Respuestas para empresas de familia

"Es mejor arrepentirse de haber intentado hacer algo que salió mal que arrepentirse de no haberlo intentado". Con esta idea central, el autor de este artículo transita el camino de los problemas habituales con que se enfrenta el empresario.

9 noviembre, 2001

Hay dueños de empresas de familia pequeñas, medianas y hasta grandes que se sienten paralizados por los miedos que los atacan, que no les permiten ver el camino correcto a seguir y los someten al riesgo de desaparecer del mercado. Si quien está leyendo este artículo se siente identificado con tal situación, debería saber que existe para él una buena noticia: hay una salida para cada uno de esos miedos y, sin dudas, puede ser exitoso. Sin embargo, se enfrenta también a una mala noticia: si no se arriesga no va a triunfar; puede quebrar o fracasar de cualquier forma y esto es mucho peor que todos los miedos juntos.

Las siguientes preguntas entre otras posibles nos permitirán enfocar específicamente los desafíos que enfrenta hoy el empresario cordobés a la hora de las decisiones críticas. La propuesta de este enfoque es: asumir la pregunta como propia y arriesgarse a salir de la parálisis que genera la realidad, tal cual como se dan las circunstancias, para trascenderla y empezar a encontrar soluciones. Vamos al punto:

¿Tienes que proveer a los grandes y ellos te fijan el precio y la forma de pago?

Sin dudas, te encuentras atrapado en la trampa de ellos. Hay que atravesar el miedo de quedarse sin vender el producto: se pueden abrir puntos de venta directa al público asociando gente que tenga locales, franquiciando el producto o la marca, etcétera. Posiblemente, a poco de andar, encontrarás que vendiendo a un precio más bajo o igual al de ellos tu negocio vuelve a ser rentable. El negocio de los grandes no es tu negocio, por lo tanto si eliges seguir operando con ellos, debes hacer un análisis económico financiero de cada operación. Muchas veces, los grandes se financian a través de los proveedores y a tasa cero; esto resulta un costo financiero para tu negocio. Y ello no es todo: te pueden sacar otras ventajas.

¿Tienes que competir con las multinacionales y sus precios son muy bajos?

El miedo es quedarse con el stock sin vender, atendiendo los costos fijos y variables de la empresa con el capital de trabajo, hasta que no tengas más crédito. En estos momentos puedes competir con servicios, que es lo que no ofrecen las grandes, y si personalizas ese servicio, es decir si tu empresa (sobre la cual tienes todo el poder) agrega valor al bien, seguramente vas a ser elegido por los compradores.

¿Tienes que manejar tu empresa y no te sientes capacitado?

El miedo es a que tus socios o tu competencia te superen y, como consecuencia, quedarte sin trabajo. Puedes optar por capacitarte, sin pensar en una carrera larga y costosa, para manejar profesionalmente tu negocio. La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, a través de su Secretaría de Extensión Universitaria, tiene una oferta de Cursos de difusión para no contables, sobre temas de Administración, Contabilidad y Economía que resultan muy útiles, son económicos y con horarios accesibles. La oferta de otras instituciones es muy amplia y variada en precios, profundidad y extensión.

¿Tienes un gran conocimiento de tu negocio pero no te sientes con agallas para manejar una empresa? ¿No te animas, por miedo a fracasar o porque ya experimentaste un fracaso anterior?

Debes atravesar el miedo a verte perjudicado por tercerizar todos los servicios administrativos, contables, obtención de financiamiento y otras áreas que creas conveniente. Hay empresarios que triunfan llevando a buen término su negocio, que conocen y manejan a la perfección, aprovechando su instinto y confiando en un estudio de profesionales para que se hagan cargo del resto de las áreas de la empresa.

¿Tienes que trabajar con tanta gente, aunque seas Pyme, que los costos te ahogan?

Tus miedos pasan por reducir el plantel de personal, que esta decisión haga sufrir a quienes se van y a quienes se quedan y, además, sientes temor a la desaprobación general que puede originar la medida. El tema tiene varias soluciones, lo que sí está claro es que si no produces un cambio que te permita mejorar la eficiencia de la estructura, todos van a sufrir y te van a desaprobar por tu quiebra; incluso, tú serás el primero en condenarte. Para ganar, deberás analizar y tomar todas las medidas necesarias para reducir al mínimo tu costo laboral o elegir despedir gente; determinar una política de despidos coherente con tus objetivos y motivar y capacitar al personal que quede, de modo de alcanzar eficiencia competitiva.

