Pagar sólo lo que se usa

La nueva tendencia en consumo es alquilar lo que se necesita y cuando se lo necesita. Las compañías alquilan programas de software y los particulares, celulares y automóviles. No se trata ya tanto de tener sino más bien de conseguir.

18 febrero, 2000

Hace algunos años una empresa de Florida llamada Citrix Systems luchaba por sobrevivir. Lo consiguió convirtiéndose en un application service provider (ASP) y sus ingresos crecen gracias a la decisión de muchas firmar de no comprar más software que el que necesitan y sólo cuando lo necesitan.

Quienes viven viajando por negocios descubren que, en lugar de tener diferentes modelos de teléfonos celulares, cada uno compatible con una diferente infraestructura de telecomunicaciones, es más fácil y más barato alquilarlos cada vez que van al exterior.

En Europa, el concepto de pay-as-you-go se extiende a los autos, que se usan por hora o por día en las congestionadas zonas urbanas donde tener un auto puede ser prohibitivamente caro, y donde la polución ambiental de una preocupación creciente.

La emergente filosofía del pay-as-you-go está señalando un inminente cambio cultural: el orgullo de poseer algo hace lugar al orgullo de lograr algo. Este sentimiento es válido tanto para las empresas como para los particulares.

Software pago-por-usuario

Cada vez son más las empresas que abandonan los sistemas basados en computadoras personales para adoptar la computación basada en servidores; se trata de una alternativa para recortar costos. La primera requiere la instalación de costosas máquinas de escritorio, cada una cargada con todas las aplicaciones de software que necesita el usuario. Es decir, la computación basada en sistemas de PC requiere que las empresas compren software para cada unidad individual.

Por comparación, los sistemas basados en servidores permiten a la empresa acceder al mismo software de múltiples vendedores en Internet, y luego distribuir sólo las aplicaciones a los usuarios individuales. El software permanece con su fabricante, que lo alquila a las empresas.

Esta tendencia es posible porque Citrix Systems encontró la forma de separar las funciones de computación de un programa de lo que el usuario ve en la pantalla de su terminal. Según la nueva configuración, la terminal sólo muestra imágenes, clics y teclas que envía el servidor. Como resultado, menos datos viajan por la red, y el sistema funciona con más eficiencia.

Otra ventaja de los sistemas basados en servidores: no hay necesidad de que los clientes que usan software actualicen su hardware, un gasto importante para muchas empresas. También deben comprar permanentemente la última versión de los programas más usados.

Rent-a-Phones

La ventaja de alquilar teléfonos celulares, un ejemplo menos espectacular de esta tendencia, es terminar con la frustración de descubrir incompatibilidad entre el teléfono propio y el de los sistemas del país que se visita.

Tres empresas están aprovechando esta situación: Cellular Phonerental de Boston, Omnipoint Communications de Cedar Knolls, Nueva Jersey, y International WorldCell Mobile Communications de Bethseda, Maryland.

Funciona de la siguiente manera: antes de salir de viaje para otro país, usted debe comunicar a la compañía dónde viaja. Al día siguiente, la compañía le entrega el teléfono. Pre-programados para 100 países, los teléfonos se entregan con baterías de repuesto, instrucciones de uso y una línea directa de 24 horas por si necesita ayuda.

Las tarifas varían según el período y características adicionales como voice-mail, caller ID y posibilidad de transmisión de datos. Omnipoint tiene un acuerdo con Air France y Alitalia para ofrecer a los pasajeros de primera clase alquiler gratis de teléfonos por una semana. Algunas agencias de viaje ofrecen descuentos de 10% en los alquileres de WorldCell, si uno compra el viaje a través de la agencia.

Autos compartidos

En Europa, la tendencia del pay-as-you-go se traduce en una forma de ahorrar dinero y también de cuidar el medio ambiente porque reduce el número de autos que se compran.
La costumbre de compartir autos fue introducida en Alemania, donde al automóvil se lo reverencia como un símbolo de libertad y prosperidad. La gente ama tanto su medio de transporte personal que el gobierno nunca se animó a poner límites de velocidad en las autopistas, donde algunos conductores manejan a más de 210 kilómetros por hora.

