Nueva ley estadounidense haría peligrar el seguro de salud de los trabajadores

Si los costos suben demasiado, algunas empresas en Estados Unidos podrían suprimir los seguros de salud a su personal. Aplicarían sistemas de cupones y programas con financiación propia para manejar costos.

14 agosto, 2001

Un estudio reciente realizado por Hewitt Associates revela que casi la mitad de los empleadores estadounidenses posiblemente suprima los seguros de salud del personal si la reforma legislativa sobre el tema sanciona un aumento en las responsabilidades que incumben a empleadores o proveedores de seguros.

Mientras tanto, según un estudio nacional de Towers Perrin, la mayoría de las empresas estadounidenses tiene la intención de continuar otorgando prestaciones de salud en el futuro inmediato. Pero más de la mitad reconoció que, si los costos alcanzan niveles inaceptables, suprimiría los seguros de salud: medida impensable hasta hace apenas algunos meses.

El peso recae en los costos de administración

Debido al aumento de los costos, el temor a una mayor responsabilidad y la amenaza permanente de una recesión económica, cada vez son más los empleadores que deciden suprimir las prestaciones de salud o bien trasladar la carga a los empleados. Al mismo tiempo, las empresas preparan estrategias para estirar los fondos destinados a la salud en el corto plazo y administrar los costos en el largo plazo.

El estudio de Towers Perrin indicó que 67% de las empresas ya incrementó los costos a los empleados, principalmente mediante el aumento de pagos combinados y primas. A continuación, se detallan algunos ejemplos:

· Ante el aumento de 23% de los costos de prestaciones durante un periodo de dos años, Marriott International, que paga dos tercios del costo de los seguros, prevé trasladar 30% de dicho incremento a los empleados.
· El California Public Employees Retirement System (CalPERS), el mayor comprador de seguros de salud después del gobierno federal, compensará el aumento de los costos de primas duplicando los costos de las consultas médicas y los medicamentos.

Cambiar el sistema de prestaciones

Cada vez más, los empleadores recurren a estrategias para recortar costos, como optar por sistemas de prestaciones de bajo costo. Por ejemplo, las empresas fomentan el uso de las Organizaciones de Proveedores Específicos (PPO). A diferencia de las Organizaciones del Cuidado de la Salud (HMO) que ofrecen un servicio más flexible y cuyas primas los empleadores deben pagar por adelantado, las organizaciones de proveedores específicos permiten que los asociados consulten cualquier médico de la red y que los empleadores paguen sólo una vez proporcionado el servicio.

Sears Roebuck decidió dividir en dos los montos deducibles de las PPO que corresponden a los empleados para así ofrecer un sistema más atractivo y eliminó 30 de las 180 HMO con las que tiene contratos.

Andersen Consulting incorpora una PPO nacional de United Healtcare y Blue Cross y Blue Shield para reemplazar a 125 HMO.

Sus propias opciones

Una creciente cantidad de empresas financia la cobertura de salud y terceriza la administración de las prestaciones por medio de firmas como First Health Group Corp. Esta última cobra a los clientes corporativos un porcentaje del ahorro que surge de suprimir aseguradoras de salud externas.

Los sistemas de contribución definida, o también conocidos como sistemas de cupones, son más controvertidos y cada vez más populares. Por medio de estos planes, los empleadores otorgan a los trabajadores una suma de dinero para pagar el seguro de salud. Así, los trabajadores son los responsables de buscar y financiar una buena cobertura de salud.

Gracias a los planes de contribución definida, los empleadores quedarían exentos de toda responsabilidad como proveedores y de tomar decisiones respecto de la salud, lo que a su vez dejaría intacta una importante deducción impositiva de la empresa. Según un estudio de KPMG, 46% de los ejecutivos corporativos aceptaría gustoso la posibilidad de que los empleados se hagan cargo de la compra del seguro de salud. Pero, antes de aceptarse los planes de contribución definida en forma generalizada, muchas personas necesitarán tener la certeza de que el pago a las aseguradoras por parte de los empleados constituye un gasto sanitario desgravable, como sucede con los empleados autónomos.

