Nuevo management informático

No habrá empresa u organización que pueda evitar los impresionantes efectos que la revolución informática causará sobre el modo de operación de empresas, mercados y economías.

10 octubre, 2000

Estimuladas por los cambios tecnológicos, tanto la economía virtual como la empresa virtual se convierten, a pasos agigantados, en una realidad.

“Tradicionalmente, lo que determinaba el éxito de una empresa eran sus activos físicos. En el futuro, lo serán sus activos virtuales”. Esa es la premisa básica de Business in a Virtual World. Exploiting information for competitive advantage, una obra escrita por Fiona Czerniawska, directora gerente de Arke Ideas Consulting, y Gavin Potter, socio de la consultora PriceWaterhouseCoopers.

Desde ese punto de vista, los activos virtuales, el conocimiento y la información transformarán la manera de encarar los negocios y pronostican que el manual de la empresa exitosa tendrá que ser reescrito.

Czerniawska y Potter señalan que en estos momentos se hace más énfasis en cómo usar la tecnología de la computación que en cómo explotar la información que contiene.

Para el futuro, a medida que las empresas se concentren más en la información y el conocimiento, los autores del libro predicen que las industrias y empresas convergirán a medida que desaparezcan los tradicionales obstáculos para acceder al mercado y las regulaciones gubernamentales, y se conozcan las ventajas de compartir la información; además, nacerán muchas nuevas pequeñas empresas, que usarán la información para competir en igualdad de condiciones con las multinacionales a gran escala y venderán productos específica y directamente adaptados para sus clientes a un precio muy bajo.

Asimismo, las organizaciones cesarán de proteger su independencia, creando redes y alianzas cada vez más grandes para explotar el potencial de la sinergia basada en la información y la información y el conocimiento, más que los productos y los mercados, serán la médula de la competencia.

La reducción extraordinaria en los costos del poder de informatización permite a las empresas analizar grandes cantidades de datos. Al mismo tiempo, la cantidad de datos disponibles para su análisis crece de manera impresionante, con frecuencia a través de Internet. Son estas dos tendencias las que revolucionan la manera de hacer negocios.

Ya no se aplican más las viejas reglas: las economías de escala, la diferenciación sofisticada de los productos, el control sobre los canales de distribución y una sólida relación con el cliente, no tendrán mucho valor frente a las empresas basadas en la información.

Como señalan Czerniawska y Potter, la revolución de la información afectará muchas funciones de la empresa en investigación y desarrollo, manufactura, distribución y marketing.

Czerniawska y Potter usan el concepto de rendimientos crecientes para explicar cómo y por qué un negocio virtual es capaz de superar en desempeño a un negocio físico convencional.

La ley de rendimientos decrecientes, desarrollada durante el siglo XIX, se aplica al mundo físico de la producción, mientras el nuevo concepto, que dice que es posible lograr rendimientos crecientes, se aplica con precisión a los aspectos de información virtual de un negocio.

Explicado de la manera más simple, la ley de los rendimientos decrecientes dice que la duplicación de los insumos en un proceso físico no duplica la producción. Ahora bien, en muchos productos y procesos basados en la información, una vez cubierto el costo del primer producto, se puede producir una cantidad ilimitada de productos adicionales a un costo marginal, que con frecuencia es casi cero. Mientras más virtual y basado en la información sea un negocio, con más facilidad podrá volcarse hacia los rendimientos crecientes.

Es más probable que una empresa virtual, basada en la información, disfrute de rendimientos crecientes que una convencional. Cuesta recopilar información, pero su uso es barato; no es un recurso finito, es apenas un medio para vincular empresas y clientes, y asegura que una empresa se pueda reinventar casi de manera instantánea.

Sin embargo, destacan los autores, todas las empresas tienen partes físicas y virtuales, de modo que cualquier organización puede tomar los aspectos virtuales de su negocio y aprovecharlos para beneficiarse de la ley de rendimientos crecientes.

A modo de conclusión, los autores afirman que “la revolución de la información le ofrece a las empresas la oportunidad sin parangón de pasarse del mundo físico al virtual; de un mundo de producción en masa y rendimientos decrecientes a uno de customización masiva y rendimientos crecientes; en el que mientras más uno vende, más fácil es aumentar las ventas; y desde un mundo en donde el capital está sujeto a las existencias y el cliente es un extraño a un mundo donde cada producto tiene un cliente, y donde uno puede saber qué es lo que quieren cada uno des sus clientes antes que ellos mismos”.