Sin embargo, el costo de mantener un automóvil en Alemania aumenta cada año. Y los alemanes se preocupan cada vez más por la contaminación del aire.

En consecuencia la costumbre de compartir el auto se arraiga cada vez más. Los funcionarios de Bremen invitan a los 550.000 habitantes de la ciudad a abandonar la idea de comprar auto y favorecer la de alquilarlo por hora o por el día para trámites, compras y paseos. Con US$ 40 se consigue una tarjeta inteligente que permite reservar y usar autos especiales en determinados lugares de la ciudad. Hay 10 modelos, desde semicompactos hasta camionetas.

Al devolver el auto se pasa la tarjeta por un transpondedor en el parabrisas para cerrarlo con llave y enviar la información sobre el uso a una oficina central de facturación, que envía la factura mensualmente.
De esta forma la ciudad no solamente redujo la cantidad de automóviles particulares sino que además redujo en 500 unidades por año la congestión de tránsito en las calles del centro.

Otros países que ya lanzaron o están por lanzar programas para compartir autos privados son Suiza, Austria, Dinamarca Luxemburgo y los Países Bajos. Un estudio de la Unión Europea reveló que si se aplicara la disposición en todo el continente europeo, se podría reducir el kilometraje de autos en 32.000 millones al año, reduciendo así las emisiones de monóxido de carbono en cinco millones de toneladas anuales.

Qué indica esta tendencia

Si bien es cierto que alquilar autos, videos y equipos no tiene nada de nuevo, sí lo hay en esta nueva filosofía del pay-as-you-go. Tradicionalmente, el alquiler era una opción para los que no podían pagar algo o sólo lo usaban en determinadas ocasiones. Hoy y en el futuro, el pay-as-you-go será utilizado por las empresas como una estrategia de desarrollo de negocios y por los particulares como una alternativa al consumo excesivo.

Hace algunos años una empresa de Florida llamada Citrix Systems luchaba por sobrevivir. Lo consiguió convirtiéndose en un application service provider (ASP) y sus ingresos crecen gracias a la decisión de muchas firmar de no comprar más software que el que necesitan y sólo cuando lo necesitan.

Quienes viven viajando por negocios descubren que, en lugar de tener diferentes modelos de teléfonos celulares, cada uno compatible con una diferente infraestructura de telecomunicaciones, es más fácil y más barato alquilarlos cada vez que van al exterior.

En Europa, el concepto de pay-as-you-go se extiende a los autos, que se usan por hora o por día en las congestionadas zonas urbanas donde tener un auto puede ser prohibitivamente caro, y donde la polución ambiental de una preocupación creciente.

La emergente filosofía del pay-as-you-go está señalando un inminente cambio cultural: el orgullo de poseer algo hace lugar al orgullo de lograr algo. Este sentimiento es válido tanto para las empresas como para los particulares.

Software pago-por-usuario

Cada vez son más las empresas que abandonan los sistemas basados en computadoras personales para adoptar la computación basada en servidores; se trata de una alternativa para recortar costos. La primera requiere la instalación de costosas máquinas de escritorio, cada una cargada con todas las aplicaciones de software que necesita el usuario. Es decir, la computación basada en sistemas de PC requiere que las empresas compren software para cada unidad individual.

Por comparación, los sistemas basados en servidores permiten a la empresa acceder al mismo software de múltiples vendedores en Internet, y luego distribuir sólo las aplicaciones a los usuarios individuales. El software permanece con su fabricante, que lo alquila a las empresas.

Esta tendencia es posible porque Citrix Systems encontró la forma de separar las funciones de computación de un programa de lo que el usuario ve en la pantalla de su terminal. Según la nueva configuración, la terminal sólo muestra imágenes, clics y teclas que envía el servidor. Como resultado, menos datos viajan por la red, y el sistema funciona con más eficiencia.