¿El competidor más parecido a tu compañía redujo costos de personal y otros, con lo cual mejoró márgenes, y no te animas a hacer lo propio?

Sería importante que analices cuáles son tus miedos, generalmente es bueno contactar a algún consultor confiable. Como consecuencia podrás determinar cuál es la solución profesional a tu problema y elegir el camino adecuado.

¿La carga impositiva te resulta imposible de atender? ¿Estás atrasado en impuestos y no sabes cómo pagarlos?

No poder pagar los impuestos puede surgir de un desorden administrativo, de falta de control, del miedo a ser el único que paga frente a la competencia. En general, del miedo a eficientizar los costos y llegar a ser competitivo, con los precios emocionales que ello supone. Las soluciones están a mano. Por sólo citar un ejemplo: ahora existe la posibilidad de pagar los impuestos con bonos. El punto es regularizar la situación; ello es imprescindible a efectos de seguir pagando conforme a la competitividad alcanzada. Lo adecuado es realizar una buena planificación impositiva para lograr una correcta planificación financiera El peor de los errores es regularizar para, luego, volver a caer en un incumplimiento.

¿Los costos previsionales te resultan muy elevados?

Existen modalidades de tercerización y otras maneras de contratar que reducen sensiblemente dichos costos. La cuestión es vencer el miedo al desprendimiento que sentimos si en nuestras áreas incursionan otras personas que no son empleados de la empresa.

¿Las expectativas de la economía a mediano plazo son desalentadoras?

Este miedo lo afrontan la mayoría de las empresas del país y, si miramos bien, quizá del mundo. Ante ello tienes dos únicas opciones posibles: puedes elegir desalentarte o poner proa al norte. Probablemente, tu habilidad y experiencia en el mercado sean la mejor brújula que te lleve a buen puerto. Si bien estamos en crisis, siempre aparecen nuevos negocios u oportunidades para capitalizarlas en tu beneficio.

¿Las tasas a las que te financias te resultan usurarias?

Tu miedo es exponer la verdadera situación de la empresa ante un profesional confiable y experimentado, de manera que pueda orientarte hacia la financiación más conveniente. No cometas el error de financiarte no pagando impuestos, porque si bien es un recurso muy utilizado, en el mejor de los casos (que hayas presentado la declaración jurada) la tasa es muy elevada y el Fisco te la puede reclamar.

¿Tienes un muy buen proyecto y emprenderlo te parece una locura?

Tu miedo al fracaso (y al éxito) te tiene atrapado. La única manera de saber si puedes triunfar es haciéndolo. Por supuesto que deberás tener realizado un estudio confiable de la viabilidad de ese proyecto y, antes de empezar, cruzar los dedos… Probablemente, todo saldrá bien y, si no es así, dicen que es mejor arrepentirse de haber intentado hacer algo que salió mal que arrepentirse de no haberlo intentado.

¿Tu empresa familiar es más parecida a tu familia que a la empresa que quieres tener?

Ocurre en muchas de las mejores familias. Hay veces que quieres amoldar la empresa a tu familia, con sus ventajas y desventajas, con tus hijos, nueras y yernos, hermanos y primos, muchos de los cuales no sabían que estarían ocupando el lugar en que los pusiste y tampoco quieren ese castigo para ellos, para vos, ni para el resto de la familia. Tu miedo es perder el control de tu familia y debes ver que te puede llevar a perder parte de la misma, tu empresa, tu salud y hasta tu vida. La solución está en profesionalizar la empresa, incorporar a quienes sean capaces de desenvolverse en la misma y separarla clara y definitivamente de la familia. Es bueno elegir que tus familiares queridos hereden lo poco o mucho de bienes materiales que hayas acumulado y no que, por el contrario, reciban una empresa quebrada y se sientan involucrados en problemas familiares, humanos y de salud de toda índole.

¿Tu empresa familiar no te resulta suficiente para que vivan todos los miembros de tu familia?

Tu miedo a no poder controlarlos a todos es ahogante. Deberías sentir miedo de que te acusen de castrador. No conozco ninguna ley divina que establezca que sea cierto inexorablemente lo que quieres obtener. De todas maneras, es posible que lo alcances profesionalizando la empresa y evaluando si todos tus familiares son aptos para cubrir un cargo en la misma, si quieren hacerlo y si existen tantos puestos de trabajo como personas son. Asimismo, es necesario evaluar si el volumen de la empresa alcanza a brindar fondos para que todos vivan dignamente de su trabajo en ella.