Las pequeñas empresas son las que más sufren

Supuestamente, los sistemas de cupones apuntarían –en su mayoría- a las pequeñas empresas, que son las que realmente sufren este aumento. Según Marsh & McLennan, una firma de servicios profesionales, la disparidad en el incremento de los costos del cuidado de la salud entre pequeñas y grandes empresas continúa trepando.

En 1999, las empresas con 10 a 50 empleados experimentaron un incremento de costos de casi 14%. Las medianas empresas con 50 a 100 empleados se vieron afectadas por un aumento de 8,5%, mientras que las empresas con más de 100 empleados sufrieron incrementos de sólo 7%.

Para fines de año, las pequeñas y medianas empresas estiman aumentos en las primas de 15-30%, lo que implica que muchas de estas empresas desaparecerán del mercado de las aseguradoras de salud por completo. Según un estudio realizado por National Blue Cross y Blue Shield Association y el Employee Benefits Research Institute, una de cada siete de 506 pequeñas empresas reveló que suprimiría el seguro de salud cuya prima trepara incluso 10%.

Aun cuando las pequeñas empresas sigan brindando seguros de salud y absorbiendo parte del aumento, muchos participantes no pueden aprovechar este plan y terminan sumándose a los 45 millones de estadounidenses que actualmente carecen de algún tipo de seguro social.

Como consecuencia de todo esto, muchos coinciden en que los costos para el cuidado de salud se han disparado y que no se puede seguir exigiendo a los actuales sistemas de salud financiados por las empresas. Sin embargo, no hay conciliación respecto a cómo recortar esos costos.

Cada vez más los empleados tendrán que asumir la responsabilidad de seleccionar y administrar sus propios planes de salud. A corto plazo, los empleados marginales dejarán de integrar el grupo de los asegurados para pasar a recibir asistencia pública, lo que ejercerá una mayor presión a los ya ajustados presupuestos. La resistencia de los empleados a cargar con la responsabilidad de sus seguros de salud resultará en protestas y huelgas.

Un estudio reciente realizado por Hewitt Associates revela que casi la mitad de los empleadores estadounidenses posiblemente suprima los seguros de salud del personal si la reforma legislativa sobre el tema sanciona un aumento en las responsabilidades que incumben a empleadores o proveedores de seguros.

Mientras tanto, según un estudio nacional de Towers Perrin, la mayoría de las empresas estadounidenses tiene la intención de continuar otorgando prestaciones de salud en el futuro inmediato. Pero más de la mitad reconoció que, si los costos alcanzan niveles inaceptables, suprimiría los seguros de salud: medida impensable hasta hace apenas algunos meses.

El peso recae en los costos de administración

Debido al aumento de los costos, el temor a una mayor responsabilidad y la amenaza permanente de una recesión económica, cada vez son más los empleadores que deciden suprimir las prestaciones de salud o bien trasladar la carga a los empleados. Al mismo tiempo, las empresas preparan estrategias para estirar los fondos destinados a la salud en el corto plazo y administrar los costos en el largo plazo.

El estudio de Towers Perrin indicó que 67% de las empresas ya incrementó los costos a los empleados, principalmente mediante el aumento de pagos combinados y primas. A continuación, se detallan algunos ejemplos:

· Ante el aumento de 23% de los costos de prestaciones durante un periodo de dos años, Marriott International, que paga dos tercios del costo de los seguros, prevé trasladar 30% de dicho incremento a los empleados.
· El California Public Employees Retirement System (CalPERS), el mayor comprador de seguros de salud después del gobierno federal, compensará el aumento de los costos de primas duplicando los costos de las consultas médicas y los medicamentos.

