PyMEs y sustitución de importaciones

Hay posibilidades de sustituir importaciones en varios sectores PyME. Muchas se harán realidad, pero el camino no será fácil, dice el Lic. Marcelo Onesto en un artículo publicado en su totalidad por Leopyme. Aquí, una síntesis.

6 noviembre, 2002

Desde el abandono del régimen de convertibilidad, se ha producido una muy
fuerte alza en el nivel del tipo de cambio real. Ello ha generado una fenomenal
alteración en los precios relativos internos a favor de los sectores productores
de bienes susceptibles de ser comercializados con el exterior (bienes "transables").

Por ende, se estaría presentando una inmensa oportunidad de recuperación
de la rentabilidad para tales rubros, muchos de ellos fuertemente castigados por
la caída del tipo de cambio real acaecida durante la década de la
convertibilidad. En este nuevo panorama, se presentan buenas posibilidades de
incrementar las exportaciones y sustituir importaciones. La mayor rentabilidad
de estas operaciones debería permitir incrementos en la producción
y propiciar a su vez nuevos proyectos de inversión destinados a la producción
de este tipo de bienes. Así, podría iniciarse un proceso de crecimiento
basado en el incremento de la actividad de los sectores "transables",
compatible con la imperiosa necesidad que tiene la economía argentina de
mantener en el futuro próximo importantes saldos positivos en la cuenta
corriente, ante las graves dificultades para acceder al financiamiento internacional
que nuestro país enfrentará durante los años venideros.

No obstante, un alto tipo de cambio no resulta en sí mismo condición
suficiente para lograr una mayor oferta exportable, ni para recomponer los sectores
que potencialmente podrían sustituir importaciones. Vale resaltar a esta
altura del razonamiento, que el alto tipo de cambio actualmente vigente no es
fruto de una política deliberada. Todo lo contrario, a partir de un hecho
consumado e inevitable – el colapso del régimen cambiario anterior –,
la persistente depreciación de la moneda nacional ha seguido el curso marcado
por la incertidumbre macroeconómica reinante. Este contexto ha llevado
al tipo de cambio a niveles mucho más elevados de los que, en otro contexto
macroeconómico, habría sido necesario como para reencauzar los desequilibrios
externos de la economía argentina.

Entre los rubros productivos más golpeados en la década del ´90
estuvieron conformados por PyMEs, que destinaban su producción a satisfacer
el mercado interno. El sector de la pequeña y mediana empresa tuvo grandes
dificultades para enfrentar la competencia extranjera por la ausencia de una política
pública adecuada que, por ejemplo, no le facilitó el acceso al crédito.
Otra de las causas fue de tipo idiosincrático, como la tradicional renuencia
de las PyMEargentinas al asociativismo y su producción en baja escala según
parámetros internacionales.

La situación actual presenta el escenario ideal para que comience un proceso
de sustitución de importaciones que podría significar una suerte
de "renacimiento" para los sectores PyME. No obstante, en la mayoría
de los casos, la recuperación enfrentará grandes dificultades.

Por un lado, la demanda se ha desplomado. Esto quiere decir que lo que se gana
por la sustitución de oferta importada se pierde por el achicamiento del
mercado total. A priori, el saldo neto de estos efectos resulta negativo. Por
otro lado, en algunos rubros la oferta interna es prácticamente inexistente
luego de la invasión de importaciones baratas de los años ´90. De
modo que la tarea de sustituir esos rubros tropieza con obstáculos enormes,
como son la adquisición de equipamiento fabril imprescindible para poner
en marcha plantas desmanteladas. El proceso de sustituir será lento porque
habrá que reconstruir el tejido productivo destruido durante la convertibilidad.
En todo caso, la disponibilidad de capacidad ociosa resulta ser el factor clave
para determinar las reales posibilidades de sustitución a corto plazo,
dada la muy reducida posibilidad de que, por el momento, se encaren inversiones
de expansión productiva con este objetivo.

