Sin la Kryptonita, Superman no podría ser un super héroe
Superman no sería Superman si no tuviera también una debilidad: la kryptonita. El cristal verdoso es el único elemento del universo capaz de robarle todas sus fuerzas. Pero es también la kryptonita lo que lo convierte en el superhéroe por excelencia.
Por Paula de Caro (*)
Un ser humano que, superando su debilidad, se hace fuerte. En estos días, todos somos un poco “super”. Estamos en todas partes al mismo tiempo: respondemos mensajes mientras atendemos llamadas; participamos en reuniones mientras le preparamos el almuerzo a nuestros hijos; paseamos a nuestras mascotas mientras conversamos con nuestro jefe; los fines de semana, aprovechamos para liquidar los mails acumulados mientras miramos la película prometida con nuestra pareja; y, en el supermercado, esperamos en la cola para pagar mientras armamos un draft de la presentación para la semana próxima.
Los nuevos formatos de trabajo redefinen la zona de influencia de nuestras organizaciones. Como líderes estamos llamados a acompañar a nuestros equipos a transitar la tensión que genera este cambio. El remedio es tan simple como antiguo.
Como nunca antes, el ámbito profesional se entremezcla con lo más íntimo de nuestra vida privada. En el afán de cumplir con los roles que ambos mundos nos exigen, nos condenamos a vivir en un estado mental de superproducción constante; asimilando y procesando 24 x 7.
El resultado: cansancio, desapego y eso que la neurociencia define como “saturación cognitiva” que, en el peor de los casos, nos puede llevar a una ansiedad crónica o una depresión. En definitiva, la saturación cognitiva no es otra cosa que la kryptonita del ser humano. Y hoy está más cerca nuestro que nunca.
(*) Socia de OLIVIA y especialista en Cultura Organizacional
