Pensar antes de vender la empresa

Vender un negocio nunca debería ser una decisión apresurada. Antes de hacerlo, mejor hacerse 10 preguntas.

6 marzo, 2013

Los que estén pensando en vender su negocio, deberían detenerse a recapacitar. Al menos eso dicen los especialistas que coinciden en que deshacerse de un negocio no debería ser una decisión rápida sino meditada. No se trata solamente de decidir si es conveniente vender sino también si es el momento adecuado para hacerlo y qué cuestiones considerar antes de poner los preparativos en marcha.

Para dilucidar estas cuestiones conviene hacerse 10 preguntas clave.

1)    ¿Está el negocio en condiciones de ser vendido? A menos que se trate de una verdadera desgracia la que lo empuje a deshacerse del negocio, considere por lo menos dos años de preparación antes de ponerlo en el mercado. Como a un auto que hay que poner en condiciones, sería importante que las empresas se “pulan†mostrando dos o tres años de impuestos bien pagos y balances que demuestren ganancias.

2)    ¿Cómo será evaluado el negocio? Especialmente en negocios familiares, las personas tienden a pasar muchos gastos a la compañía. Hacer esto podría reducir las ganancias y hacer que el negocio sea percibido como menos exitoso.

3)    ¿Cómo será el equipo que ayudará a vender el negocio? Piense antes a quién necesitará para lograr el máximo precio. ¿Contadores, abogados, consultores, financistas? El comprador tendrá su propio equipo así que prepárese bien.

4)    ¿Es el momento correcto para vender? Muchas personas esperan a que el negocio esté en su peor momento para vender. Eso es un error. Se debe vender cuando el negocio está en su mejor momento pero ya no puede hacer nada para mejorarlo. Un emprendedor debe ir siempre hacia el próximo desafío, nunca echar raíces.

5)    ¿El mercado está en un buen momento? Antes de vender conviene echarle un vistazo al contexto que presenta el mercado. Por ejemplo: vender una inmobiliaria en pleno 2009 era un negocio redondo; hacerlo hoy sería más complicado. Espere a que las condiciones del mercado mejoren.

6)    ¿Puede manejar lo que se viene? Para algunos jefes ciertos cambios son difíciles de asimilar. La tecnología y la globalización son solo dos de ellos. Mire hacia delante y piense en cómo se verá el mercado en tres o cuatro años y fíjese si puede adaptarse.

7)    ¿Puede el negocio prosperar sin su fundador? Si un comprador está preocupado por la supervivencia del negocio sin su fundador es porque ve una clara dependencia y no deseará invertir. Un buen negocio puede operar inclusive cuando su dueño no está presente.

8)    Si el comprador lo pide, ¿se puede quedar cerca de la empresa? A veces se puede llegar a un acuerdo monetario y permanecer como consultor en la compañía por un periodo de seis meses. Pero primero deberá determinar si esto es algo que quiere o no hacer.

9)    ¿Se podría frustrar el acuerdo? Algunas cuestiones pueden frustrar un acuerdo entre las partes. Particularmente en el área financiera o estratégica. En ese sentido, conviene “pulir†cualquier malentendido antes de poner el negocio a la venta.

10)    ¿Hay alternativas a la venta? Si no quiere vender la totalidad del negocio, siempre hay otras opciones. Puede vender una porción de la empresa a un fondo de inversiones o transformarla en una cooperativa, transfiriéndole responsabilidad a los empleados. Recuerde: sino quiere vender, siempre hay otras posibilidades.

 

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