Momento glorioso para los paparazzi

En Estados Unidos se ha desatado una guerra entre la revista People (Time) y Us Weekly (Wenner Media) por las fotos de los grandes de Hollywood. Eso catapultó el precio que ambas se avienen a pagar por las caras más codiciadas.

4 noviembre, 2002

En estos días en que casi todas las estrellas del cine tienen agentes publicitarios
que manejan con mucho cuidado el tema de su imagen, captar una escena que no haya
sido cuidadosamente proyectada se ha convertido en un negocio darwiniano.

Una nueva generación de revistas parece haber legitimado la práctica
de espiar permanentemente la vida de los ricos y famosos. Lo que antes hacían
los diarios tabloides con algún sentido de culpa, hoy lo practican las
revistas populares con naturalidad y desparpajo.

La revista People (AOL Time Warner) adoptó la estrategia
agresiva de los tabloides para cubrir el mundo del cine y sacar ventaja a su gran
rival — Us Weekly — que en las últimas cuatro ediciones vendió
menos ejemplares de lo que calculaba.

La clave de la venta en kioscos está en las fotos. Las revistas advierten
que una gran foto en la tapa es la clave para agotar la tirada. People
publicó en agosto el primer beso fotografiado entre Ben Affleck y Jennifer
López, la pareja más perseguida de estos días. Esa foto parece
haber costado a la publicación poco menos de US$ 100.000. Pero vendió
muchísimo más que su rival y, además, impidió que
la comprara su competidora. De manera que el precio vale la pena porque el beneficio
es doble.

Y, en el medio, los fotógrafos, se hacen la américa. Cuanto más
íntima la foto, más cobran por ella. Alguien famoso haciendo algo
que no se debe es un tema que antes sólo interesaba a los diarios sensacionalistas
y ahora también atrae a las revistas desesperadas por vender. Por eso el
episodio de Winona Ryder que terminó en juicio por hurto tuvo una cobertura
mediática que sólo comparable a las visitas de los gobernantes extranjeros
en visita por Estados Unidos.

En estos días en que casi todas las estrellas del cine tienen agentes publicitarios
que manejan con mucho cuidado el tema de su imagen, captar una escena que no haya
sido cuidadosamente proyectada se ha convertido en un negocio darwiniano.

Una nueva generación de revistas parece haber legitimado la práctica
de espiar permanentemente la vida de los ricos y famosos. Lo que antes hacían
los diarios tabloides con algún sentido de culpa, hoy lo practican las
revistas populares con naturalidad y desparpajo.

La revista People (AOL Time Warner) adoptó la estrategia
agresiva de los tabloides para cubrir el mundo del cine y sacar ventaja a su gran
rival — Us Weekly — que en las últimas cuatro ediciones vendió
menos ejemplares de lo que calculaba.

La clave de la venta en kioscos está en las fotos. Las revistas advierten
que una gran foto en la tapa es la clave para agotar la tirada. People
publicó en agosto el primer beso fotografiado entre Ben Affleck y Jennifer
López, la pareja más perseguida de estos días. Esa foto parece
haber costado a la publicación poco menos de US$ 100.000. Pero vendió
muchísimo más que su rival y, además, impidió que
la comprara su competidora. De manera que el precio vale la pena porque el beneficio
es doble.

Y, en el medio, los fotógrafos, se hacen la américa. Cuanto más
íntima la foto, más cobran por ella. Alguien famoso haciendo algo
que no se debe es un tema que antes sólo interesaba a los diarios sensacionalistas
y ahora también atrae a las revistas desesperadas por vender. Por eso el
episodio de Winona Ryder que terminó en juicio por hurto tuvo una cobertura
mediática que sólo comparable a las visitas de los gobernantes extranjeros
en visita por Estados Unidos.

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