Los efectos benéficos del tipo de cambio real sobre los sectores "transables"
se harán sentir en primer término vía sustitución
de importaciones antes que vía expansión exportadora. Esto es así
dadas las mayores facilidades de operar en el mercado interno vis a vis el internacional.
Las ventas a una demanda cercana y "conocida" requieren menor grado
de organización e investigación, y por ende, son menos costosas
y requieren menos financiación previa. En suma, las operaciones nacionales
tienen menos costos de información. Esto es así especialmente para
el caso de las PyME, que en el actual panorama crediticio, sólo podrán
iniciar nuevas actividades de exportación en el caso de poder autofinanciarse.

Así pues, a la hora de identificar sectores PyME potencialmente beneficiarios
de la sustitución de importaciones, se pueden diferenciar dos subgrupos.
Por un lado, los rubros dedicados a satisfacer la demanda final y por otro,
aquellos sectores cuya producción se destina a abastecer la demanda
derivada
(de insumos y bienes de capital) de otros sectores.

En el primer subgrupo, el destinado a la demanda final, se han identificado los
sectores de calzado, prendas de vestir, muebles, juguetes y artículos deportivos.

En el segundo, los productos destinados a la demanda intermedia, se ha identificado
en particular a dos sectores metalmecánicos vinculados con la inversión:
maquinaria agrícola y máquinas herramientas. Además, se identifican
productos químicos , otros productos metálicos, como artefactos
sanitarios y herramientas; aparatos de control eléctrico , componentes
electrónicos , elementos de transmisión mecánica, bombas
y compresores.
Entre los sectores con buenas posibilidades de exportación, se han identificado
los sectores: aceites y subproductos oleaginosos, productos de la pesca (fileteados
o preparados), cuero curtido, cereales, petróleo crudo y gas natural y
productos siderúrgicos.

Lamentablemente, por tratarse todos ellos de sectores productores de commodities
con bajo valor agregado , tienen pocos requerimientos de productos elaborados
por sectores PyME con posibilidades de sustitución. El grueso de sus demandas
importadoras está compuesto por productos como las semillas oleaginosas,
insumos siderúrgicos, agroquímicos, concentrados de hierro, etc.
Entre los escasos insumos importados por estos sectores con posible oferta nacional
PyME puede citarse a productos químicos, motores y generadores eléctricos,
productos refractarios, elementos de transmisión mecánica y otros
productos metálicos.
Lic. Marcelo Onesto
Asesoría Económica del Banco Credicoop Coop. Ltdo.
LEOPYME
Septiembre 2002

Desde el abandono del régimen de convertibilidad, se ha producido una muy
fuerte alza en el nivel del tipo de cambio real. Ello ha generado una fenomenal
alteración en los precios relativos internos a favor de los sectores productores
de bienes susceptibles de ser comercializados con el exterior (bienes "transables").

Por ende, se estaría presentando una inmensa oportunidad de recuperación
de la rentabilidad para tales rubros, muchos de ellos fuertemente castigados por
la caída del tipo de cambio real acaecida durante la década de la
convertibilidad. En este nuevo panorama, se presentan buenas posibilidades de
incrementar las exportaciones y sustituir importaciones. La mayor rentabilidad
de estas operaciones debería permitir incrementos en la producción
y propiciar a su vez nuevos proyectos de inversión destinados a la producción
de este tipo de bienes. Así, podría iniciarse un proceso de crecimiento
basado en el incremento de la actividad de los sectores "transables",
compatible con la imperiosa necesidad que tiene la economía argentina de
mantener en el futuro próximo importantes saldos positivos en la cuenta
corriente, ante las graves dificultades para acceder al financiamiento internacional
que nuestro país enfrentará durante los años venideros.

No obstante, un alto tipo de cambio no resulta en sí mismo condición
suficiente para lograr una mayor oferta exportable, ni para recomponer los sectores
que potencialmente podrían sustituir importaciones. Vale resaltar a esta
altura del razonamiento, que el alto tipo de cambio actualmente vigente no es
fruto de una política deliberada. Todo lo contrario, a partir de un hecho
consumado e inevitable – el colapso del régimen cambiario anterior –,
la persistente depreciación de la moneda nacional ha seguido el curso marcado
por la incertidumbre macroeconómica reinante. Este contexto ha llevado
al tipo de cambio a niveles mucho más elevados de los que, en otro contexto
macroeconómico, habría sido necesario como para reencauzar los desequilibrios
externos de la economía argentina.

