No toda la basura alimentaria es igual

Es más costoso permitir que se ponga feo un kilo de carne que uno de rabanitos.  

10 noviembre, 2017

Hay cálculos serios y confiables que afirman que la tercera parte de toda la comida producida para consumo humano se desperdicia.

 

Hay mucha gente comprometida en el esfuerzo por combatir la pérdida de alimentos pero para combatir eficazmente el problema es necesario entender algo fundamental sobre el sistema alimentario: no toda la basura alimentaria es igual.

 

Como explica en Quartz Max Elder, investigador del Food Futures Lab del Institute for the Future, muchos de los debates sobre este tipo de desperdicio utilizan el peso como brújula para encontrar las soluciones adecuadas y citan estadísticas sobre los kilos de alimentos que terminan en el tacho de la basura cada año. Pero el peso trata de la misma forma un kilo de brócoli y un kilo de carne. La carne usa mucha más energía y recursos. Consideremos, dice Elder, el agua por ejemplo. Hacen falta 136 litros de agua para obtener medio kilo de broccoli mientras que para obtener medio kilo de carne de vaca se necesitan 7.388 litros de agua. Eso es 54 veces más agua para obtener medio kilo de alimento.

De esto resulta que los distintos costos de los desperdicios de alimentos, sea que se los mida en términos de agua, de economía, de ambiente o de bienestar animal, varían mucho según sea el tipo de alimento que termina en el tacho.

 

Según un  análisis realizado en 555 sistemas de producción de alimentos de 22 tipos, 20 porciones de vegetales producen menos emisiones de gases de invernadero que una porción de carne. Si esto es así, permitir que se ponga fea la carne picada es mucho más grave que permitir que se pasen los rabanitos en la heladera. Simultáneamente, los pescados y mariscos son de dos a 25 veces más dañinos que las plantas por kilocaloría medido en una cantidad de factores, desde emisiones de gases de invernadero, uso de energía y potencial acidificación.

Aunque es más alta la proporción de frutas, vegetales y granos que se desperdician por año, en el mundo se pierde por año alrededor de 20% de carne y lácteos y 35% de pescado.

 

Cuando se piensa en la cantidad total de animales que se consumen por año en todo el mundo, esos porcentajes representan millones de vidas.

Si se diseñaran estrategias, entonces, para reducir los desperdicios de productos animales no solo se reduciría el daño ambiental sino que se matarían menos animales.

 

Para combatir el desperdicio de alimentos de manera efectiva hace falta un esquema totalmente nuevo, uno que se enfoque en los tipos de alimentos que se tiran en lugar de tomar en cuenta solamente cuánto pesan.

 

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