Otra ventaja de los sistemas basados en servidores: no hay necesidad de que los clientes que usan software actualicen su hardware, un gasto importante para muchas empresas. También deben comprar permanentemente la última versión de los programas más usados.

Rent-a-Phones

La ventaja de alquilar teléfonos celulares, un ejemplo menos espectacular de esta tendencia, es terminar con la frustración de descubrir incompatibilidad entre el teléfono propio y el de los sistemas del país que se visita.

Tres empresas están aprovechando esta situación: Cellular Phonerental de Boston, Omnipoint Communications de Cedar Knolls, Nueva Jersey, y International WorldCell Mobile Communications de Bethseda, Maryland.

Funciona de la siguiente manera: antes de salir de viaje para otro país, usted debe comunicar a la compañía dónde viaja. Al día siguiente, la compañía le entrega el teléfono. Pre-programados para 100 países, los teléfonos se entregan con baterías de repuesto, instrucciones de uso y una línea directa de 24 horas por si necesita ayuda.

Las tarifas varían según el período y características adicionales como voice-mail, caller ID y posibilidad de transmisión de datos. Omnipoint tiene un acuerdo con Air France y Alitalia para ofrecer a los pasajeros de primera clase alquiler gratis de teléfonos por una semana. Algunas agencias de viaje ofrecen descuentos de 10% en los alquileres de WorldCell, si uno compra el viaje a través de la agencia.

Autos compartidos

En Europa, la tendencia del pay-as-you-go se traduce en una forma de ahorrar dinero y también de cuidar el medio ambiente porque reduce el número de autos que se compran.
La costumbre de compartir autos fue introducida en Alemania, donde al automóvil se lo reverencia como un símbolo de libertad y prosperidad. La gente ama tanto su medio de transporte personal que el gobierno nunca se animó a poner límites de velocidad en las autopistas, donde algunos conductores manejan a más de 210 kilómetros por hora.

Sin embargo, el costo de mantener un automóvil en Alemania aumenta cada año. Y los alemanes se preocupan cada vez más por la contaminación del aire.

En consecuencia la costumbre de compartir el auto se arraiga cada vez más. Los funcionarios de Bremen invitan a los 550.000 habitantes de la ciudad a abandonar la idea de comprar auto y favorecer la de alquilarlo por hora o por el día para trámites, compras y paseos. Con US$ 40 se consigue una tarjeta inteligente que permite reservar y usar autos especiales en determinados lugares de la ciudad. Hay 10 modelos, desde semicompactos hasta camionetas.

Al devolver el auto se pasa la tarjeta por un transpondedor en el parabrisas para cerrarlo con llave y enviar la información sobre el uso a una oficina central de facturación, que envía la factura mensualmente.
De esta forma la ciudad no solamente redujo la cantidad de automóviles particulares sino que además redujo en 500 unidades por año la congestión de tránsito en las calles del centro.

Otros países que ya lanzaron o están por lanzar programas para compartir autos privados son Suiza, Austria, Dinamarca Luxemburgo y los Países Bajos. Un estudio de la Unión Europea reveló que si se aplicara la disposición en todo el continente europeo, se podría reducir el kilometraje de autos en 32.000 millones al año, reduciendo así las emisiones de monóxido de carbono en cinco millones de toneladas anuales.

Qué indica esta tendencia

Si bien es cierto que alquilar autos, videos y equipos no tiene nada de nuevo, sí lo hay en esta nueva filosofía del pay-as-you-go. Tradicionalmente, el alquiler era una opción para los que no podían pagar algo o sólo lo usaban en determinadas ocasiones. Hoy y en el futuro, el pay-as-you-go será utilizado por las empresas como una estrategia de desarrollo de negocios y por los particulares como una alternativa al consumo excesivo.

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