Sistemas y Marketing deben acercarse

Los dos departamentos, el de marketing y el de informática siempre anduvieron por caminos que sólo se cruzaban en la cena de fin de año. Ahora, gracias a la Web, deben abandonar sus recelos y disponerse a trabajar en equipo.

12 marzo, 2001

En el comienzo fue la gente de Sistemas la que descubrió la Internet. Ellos descubrieron lo fácil que era crear un sitio Web… y lo hicieron. Luego la gente de Marketing descubrió la World Wide Web y se escandalizó de que hasta ese momento hubiese sido la gente de informática la responsable del aspecto que presentaban los sitios que las compañías mostraban a sus clientes y al mundo. Reaccionaron adueñándose del control de la creación del sitio Web y proclamando a los cuatro vientos que eran ellos los más indicados para hacerlo.

Pero pronto aprendieron que un sitio Web, para que fuera atractivo y útil, debía ser algo más que un simple folleto online. El marketing necesitaba la ayuda de la gente de tecnología para hacer que el sitio fuera un medio interactivo. En la mayoría de las empresas, eso dio paso a una nueva era.

Los dos departamentos, el de marketing y el de sistemas siempre siguieron caminos que sólo se cruzaban en la cena de fin de año. Ahora, gracias a la Web, marketing e informática trabajan casi juntos.

Todos ya aprendieron bastante, pero para aprovechar verdaderamente la ventaja de la Web, la gente de marketing debe comprender algunas cosas sobre la tecnología y el proceso de desarrollo de un sitio Web. Un sitio Web es algo asombrosamente fácil de crear. Un poquito de HTML hace milagros, y cualquiera que tenga un adolescente en la casa sabe que un sitio Web puede armarse en un par de horas. Pero en cuanto alguien aspira a la interactividad la magia desaparece, porque la teoría que sostiene a un buen sitio Web va de la mano de conocimientos de programación de software. Si un marketinero quiere un sitio a prueba de balas, que recoja adecuadamente la información, sirva dinámicamente páginas personalizadas, y no sólo atraiga visitantes sino que los haga volver, eso es algo que sólo podrá hacer con ayuda de los informáticos.

Pensemos en el departamento de sistemas informáticos como en los albañiles que construyen una casa. Por un lado están los arquitectos, los supervisores, albañiles que hacen la mezcla, los cimientos, las paredes, ponen puertas y ventanas, y también electricistas y plomeros. Por el otro lado está el dueño, que tiene una idea de cuántas habitaciones quiere y dónde las quiere, y además quiere ocuparse de la decoración de los interiores. La coordinación de todas esas tareas lleva su buen tiempo y mucha habilidad comunicacional. Si el electricista trabaja antes que el plomero habrá problemas. Y lo mismo ocurre con la Web. Hay procedimientos específicos para la forma en que cada contenido nuevo es alojado en el server. Respetar esos procedimientos es de vital importancia para el éxito de cada proyecto.

Como los albañiles, debemos hacer dibujos arquitectónicos y trabajar a partir de ellos. Si no hemos hecho un buen análisis de la tierra, la estructura resultante no respetará los códigos y la gente que viva en esa casa tendrá problemas. Para que la relación de trabajo entre ambos grupos de personas (marketing-informática) sea cada día mejor, todos deberán dejar atrás sus preconceptos y prepararse para el trabajo en equipo.

Para ser competitivos en este mundo electrónico, debemos encontrar mejores y más veloces formas de comunicarnos con el público. El departamento de sistemas encontrará las formas y los medios para que el resto de la organización tenga la información y la habilidad que necesita para usar la Web con eficacia. Además, necesitamos que la Web dé cosas que las técnicas tradicionales de marketing no pueden dar. Hacen falta cifras precisas: número de visitas (al sitio), número de personas que miran la página, sesiones, pases, trayectoria de navegación, material bajado; o sea todo aquello que nos diga si estamos haciendo una buena tarea.

American Demographics

En el comienzo fue la gente de Sistemas la que descubrió la Internet. Ellos descubrieron lo fácil que era crear un sitio Web… y lo hicieron. Luego la gente de Marketing descubrió la World Wide Web y se escandalizó de que hasta ese momento hubiese sido la gente de informática la responsable del aspecto que presentaban los sitios que las compañías mostraban a sus clientes y al mundo. Reaccionaron adueñándose del control de la creación del sitio Web y proclamando a los cuatro vientos que eran ellos los más indicados para hacerlo.

Pero pronto aprendieron que un sitio Web, para que fuera atractivo y útil, debía ser algo más que un simple folleto online. El marketing necesitaba la ayuda de la gente de tecnología para hacer que el sitio fuera un medio interactivo. En la mayoría de las empresas, eso dio paso a una nueva era.

Los dos departamentos, el de marketing y el de sistemas siempre siguieron caminos que sólo se cruzaban en la cena de fin de año. Ahora, gracias a la Web, marketing e informática trabajan casi juntos.

Todos ya aprendieron bastante, pero para aprovechar verdaderamente la ventaja de la Web, la gente de marketing debe comprender algunas cosas sobre la tecnología y el proceso de desarrollo de un sitio Web. Un sitio Web es algo asombrosamente fácil de crear. Un poquito de HTML hace milagros, y cualquiera que tenga un adolescente en la casa sabe que un sitio Web puede armarse en un par de horas. Pero en cuanto alguien aspira a la interactividad la magia desaparece, porque la teoría que sostiene a un buen sitio Web va de la mano de conocimientos de programación de software. Si un marketinero quiere un sitio a prueba de balas, que recoja adecuadamente la información, sirva dinámicamente páginas personalizadas, y no sólo atraiga visitantes sino que los haga volver, eso es algo que sólo podrá hacer con ayuda de los informáticos.

Pensemos en el departamento de sistemas informáticos como en los albañiles que construyen una casa. Por un lado están los arquitectos, los supervisores, albañiles que hacen la mezcla, los cimientos, las paredes, ponen puertas y ventanas, y también electricistas y plomeros. Por el otro lado está el dueño, que tiene una idea de cuántas habitaciones quiere y dónde las quiere, y además quiere ocuparse de la decoración de los interiores. La coordinación de todas esas tareas lleva su buen tiempo y mucha habilidad comunicacional. Si el electricista trabaja antes que el plomero habrá problemas. Y lo mismo ocurre con la Web. Hay procedimientos específicos para la forma en que cada contenido nuevo es alojado en el server. Respetar esos procedimientos es de vital importancia para el éxito de cada proyecto.

Como los albañiles, debemos hacer dibujos arquitectónicos y trabajar a partir de ellos. Si no hemos hecho un buen análisis de la tierra, la estructura resultante no respetará los códigos y la gente que viva en esa casa tendrá problemas. Para que la relación de trabajo entre ambos grupos de personas (marketing-informática) sea cada día mejor, todos deberán dejar atrás sus preconceptos y prepararse para el trabajo en equipo.

Para ser competitivos en este mundo electrónico, debemos encontrar mejores y más veloces formas de comunicarnos con el público. El departamento de sistemas encontrará las formas y los medios para que el resto de la organización tenga la información y la habilidad que necesita para usar la Web con eficacia. Además, necesitamos que la Web dé cosas que las técnicas tradicionales de marketing no pueden dar. Hacen falta cifras precisas: número de visitas (al sitio), número de personas que miran la página, sesiones, pases, trayectoria de navegación, material bajado; o sea todo aquello que nos diga si estamos haciendo una buena tarea.

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