Entre los rubros productivos más golpeados en la década del ´90
estuvieron conformados por PyMEs, que destinaban su producción a satisfacer
el mercado interno. El sector de la pequeña y mediana empresa tuvo grandes
dificultades para enfrentar la competencia extranjera por la ausencia de una política
pública adecuada que, por ejemplo, no le facilitó el acceso al crédito.
Otra de las causas fue de tipo idiosincrático, como la tradicional renuencia
de las PyMEargentinas al asociativismo y su producción en baja escala según
parámetros internacionales.

La situación actual presenta el escenario ideal para que comience un proceso
de sustitución de importaciones que podría significar una suerte
de "renacimiento" para los sectores PyME. No obstante, en la mayoría
de los casos, la recuperación enfrentará grandes dificultades.

Por un lado, la demanda se ha desplomado. Esto quiere decir que lo que se gana
por la sustitución de oferta importada se pierde por el achicamiento del
mercado total. A priori, el saldo neto de estos efectos resulta negativo. Por
otro lado, en algunos rubros la oferta interna es prácticamente inexistente
luego de la invasión de importaciones baratas de los años ´90. De
modo que la tarea de sustituir esos rubros tropieza con obstáculos enormes,
como son la adquisición de equipamiento fabril imprescindible para poner
en marcha plantas desmanteladas. El proceso de sustituir será lento porque
habrá que reconstruir el tejido productivo destruido durante la convertibilidad.
En todo caso, la disponibilidad de capacidad ociosa resulta ser el factor clave
para determinar las reales posibilidades de sustitución a corto plazo,
dada la muy reducida posibilidad de que, por el momento, se encaren inversiones
de expansión productiva con este objetivo.

Los efectos benéficos del tipo de cambio real sobre los sectores "transables"
se harán sentir en primer término vía sustitución
de importaciones antes que vía expansión exportadora. Esto es así
dadas las mayores facilidades de operar en el mercado interno vis a vis el internacional.
Las ventas a una demanda cercana y "conocida" requieren menor grado
de organización e investigación, y por ende, son menos costosas
y requieren menos financiación previa. En suma, las operaciones nacionales
tienen menos costos de información. Esto es así especialmente para
el caso de las PyME, que en el actual panorama crediticio, sólo podrán
iniciar nuevas actividades de exportación en el caso de poder autofinanciarse.

Así pues, a la hora de identificar sectores PyME potencialmente beneficiarios
de la sustitución de importaciones, se pueden diferenciar dos subgrupos.
Por un lado, los rubros dedicados a satisfacer la demanda final y por otro,
aquellos sectores cuya producción se destina a abastecer la demanda
derivada
(de insumos y bienes de capital) de otros sectores.

En el primer subgrupo, el destinado a la demanda final, se han identificado los
sectores de calzado, prendas de vestir, muebles, juguetes y artículos deportivos.

En el segundo, los productos destinados a la demanda intermedia, se ha identificado
en particular a dos sectores metalmecánicos vinculados con la inversión:
maquinaria agrícola y máquinas herramientas. Además, se identifican
productos químicos , otros productos metálicos, como artefactos
sanitarios y herramientas; aparatos de control eléctrico , componentes
electrónicos , elementos de transmisión mecánica, bombas
y compresores.
Entre los sectores con buenas posibilidades de exportación, se han identificado
los sectores: aceites y subproductos oleaginosos, productos de la pesca (fileteados
o preparados), cuero curtido, cereales, petróleo crudo y gas natural y
productos siderúrgicos.

Lamentablemente, por tratarse todos ellos de sectores productores de commodities
con bajo valor agregado , tienen pocos requerimientos de productos elaborados
por sectores PyME con posibilidades de sustitución. El grueso de sus demandas
importadoras está compuesto por productos como las semillas oleaginosas,
insumos siderúrgicos, agroquímicos, concentrados de hierro, etc.
Entre los escasos insumos importados por estos sectores con posible oferta nacional
PyME puede citarse a productos químicos, motores y generadores eléctricos,
productos refractarios, elementos de transmisión mecánica y otros
productos metálicos.
Lic. Marcelo Onesto
Asesoría Económica del Banco Credicoop Coop. Ltdo.
LEOPYME
Septiembre 2002

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