Tecnologías destructoras

Cuanto más rápido y complicado es un sistema de computación, más rápido puede fallar. ¿La razón? Entre la empresa y el cliente no hay nada más que una computadora.

16 febrero, 2000

La tecnología de información puede acelerar todo lo que se hace. Pero también -al decir de James Champy, uno de los padres de la reingeniería- puede destruir rápidamente a una empresa. Una cantidad de dispositivos espectaculares se encargan de corroborar este punto, y dieron al término aplicaciones asesinas un significado completamente distinto.

Por ejemplo: Snap-on Inc. cerró cinco plantas de fabricación, despidió a 1.000 operarios y pasó a incobrables US$ 50 millones en pérdidas por ventas cuando se atascó un nuevo sistema de computación que impidió a los poseedores de las franquicias realizar sus pedidos.

FoxMeyer Health Corp. quebró luego de pagarle a Andersen Consulting US$ 30 millones por un nuevo sistema SAP. Los síndicos de la quiebra de FoxMeyer aducen que el nuevo sistema manejaba solamente 10.000 órdenes por día, comparado con las 420.000 que procesaba el viejo mainframe de Unisys. (Los síndicos solicitaron a Andersen una compensación por daños de US$ 500 millones).

Los complicados sistemas IT de Planes de Salud de Oxford no pudieron recuperar millones de dólares de sus costos por servicios médicos y como resultado, la empresa perdió US$ 300 millones. Los ejecutivos se fueron y sus acciones que antes estaban en alza ahora cayeron un 75%.

HomeRuns, un servicio de entrega de comestibles online que tiene dos años de vida en Boston dejó de operar durante seis semanas por una “falla en la construcción” que literalmente aplastó el sistema de computadoras en el depósito donde la subsidiaria de Hannaford Brothers Co. tomaba sus órdenes.

Cuanto más rápido y complicado es su sistema de computación, más rápido puede fallar. ¿La razón? Entre la empresa y el cliente no hay nada más que una computadora. Sean centros, sistemas de reservas, sistemas de pedido on line, todos están a un par de impulsos de distancia del desastre electrónico, sin olvidarme de las intranets en las empresas ni del intercambio electrónico de datos que unen a proveedores y socios.

Para precaverse de estas contingencias, he aquí algunas sugerencias:
Redundancia: quizá se necesite que los procesos paralelos -nuevos y viejos- funcionen juntos durante un tiempo para asegurarse que los nuevos sistemas tienen la capacidad para manejar su negocio.

Gestión de riesgo: básicamente, esto significa contar con un plan de contingencia en caso de fallas de computación.

Modelación de software: Las herramientas basadas en el software puede utilizarse para comprobar posibles escenarios.

Priorizar: ¿Cuáles son las mínimas funciones que deben permanecer funcionando? En el caso de un hospital, por supuesto, esas funciones tienen que ser los sistemas de emergencia y los quirófanos.

Idoneidad: cuando un sistema falla, no siempre es la tecnología la que falla. Quizá algo en la gestión ha fracasado.

Un mal funcionamiento en un satélite PanAmSat interrumpió los servicios de buscadores de llamada, televisión y enlace de datos de cientos de millones de norteamericanos. Afortunadamente, el carrier tenía un programa de backup. Pero al día siguiente el tráfico fue derivado a un dispositivo en una órbita cercana. Para quienes dependían de sus pagers la experiencia fue frustrante, pero gracias a un plan de contingencia sus negocios sobrevivieron un día más.

La tecnología de información puede acelerar todo lo que se hace. Pero también -al decir de James Champy, uno de los padres de la reingeniería- puede destruir rápidamente a una empresa. Una cantidad de dispositivos espectaculares se encargan de corroborar este punto, y dieron al término aplicaciones asesinas un significado completamente distinto.

Por ejemplo: Snap-on Inc. cerró cinco plantas de fabricación, despidió a 1.000 operarios y pasó a incobrables US$ 50 millones en pérdidas por ventas cuando se atascó un nuevo sistema de computación que impidió a los poseedores de las franquicias realizar sus pedidos.

FoxMeyer Health Corp. quebró luego de pagarle a Andersen Consulting US$ 30 millones por un nuevo sistema SAP. Los síndicos de la quiebra de FoxMeyer aducen que el nuevo sistema manejaba solamente 10.000 órdenes por día, comparado con las 420.000 que procesaba el viejo mainframe de Unisys. (Los síndicos solicitaron a Andersen una compensación por daños de US$ 500 millones).

Los complicados sistemas IT de Planes de Salud de Oxford no pudieron recuperar millones de dólares de sus costos por servicios médicos y como resultado, la empresa perdió US$ 300 millones. Los ejecutivos se fueron y sus acciones que antes estaban en alza ahora cayeron un 75%.

HomeRuns, un servicio de entrega de comestibles online que tiene dos años de vida en Boston dejó de operar durante seis semanas por una “falla en la construcción” que literalmente aplastó el sistema de computadoras en el depósito donde la subsidiaria de Hannaford Brothers Co. tomaba sus órdenes.

Cuanto más rápido y complicado es su sistema de computación, más rápido puede fallar. ¿La razón? Entre la empresa y el cliente no hay nada más que una computadora. Sean centros, sistemas de reservas, sistemas de pedido on line, todos están a un par de impulsos de distancia del desastre electrónico, sin olvidarme de las intranets en las empresas ni del intercambio electrónico de datos que unen a proveedores y socios.

Para precaverse de estas contingencias, he aquí algunas sugerencias:
Redundancia: quizá se necesite que los procesos paralelos -nuevos y viejos- funcionen juntos durante un tiempo para asegurarse que los nuevos sistemas tienen la capacidad para manejar su negocio.

Gestión de riesgo: básicamente, esto significa contar con un plan de contingencia en caso de fallas de computación.

Modelación de software: Las herramientas basadas en el software puede utilizarse para comprobar posibles escenarios.

Priorizar: ¿Cuáles son las mínimas funciones que deben permanecer funcionando? En el caso de un hospital, por supuesto, esas funciones tienen que ser los sistemas de emergencia y los quirófanos.

Idoneidad: cuando un sistema falla, no siempre es la tecnología la que falla. Quizá algo en la gestión ha fracasado.

Un mal funcionamiento en un satélite PanAmSat interrumpió los servicios de buscadores de llamada, televisión y enlace de datos de cientos de millones de norteamericanos. Afortunadamente, el carrier tenía un programa de backup. Pero al día siguiente el tráfico fue derivado a un dispositivo en una órbita cercana. Para quienes dependían de sus pagers la experiencia fue frustrante, pero gracias a un plan de contingencia sus negocios sobrevivieron un día más.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades