Problemas con los pronósticos

Peter Drucker dijo una vez que tratar de predecir el futuro es como manejar por una carretera de noche y sin luces mientras miramos por el vidrio trasero”. Sin embargo, un buen pronóstico puede conducir a buenas decisiones.

2 noviembre, 2010

<p>Si bien coincidimos con Drucker en que pronosticar es dif&iacute;cil, a los gerentes se les pide constantemente que lo hagan &ndash; sea predecir ventas futuras, anticipar ganancias de la compa&ntilde;&iacute;a o planificar retornos por inversi&ograve;n. Los buenos pron&ograve;sticos tienen la clave de los buenos planes. Quejarse sobre las dificultades no ayuda. Esto lo dice el grupo de ensayistas cuyo trabajo aparece aqu&igrave; en apretada s&igrave;ntesis. ellos son Tim Laseter, Casey Lichtendahl y Yael Grushka-Cockayne<br />
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No obstante, pocos pronosticadores reciben capacitaci&oacute;n formal o informal. Las empresas &ndash; o al menos muchas &ndash; tratan el proceso de pronosticaci&oacute;n como el juego de adivinar el peso de una persona. Y dada la frecuencia con que se dan las equivocaciones, uno se pregunta con cu&agrave;nta frecuencia la balanza est&agrave; cargada. Esta falta de atenci&oacute;n a la calidad del pron&oacute;stico es una verg&uuml;enza porque un veh&igrave;culo eficaz para mirar hacia adelante puede hacer toda la diferencia en el &egrave;xito de una inversi&ograve;n a largo plazo o una decisi&ograve;n estrat&egrave;gica.<br />
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Pronosticar competentemente no quiere decir ser capaz de predecir el futuro con certidumbre. Significa aceptar el rol que juega la incertidumbre en el mundo, significa engancharse en un proceso continuo de crear en su compa&ntilde;&iacute;a una capacidad para pronosticar y preparar as&igrave; el &egrave;xito de la compa&ntilde;&iacute;a. Un buen pron&oacute;stico conduce, a trav&eacute;s de directas recomendaciones o conversaciones informales, a acciones s&oacute;lidas, acciones que valdr&aacute; la pena realizar, cualquiera sean las realidades que nos depare el futuro. En muchos casos, un bueno pron&ograve;stico implica reconocer, y a veces gritar desde los techos, la inherente incertidumbre de los estimados, y el hecho de que las cosas pueden salir mal con mucha rapidez. Esos gritos deber&iacute;an fomentar el desarrollo de planes de contingencia para manejar los riesgos y aprovechar r&agrave;pidamente las oportunidades inesperadas. <br />
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<p><strong>Por qué fallan<br />
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</strong>Los pronósticos fallan por muchas razones, una de las cuales es que proponen, por ejemplo, una cifra para el tamaño de mercado que se busca, o para las ventas del año siguiente, siempre basándose en un promedio de datos esperados. <br />
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Pero los pronósticos no deben ser tratados como un juego de azar , donde gana el que más se acerca al resultado eventual. Ocasionalmente “acertar” con una predicción en particular no crea benericios reales y hasta puede conducir a una falsa sensación de seguridad. Nadie puede pronosticar acertadamente todas las veces. Es mejor usar una gama de resultados posibles como herramienta de aprendizaje, una forma de explorar escenarios y de prepararse para un futuro necesariamente incierto. <br />
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