Observe, y luego compre

La economía de remate de Internet tiene una repercusión que exceda los límites de los sitios de remate on line. Los compradores deben ser cautelosos porque tiene dos caras: ofertas increíbles...y algunas otras.

11 abril, 2000

Impulsada por los sitios de remates on line, Internet marca el comienzo de una nueva era de ofertas instantáneas. Las negociaciones a tiempo real entre compradores y vendedores crean un mercado dinámico en el que los precios y los valores cambian junto con cada transacción.

Los consumidores del mañana tendrán que estar más informados respecto de los productos y servicios que deseen comprar y la forma en que se fijan los precios de esas mercaderías. Con esos conocimientos, el consumidor sabrá cuánto pagar y si obtendrá o no el producto o servicio por el cual pagó.

En pleno desarrollo

Según una empresa que observa la industria llamada Keenan Vision, los remates de consumidores y comerciales representarán 29% del e-commerce total, lo que equivale a US$ 129.000 millones para el año 2002, cifra que alcanzó US$ 3.800 millones a fines de 1998.

El gigante sitio de subastas on line eBay alcanzó alrededor de seis millones de usuarios, 3,6 millones de artículos y 1.600 categorías.

Además, los consumidores acceden a grandes cantidades de datos sobre productos y fijación de precios, por más que compren o no productos y servicios on line. Asimismo, los vendedores se benefician puesto que cuentan con mayor información acerca de lo que los compradores quieren y así prestan un servicio más personalizado.

En teoría, es lo más parecido a un modelo de mercado perfecto que se pueda lograr.
Sin embargo, los consumidores dudan de la emergente economía de remate. Por un lado, es posible obtener un abanico incomparable de artículos y servicios a precios increíbles, de tener habilidad.

Por el otro lado, implica un riesgo considerable el hecho de comprar mercadería a extraños sin verla antes, incluso para los consumidores más informados.
A causa de todo el entusiasmo que generaron las subastas en Internet, se ha prestado poca atención al lado oscuro de esta actividad. En general, los sitios de subastas de Internet optaron por no intervenir. Ofrecieron a compradores y vendedores un lugar para el intercambio de información sin participar de la transacción. La mayoría opera según el sistema de honor.

Lamentablemente, muchas personas no son honestas. La Comisión Federal de Comercio informa que el fraude de subastas on line ahora cuenta con una lista de quejas, las cuales sumaron 6.000 en los primeros seis meses de este año, comparado con las 300 que se registraron en 1998.

Los piratas de mercadería falsa consideran a Internet un lugar de singular utilidad. La Asociación Industrial de Información & Software descubrió que 60% del software disponible en los sitios de subastas eBay, ZDNet y Excite es falso. Vendedores de antigüedades y artículos coleccionables parecen especialmente proclives a falsificar los artículos en venta.

La mayoría de los sitios de subastas insisten en que supervisar las actividades de los participantes no es su función. Algunos recomiendan que se utilicen tarjetas de crédito en las transacciones para tranquilizar a los compradores, pero la mayoría de las personas no aceptan las tarjetas de créditos y, por supuesto, son éstas las que generan la mayor parte de la actividad de remate.

Auction Universe actuará como intermediario en las transacciones de su sitio mediante la entrega a los usuarios de registros con un número de tarjeta de crédito. Con el cobro de una tarifa de US$ 19,95, el sitio también asegura compras de hasta US$ 3.000. eBay garantiza compras de hasta US$ 200 mediante la deducción de US$ 25.

Los servicios de fideicomiso on line también ofrecen cierta tranquilidad. Mediante un porcentaje del precio de venta, retienen los fondos hasta que el vendedor tiene la oportunidad de verificar el valor y la autenticidad del artículo. I-Escrow, de San Mateo, California, cobra 6% del precio de compra de hasta US$ 500.

Finalmente, casi todos los sitios de subastas on line confían en que los usuarios informen sobre los remates para así poder eliminar a los piratas, aprovechadores y otras personas que sacan provecho del anonimato que permite el comercio en Internet. Sin embargo, muchos opinan que la información de los usuarios no es suficiente, que las empresas deberían preocuparse más por asegurar que el usuario esté protegido.

