Robar ideas es más fácil que nunca

Si bien se dispusieron leyes de derecho de autor y patentes para proteger ideas originales, ¿qué pasa con las personas o empresas que ofrecen información que no les pertenece?

26 diciembre, 2000

Todos comprenden las problemáticas sobre la privacidad que encierra Internet. Todos saben que si el número de una cuenta bancaria o de la tarjeta de crédito o cierta información sobre los ingresos, e incluso nombres y direcciones, caen en las manos equivocadas, el resultado podría ser desastroso.

En realidad, el robo de identidad es uno de los crímenes que crece con mayor rapidez, pero también es uno de los más difíciles de medir, dado que este tipo de robo resulta virtualmente imposible de rastrear.

Ahora bien, ¿qué pasa con la privacidad de la información? Es decir: ideas, conceptos o un modelo de negocio.

Si bien se dispusieron leyes de derecho de autor y patentes para proteger ideas originales, y así evitar que otra persona robe o saque provecho de estas ideas, ¿qué pasa con las personas o empresas que ofrecen información que no les pertenece?

¿O con aquellas empresas que reúnen información de varias fuentes, la organizan con cierta utilidad y la ponen a disposición de otras personas? ¿Acaso son culpables de no cumplir con los derechos de autor?

Los tribunales todavía no han resuelto este tema, pero están trabajando en eso. En última instancia, habrá que promulgar nuevas protecciones legales.

Aquí se detallan algunos ejemplos a tener en cuenta:

• Collegiate Media Management of Santa Clara, California, paga a los estudiantes de todo el país que forman parte de la institución para que cuelguen sus apuntes on line y así otros estudiantes pueden acceder a esta información y formar grupos de estudio virtuales, sin costo alguno.

La empresa se beneficia con la publicidad. Participan alrededor de 1.000 estudiantes en 228 universidades.

Otros dos sitios web ofrecen los mismos servicios. Profesores y docentes de todo el país están en contra de este servicio y algunos han amenazado con iniciar juicio.

El punto en cuestión es: ¿a quién pertenecen los apuntes? ¿A los profesores o a los alumnos?

Los profesores argumentan que les pertenecen a ellos, ya que las presentaciones de clase son originales, creativas y, por ende, obedecen al criterio de protección de los derechos de autor. Las empresas virtuales sostienen que los apuntes les pertenecen a los alumnos porque ellos interpretan la información, no la copian.

• MySimon, empresa de programas de compras o robots de primera generación, entabló una demanda contra Priceman.com por no respetar los derechos de autor.

MySimon busca los mejores precios de compra en distintos sitios comerciales, compara precios y proporciona una lista de comparación a los usuarios.

Priceman.com aprovecha esa información, la incorpora a datos similares que reúnen otros robots de compras y ofrece así una lista de comparación de precios aun más completa.

MySimon sostiene que Priceman hace un uso ilegal de la información de MySimon. No obstante, MySimon reunió esa información de otros sitios. Entonces, ¿esa información realmente le pertenece a MySimon?

• Ebay demanda a AuctionWatch por un accionar bastante parecido. AuctionWatch se encarga de buscar el mejor precio de la Red en distintos remates. Ebay programó su computadora para bloquear a AuctionWatch, pero la cuestión es: ¿a quién le pertenece esa información?

Sitios como Priceman y AuctionWatch han alborotado el avispero. Tal vez Ebay y MySimon lleven todas las de perder en esta demanda por violación de derechos de autor.

espués de todo, estas empresas recopilan información de otros sitios y no agregan nada nuevo: valoración de calidad, por ejemplo.

En cierta forma, las cuatro empresas sacan partida del trabajo de otros. No obstante, construir sobre un trabajo previo es la manera en que se desarrollan la industria y la innovación.

Todos comprenden las problemáticas sobre la privacidad que encierra Internet. Todos saben que si el número de una cuenta bancaria o de la tarjeta de crédito o cierta información sobre los ingresos, e incluso nombres y direcciones, caen en las manos equivocadas, el resultado podría ser desastroso.

En realidad, el robo de identidad es uno de los crímenes que crece con mayor rapidez, pero también es uno de los más difíciles de medir, dado que este tipo de robo resulta virtualmente imposible de rastrear.

Ahora bien, ¿qué pasa con la privacidad de la información? Es decir: ideas, conceptos o un modelo de negocio.

Si bien se dispusieron leyes de derecho de autor y patentes para proteger ideas originales, y así evitar que otra persona robe o saque provecho de estas ideas, ¿qué pasa con las personas o empresas que ofrecen información que no les pertenece?

¿O con aquellas empresas que reúnen información de varias fuentes, la organizan con cierta utilidad y la ponen a disposición de otras personas? ¿Acaso son culpables de no cumplir con los derechos de autor?

Los tribunales todavía no han resuelto este tema, pero están trabajando en eso. En última instancia, habrá que promulgar nuevas protecciones legales.

Aquí se detallan algunos ejemplos a tener en cuenta:

• Collegiate Media Management of Santa Clara, California, paga a los estudiantes de todo el país que forman parte de la institución para que cuelguen sus apuntes on line y así otros estudiantes pueden acceder a esta información y formar grupos de estudio virtuales, sin costo alguno.

La empresa se beneficia con la publicidad. Participan alrededor de 1.000 estudiantes en 228 universidades.

Otros dos sitios web ofrecen los mismos servicios. Profesores y docentes de todo el país están en contra de este servicio y algunos han amenazado con iniciar juicio.

El punto en cuestión es: ¿a quién pertenecen los apuntes? ¿A los profesores o a los alumnos?

Los profesores argumentan que les pertenecen a ellos, ya que las presentaciones de clase son originales, creativas y, por ende, obedecen al criterio de protección de los derechos de autor. Las empresas virtuales sostienen que los apuntes les pertenecen a los alumnos porque ellos interpretan la información, no la copian.

• MySimon, empresa de programas de compras o robots de primera generación, entabló una demanda contra Priceman.com por no respetar los derechos de autor.

MySimon busca los mejores precios de compra en distintos sitios comerciales, compara precios y proporciona una lista de comparación a los usuarios.

Priceman.com aprovecha esa información, la incorpora a datos similares que reúnen otros robots de compras y ofrece así una lista de comparación de precios aun más completa.

MySimon sostiene que Priceman hace un uso ilegal de la información de MySimon. No obstante, MySimon reunió esa información de otros sitios. Entonces, ¿esa información realmente le pertenece a MySimon?

• Ebay demanda a AuctionWatch por un accionar bastante parecido. AuctionWatch se encarga de buscar el mejor precio de la Red en distintos remates. Ebay programó su computadora para bloquear a AuctionWatch, pero la cuestión es: ¿a quién le pertenece esa información?

Sitios como Priceman y AuctionWatch han alborotado el avispero. Tal vez Ebay y MySimon lleven todas las de perder en esta demanda por violación de derechos de autor.

espués de todo, estas empresas recopilan información de otros sitios y no agregan nada nuevo: valoración de calidad, por ejemplo.

En cierta forma, las cuatro empresas sacan partida del trabajo de otros. No obstante, construir sobre un trabajo previo es la manera en que se desarrollan la industria y la innovación.

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