando Akerson trata de hacer las cosas bien, sin embargo, raramente encuentra un lugar en los medios. La semana pasada compr&oacute; 25.000 acciones a US$ 20,35, usando su propio dinero, para demostrar su fe en el rumbo de la empresa. La noticia feliz fue opacada por la renuncia de Joel Ewanick, en medio de esc&aacute;ndalos por violaci&oacute;n de pol&iacute;ticas corporativas.</p>
<p>Las renuncias repentinas se han convertido en un s&iacute;mbolo de la gerencia Akerson. Tambi&eacute;n renunci&oacute; Dave Lyon que se har&iacute;a cargo de Opel, aunque los motivos no trascendieron. Entre algunas de las tareas de Lyon, de haber asumido, estaba el dise&ntilde;o del Chevrolet Volt, la apuesta hibrida de la empresa. Los ascensos y despidos en GM siempre fueron discrecionales por lo que Akerson no sale bien parado de esta situaci&oacute;n tampoco: hay quienes lo creen un poco tir&aacute;nico.</p>
<p>En Europa, las cosas no mejoran. La partida de Karl-Friedrich Stracke, luego de un a&ntilde;o de haber asumido como cabeza de Opel, trajo problemas para la divisi&oacute;n de GM en el viejo continente: siguen perdiendo millones de d&oacute;lares por semana en un mercado cada vez m&aacute;s reducido. Hoy en manos de Steve Girsky, su estrategia no parece dar muchos resultados: deben cerrar plantas y su alianza con Peugeot, la segunda automotriz m&aacute;s d&eacute;bil de Europa, tampoco convence a los inversionistas y analistas que esperan una pronta salida de GM de ese contrato.</p>
<p>La alianza con Peugeot no es el &uacute;nico mal trago de Akerson. La decisi&oacute;n, en 1996, de separar su divisi&oacute;n de tecnolog&iacute;a, EDS, b&aacute;sicamente los obliga a tercerizar sus necesidades en ese sector. Para el CEO de GM, fue una de las peores decisiones que ha hecho la empresa en los &uacute;ltimos 30 a&ntilde;os porque su antiguo sistema operativo no puede ponerse al d&iacute;a con las nuevas demandas en dise&ntilde;o e ingenier&iacute;a.</p>
<p>Lo que Akerson realmente necesita es un auto que sea &eacute;xito en ventas y que ayude a aumentar el inter&eacute;s en tecnolog&iacute;a para transformar a GM en l&iacute;der de segmento, como BMW o Apple.</p>
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