Impulsada por los sitios de remates on line, Internet marca el comienzo de una nueva era de ofertas instantáneas. Las negociaciones a tiempo real entre compradores y vendedores crean un mercado dinámico en el que los precios y los valores cambian junto con cada transacción.

Los consumidores del mañana tendrán que estar más informados respecto de los productos y servicios que deseen comprar y la forma en que se fijan los precios de esas mercaderías. Con esos conocimientos, el consumidor sabrá cuánto pagar y si obtendrá o no el producto o servicio por el cual pagó.

En pleno desarrollo

Según una empresa que observa la industria llamada Keenan Vision, los remates de consumidores y comerciales representarán 29% del e-commerce total, lo que equivale a US$ 129.000 millones para el año 2002, cifra que alcanzó US$ 3.800 millones a fines de 1998.

El gigante sitio de subastas on line eBay alcanzó alrededor de seis millones de usuarios, 3,6 millones de artículos y 1.600 categorías.

Además, los consumidores acceden a grandes cantidades de datos sobre productos y fijación de precios, por más que compren o no productos y servicios on line. Asimismo, los vendedores se benefician puesto que cuentan con mayor información acerca de lo que los compradores quieren y así prestan un servicio más personalizado.

En teoría, es lo más parecido a un modelo de mercado perfecto que se pueda lograr.
Sin embargo, los consumidores dudan de la emergente economía de remate. Por un lado, es posible obtener un abanico incomparable de artículos y servicios a precios increíbles, de tener habilidad.

Por el otro lado, implica un riesgo considerable el hecho de comprar mercadería a extraños sin verla antes, incluso para los consumidores más informados.
A causa de todo el entusiasmo que generaron las subastas en Internet, se ha prestado poca atención al lado oscuro de esta actividad. En general, los sitios de subastas de Internet optaron por no intervenir. Ofrecieron a compradores y vendedores un lugar para el intercambio de información sin participar de la transacción. La mayoría opera según el sistema de honor.

Lamentablemente, muchas personas no son honestas. La Comisión Federal de Comercio informa que el fraude de subastas on line ahora cuenta con una lista de quejas, las cuales sumaron 6.000 en los primeros seis meses de este año, comparado con las 300 que se registraron en 1998.

Los piratas de mercadería falsa consideran a Internet un lugar de singular utilidad. La Asociación Industrial de Información & Software descubrió que 60% del software disponible en los sitios de subastas eBay, ZDNet y Excite es falso. Vendedores de antigüedades y artículos coleccionables parecen especialmente proclives a falsificar los artículos en venta.

La mayoría de los sitios de subastas insisten en que supervisar las actividades de los participantes no es su función. Algunos recomiendan que se utilicen tarjetas de crédito en las transacciones para tranquilizar a los compradores, pero la mayoría de las personas no aceptan las tarjetas de créditos y, por supuesto, son éstas las que generan la mayor parte de la actividad de remate.

Auction Universe actuará como intermediario en las transacciones de su sitio mediante la entrega a los usuarios de registros con un número de tarjeta de crédito. Con el cobro de una tarifa de US$ 19,95, el sitio también asegura compras de hasta US$ 3.000. eBay garantiza compras de hasta US$ 200 mediante la deducción de US$ 25.

Los servicios de fideicomiso on line también ofrecen cierta tranquilidad. Mediante un porcentaje del precio de venta, retienen los fondos hasta que el vendedor tiene la oportunidad de verificar el valor y la autenticidad del artículo. I-Escrow, de San Mateo, California, cobra 6% del precio de compra de hasta US$ 500.

Finalmente, casi todos los sitios de subastas on line confían en que los usuarios informen sobre los remates para así poder eliminar a los piratas, aprovechadores y otras personas que sacan provecho del anonimato que permite el comercio en Internet. Sin embargo, muchos opinan que la información de los usuarios no es suficiente, que las empresas deberían preocuparse más por asegurar que el usuario esté protegido.

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