Por Alberto Scravaglieri
MERCADO Córdoba

Alberto Scravaglieri es socio de Scravaglieri & Asociados Auditores y Consultores Miembros en la Argentina de GMN International.

Hay dueños de empresas de familia pequeñas, medianas y hasta grandes que se sienten paralizados por los miedos que los atacan, que no les permiten ver el camino correcto a seguir y los someten al riesgo de desaparecer del mercado. Si quien está leyendo este artículo se siente identificado con tal situación, debería saber que existe para él una buena noticia: hay una salida para cada uno de esos miedos y, sin dudas, puede ser exitoso. Sin embargo, se enfrenta también a una mala noticia: si no se arriesga no va a triunfar; puede quebrar o fracasar de cualquier forma y esto es mucho peor que todos los miedos juntos.

Las siguientes preguntas entre otras posibles nos permitirán enfocar específicamente los desafíos que enfrenta hoy el empresario cordobés a la hora de las decisiones críticas. La propuesta de este enfoque es: asumir la pregunta como propia y arriesgarse a salir de la parálisis que genera la realidad, tal cual como se dan las circunstancias, para trascenderla y empezar a encontrar soluciones. Vamos al punto:

¿Tienes que proveer a los grandes y ellos te fijan el precio y la forma de pago?

Sin dudas, te encuentras atrapado en la trampa de ellos. Hay que atravesar el miedo de quedarse sin vender el producto: se pueden abrir puntos de venta directa al público asociando gente que tenga locales, franquiciando el producto o la marca, etcétera. Posiblemente, a poco de andar, encontrarás que vendiendo a un precio más bajo o igual al de ellos tu negocio vuelve a ser rentable. El negocio de los grandes no es tu negocio, por lo tanto si eliges seguir operando con ellos, debes hacer un análisis económico financiero de cada operación. Muchas veces, los grandes se financian a través de los proveedores y a tasa cero; esto resulta un costo financiero para tu negocio. Y ello no es todo: te pueden sacar otras ventajas.

¿Tienes que competir con las multinacionales y sus precios son muy bajos?

El miedo es quedarse con el stock sin vender, atendiendo los costos fijos y variables de la empresa con el capital de trabajo, hasta que no tengas más crédito. En estos momentos puedes competir con servicios, que es lo que no ofrecen las grandes, y si personalizas ese servicio, es decir si tu empresa (sobre la cual tienes todo el poder) agrega valor al bien, seguramente vas a ser elegido por los compradores.

¿Tienes que manejar tu empresa y no te sientes capacitado?

El miedo es a que tus socios o tu competencia te superen y, como consecuencia, quedarte sin trabajo. Puedes optar por capacitarte, sin pensar en una carrera larga y costosa, para manejar profesionalmente tu negocio. La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, a través de su Secretaría de Extensión Universitaria, tiene una oferta de Cursos de difusión para no contables, sobre temas de Administración, Contabilidad y Economía que resultan muy útiles, son económicos y con horarios accesibles. La oferta de otras instituciones es muy amplia y variada en precios, profundidad y extensión.

¿Tienes un gran conocimiento de tu negocio pero no te sientes con agallas para manejar una empresa? ¿No te animas, por miedo a fracasar o porque ya experimentaste un fracaso anterior?

Debes atravesar el miedo a verte perjudicado por tercerizar todos los servicios administrativos, contables, obtención de financiamiento y otras áreas que creas conveniente. Hay empresarios que triunfan llevando a buen término su negocio, que conocen y manejan a la perfección, aprovechando su instinto y confiando en un estudio de profesionales para que se hagan cargo del resto de las áreas de la empresa.

¿Tienes que trabajar con tanta gente, aunque seas Pyme, que los costos te ahogan?

Tus miedos pasan por reducir el plantel de personal, que esta decisión haga sufrir a quienes se van y a quienes se quedan y, además, sientes temor a la desaprobación general que puede originar la medida. El tema tiene varias soluciones, lo que sí está claro es que si no produces un cambio que te permita mejorar la eficiencia de la estructura, todos van a sufrir y te van a desaprobar por tu quiebra; incluso, tú serás el primero en condenarte. Para ganar, deberás analizar y tomar todas las medidas necesarias para reducir al mínimo tu costo laboral o elegir despedir gente; determinar una política de despidos coherente con tus objetivos y motivar y capacitar al personal que quede, de modo de alcanzar eficiencia competitiva.

¿El competidor más parecido a tu compañía redujo costos de personal y otros, con lo cual mejoró márgenes, y no te animas a hacer lo propio?