Cambiar el sistema de prestaciones

Cada vez más, los empleadores recurren a estrategias para recortar costos, como optar por sistemas de prestaciones de bajo costo. Por ejemplo, las empresas fomentan el uso de las Organizaciones de Proveedores Específicos (PPO). A diferencia de las Organizaciones del Cuidado de la Salud (HMO) que ofrecen un servicio más flexible y cuyas primas los empleadores deben pagar por adelantado, las organizaciones de proveedores específicos permiten que los asociados consulten cualquier médico de la red y que los empleadores paguen sólo una vez proporcionado el servicio.

Sears Roebuck decidió dividir en dos los montos deducibles de las PPO que corresponden a los empleados para así ofrecer un sistema más atractivo y eliminó 30 de las 180 HMO con las que tiene contratos.

Andersen Consulting incorpora una PPO nacional de United Healtcare y Blue Cross y Blue Shield para reemplazar a 125 HMO.

Sus propias opciones

Una creciente cantidad de empresas financia la cobertura de salud y terceriza la administración de las prestaciones por medio de firmas como First Health Group Corp. Esta última cobra a los clientes corporativos un porcentaje del ahorro que surge de suprimir aseguradoras de salud externas.

Los sistemas de contribución definida, o también conocidos como sistemas de cupones, son más controvertidos y cada vez más populares. Por medio de estos planes, los empleadores otorgan a los trabajadores una suma de dinero para pagar el seguro de salud. Así, los trabajadores son los responsables de buscar y financiar una buena cobertura de salud.

Gracias a los planes de contribución definida, los empleadores quedarían exentos de toda responsabilidad como proveedores y de tomar decisiones respecto de la salud, lo que a su vez dejaría intacta una importante deducción impositiva de la empresa. Según un estudio de KPMG, 46% de los ejecutivos corporativos aceptaría gustoso la posibilidad de que los empleados se hagan cargo de la compra del seguro de salud. Pero, antes de aceptarse los planes de contribución definida en forma generalizada, muchas personas necesitarán tener la certeza de que el pago a las aseguradoras por parte de los empleados constituye un gasto sanitario desgravable, como sucede con los empleados autónomos.

Las pequeñas empresas son las que más sufren

Supuestamente, los sistemas de cupones apuntarían –en su mayoría- a las pequeñas empresas, que son las que realmente sufren este aumento. Según Marsh & McLennan, una firma de servicios profesionales, la disparidad en el incremento de los costos del cuidado de la salud entre pequeñas y grandes empresas continúa trepando.

En 1999, las empresas con 10 a 50 empleados experimentaron un incremento de costos de casi 14%. Las medianas empresas con 50 a 100 empleados se vieron afectadas por un aumento de 8,5%, mientras que las empresas con más de 100 empleados sufrieron incrementos de sólo 7%.

Para fines de año, las pequeñas y medianas empresas estiman aumentos en las primas de 15-30%, lo que implica que muchas de estas empresas desaparecerán del mercado de las aseguradoras de salud por completo. Según un estudio realizado por National Blue Cross y Blue Shield Association y el Employee Benefits Research Institute, una de cada siete de 506 pequeñas empresas reveló que suprimiría el seguro de salud cuya prima trepara incluso 10%.

Aun cuando las pequeñas empresas sigan brindando seguros de salud y absorbiendo parte del aumento, muchos participantes no pueden aprovechar este plan y terminan sumándose a los 45 millones de estadounidenses que actualmente carecen de algún tipo de seguro social.

Como consecuencia de todo esto, muchos coinciden en que los costos para el cuidado de salud se han disparado y que no se puede seguir exigiendo a los actuales sistemas de salud financiados por las empresas. Sin embargo, no hay conciliación respecto a cómo recortar esos costos.

Cada vez más los empleados tendrán que asumir la responsabilidad de seleccionar y administrar sus propios planes de salud. A corto plazo, los empleados marginales dejarán de integrar el grupo de los asegurados para pasar a recibir asistencia pública, lo que ejercerá una mayor presión a los ya ajustados presupuestos. La resistencia de los empleados a cargar con la responsabilidad de sus seguros de salud resultará en protestas y huelgas.

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