Estimuladas por los cambios tecnológicos, tanto la economía virtual como la empresa virtual se convierten, a pasos agigantados, en una realidad.

“Tradicionalmente, lo que determinaba el éxito de una empresa eran sus activos físicos. En el futuro, lo serán sus activos virtuales”. Esa es la premisa básica de Business in a Virtual World. Exploiting information for competitive advantage, una obra escrita por Fiona Czerniawska, directora gerente de Arke Ideas Consulting, y Gavin Potter, socio de la consultora PriceWaterhouseCoopers.

Desde ese punto de vista, los activos virtuales, el conocimiento y la información transformarán la manera de encarar los negocios y pronostican que el manual de la empresa exitosa tendrá que ser reescrito.

Czerniawska y Potter señalan que en estos momentos se hace más énfasis en cómo usar la tecnología de la computación que en cómo explotar la información que contiene.

Para el futuro, a medida que las empresas se concentren más en la información y el conocimiento, los autores del libro predicen que las industrias y empresas convergirán a medida que desaparezcan los tradicionales obstáculos para acceder al mercado y las regulaciones gubernamentales, y se conozcan las ventajas de compartir la información; además, nacerán muchas nuevas pequeñas empresas, que usarán la información para competir en igualdad de condiciones con las multinacionales a gran escala y venderán productos específica y directamente adaptados para sus clientes a un precio muy bajo.

Asimismo, las organizaciones cesarán de proteger su independencia, creando redes y alianzas cada vez más grandes para explotar el potencial de la sinergia basada en la información y la información y el conocimiento, más que los productos y los mercados, serán la médula de la competencia.

La reducción extraordinaria en los costos del poder de informatización permite a las empresas analizar grandes cantidades de datos. Al mismo tiempo, la cantidad de datos disponibles para su análisis crece de manera impresionante, con frecuencia a través de Internet. Son estas dos tendencias las que revolucionan la manera de hacer negocios.

Ya no se aplican más las viejas reglas: las economías de escala, la diferenciación sofisticada de los productos, el control sobre los canales de distribución y una sólida relación con el cliente, no tendrán mucho valor frente a las empresas basadas en la información.

Como señalan Czerniawska y Potter, la revolución de la información afectará muchas funciones de la empresa en investigación y desarrollo, manufactura, distribución y marketing.

Czerniawska y Potter usan el concepto de rendimientos crecientes para explicar cómo y por qué un negocio virtual es capaz de superar en desempeño a un negocio físico convencional.

La ley de rendimientos decrecientes, desarrollada durante el siglo XIX, se aplica al mundo físico de la producción, mientras el nuevo concepto, que dice que es posible lograr rendimientos crecientes, se aplica con precisión a los aspectos de información virtual de un negocio.

Explicado de la manera más simple, la ley de los rendimientos decrecientes dice que la duplicación de los insumos en un proceso físico no duplica la producción. Ahora bien, en muchos productos y procesos basados en la información, una vez cubierto el costo del primer producto, se puede producir una cantidad ilimitada de productos adicionales a un costo marginal, que con frecuencia es casi cero. Mientras más virtual y basado en la información sea un negocio, con más facilidad podrá volcarse hacia los rendimientos crecientes.

Es más probable que una empresa virtual, basada en la información, disfrute de rendimientos crecientes que una convencional. Cuesta recopilar información, pero su uso es barato; no es un recurso finito, es apenas un medio para vincular empresas y clientes, y asegura que una empresa se pueda reinventar casi de manera instantánea.

Sin embargo, destacan los autores, todas las empresas tienen partes físicas y virtuales, de modo que cualquier organización puede tomar los aspectos virtuales de su negocio y aprovecharlos para beneficiarse de la ley de rendimientos crecientes.

A modo de conclusión, los autores afirman que “la revolución de la información le ofrece a las empresas la oportunidad sin parangón de pasarse del mundo físico al virtual; de un mundo de producción en masa y rendimientos decrecientes a uno de customización masiva y rendimientos crecientes; en el que mientras más uno vende, más fácil es aumentar las ventas; y desde un mundo en donde el capital está sujeto a las existencias y el cliente es un extraño a un mundo donde cada producto tiene un cliente, y donde uno puede saber qué es lo que quieren cada uno des sus clientes antes que ellos mismos”.

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