Sería importante que analices cuáles son tus miedos, generalmente es bueno contactar a algún consultor confiable. Como consecuencia podrás determinar cuál es la solución profesional a tu problema y elegir el camino adecuado.

¿La carga impositiva te resulta imposible de atender? ¿Estás atrasado en impuestos y no sabes cómo pagarlos?

No poder pagar los impuestos puede surgir de un desorden administrativo, de falta de control, del miedo a ser el único que paga frente a la competencia. En general, del miedo a eficientizar los costos y llegar a ser competitivo, con los precios emocionales que ello supone. Las soluciones están a mano. Por sólo citar un ejemplo: ahora existe la posibilidad de pagar los impuestos con bonos. El punto es regularizar la situación; ello es imprescindible a efectos de seguir pagando conforme a la competitividad alcanzada. Lo adecuado es realizar una buena planificación impositiva para lograr una correcta planificación financiera El peor de los errores es regularizar para, luego, volver a caer en un incumplimiento.

¿Los costos previsionales te resultan muy elevados?

Existen modalidades de tercerización y otras maneras de contratar que reducen sensiblemente dichos costos. La cuestión es vencer el miedo al desprendimiento que sentimos si en nuestras áreas incursionan otras personas que no son empleados de la empresa.

¿Las expectativas de la economía a mediano plazo son desalentadoras?

Este miedo lo afrontan la mayoría de las empresas del país y, si miramos bien, quizá del mundo. Ante ello tienes dos únicas opciones posibles: puedes elegir desalentarte o poner proa al norte. Probablemente, tu habilidad y experiencia en el mercado sean la mejor brújula que te lleve a buen puerto. Si bien estamos en crisis, siempre aparecen nuevos negocios u oportunidades para capitalizarlas en tu beneficio.

¿Las tasas a las que te financias te resultan usurarias?

Tu miedo es exponer la verdadera situación de la empresa ante un profesional confiable y experimentado, de manera que pueda orientarte hacia la financiación más conveniente. No cometas el error de financiarte no pagando impuestos, porque si bien es un recurso muy utilizado, en el mejor de los casos (que hayas presentado la declaración jurada) la tasa es muy elevada y el Fisco te la puede reclamar.

¿Tienes un muy buen proyecto y emprenderlo te parece una locura?

Tu miedo al fracaso (y al éxito) te tiene atrapado. La única manera de saber si puedes triunfar es haciéndolo. Por supuesto que deberás tener realizado un estudio confiable de la viabilidad de ese proyecto y, antes de empezar, cruzar los dedos… Probablemente, todo saldrá bien y, si no es así, dicen que es mejor arrepentirse de haber intentado hacer algo que salió mal que arrepentirse de no haberlo intentado.

¿Tu empresa familiar es más parecida a tu familia que a la empresa que quieres tener?

Ocurre en muchas de las mejores familias. Hay veces que quieres amoldar la empresa a tu familia, con sus ventajas y desventajas, con tus hijos, nueras y yernos, hermanos y primos, muchos de los cuales no sabían que estarían ocupando el lugar en que los pusiste y tampoco quieren ese castigo para ellos, para vos, ni para el resto de la familia. Tu miedo es perder el control de tu familia y debes ver que te puede llevar a perder parte de la misma, tu empresa, tu salud y hasta tu vida. La solución está en profesionalizar la empresa, incorporar a quienes sean capaces de desenvolverse en la misma y separarla clara y definitivamente de la familia. Es bueno elegir que tus familiares queridos hereden lo poco o mucho de bienes materiales que hayas acumulado y no que, por el contrario, reciban una empresa quebrada y se sientan involucrados en problemas familiares, humanos y de salud de toda índole.

¿Tu empresa familiar no te resulta suficiente para que vivan todos los miembros de tu familia?

Tu miedo a no poder controlarlos a todos es ahogante. Deberías sentir miedo de que te acusen de castrador. No conozco ninguna ley divina que establezca que sea cierto inexorablemente lo que quieres obtener. De todas maneras, es posible que lo alcances profesionalizando la empresa y evaluando si todos tus familiares son aptos para cubrir un cargo en la misma, si quieren hacerlo y si existen tantos puestos de trabajo como personas son. Asimismo, es necesario evaluar si el volumen de la empresa alcanza a brindar fondos para que todos vivan dignamente de su trabajo en ella.

Por Alberto Scravaglieri
MERCADO Córdoba

Alberto Scravaglieri es socio de Scravaglieri & Asociados Auditores y Consultores Miembros en la Argentina de GMN International.

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