Minoristas agrupados por Internet

La formación de comunidades virtuales es necesaria para controlar la red y satisfacer las necesidades de los usuarios. Los objetivos se facilitan en la relación miembro-organizador.

19 octubre, 2000

La función de las comunidades virtuales consiste en agrupar participantes, contenido publicado, información -proporcionada por los miembros- acerca de un tema en particular, ya sea geográfico, de interés general, industrial o funcional.

Estas comunidades se encargan de controlar la indomable ferocidad de la red y sacar partida de ese poder para satisfacer las necesidades de los usuarios.

Los miembros posibles conocen los recursos esperados de una comunidad y los organizadores de la comunidad saben cuáles son los recursos que necesitan para complacer las necesidades y deseos de los miembros.

Es muy probable que los participantes de una comunidad virtual particular deseen comprar mercadería y servicios relacionados a ese interés. Entonces, la comunidad actúa como imán y atrae una cantidad desproporcionada de poder de compra.

Las comunidades virtuales integran una amplia variedad de material publicado con un rico entorno de telecomunicaciones.

A diferencia de las comunicaciones de vía simple (como libros y revistas que ofrecen únicamente contenido) o las de vía doble (como teléfonos que no acceden o almacenan contenido), las comunidades virtuales facilitan la integración de contenido y comunicación a través de carteleras, sitios de chateo y correo electrónico.

Así, los consumidores entienden el contenido de la comunidad (contacto con el editor) y evalúan la credibilidad del contenido (comunicación entre los clientes). Como resultado, adquieren información valiosa, variada, confiable y precisa, que sirve de excelente recurso y estímulo para aumentar su nivel de compras.

Con la creación de una comunidad, se suman experiencias, perspectivas y conocimientos colectivos y comparativos. Los proveedores se sienten más vulnerables.

Toda esta información compartida puede derivar en un comportamiento general que rápidamente determine el éxito o fracaso de un proveedor.

Muchos especialistas consideran que este elemento en particular brinda poderes especiales a una comunidad virtual.

A diferencia de los entornos tradicionales que ofrecen a los clientes una cantidad limitada de proveedores, las comunidades virtuales ponen al alcance de los clientes una amplia gama de proveedores y productos.

Gracias a la tecnología, el organizador de la comunidad actúa como agente. Es responsable de buscar las mejores ofertas disponibles con velocidad y eficiencia. Cada vez más, los clientes obligarán a los proveedores a competir entre ellos para concretar el mejor negocio.

El traslado de poder de los proveedores a los clientes dependerá de organizadores incentivados comercialmente. No obstante, los mecanismos del mercado acelerarán el proceso.

Cada vez más, las comunidades virtuales se organizarán como empresas comerciales y se beneficiarán de proporcionar recursos y entornos valiosos a los miembros para que éstos mejoren su poder comercial.

Se requerirá de recursos significativos y una cantidad de tiempo razonable para reunir poder adquisitivo substancial en las comunidades virtuales.

Aun así, la posibilidad de obtener un ingreso atractivo motivará a los organizadores y fomentará la competencia para impulsar la innovación que, en última instancia, beneficie a los miembros de la comunidad.

Los incentivos para obtener ganancias impulsarán el desarrollo y el crecimiento de las comunidades virtuales en la red. Se premiará a los organizadores que protejan a los miembros de las comunidades en las negociaciones con los proveedores.

La función de las comunidades virtuales consiste en agrupar participantes, contenido publicado, información -proporcionada por los miembros- acerca de un tema en particular, ya sea geográfico, de interés general, industrial o funcional.

Estas comunidades se encargan de controlar la indomable ferocidad de la red y sacar partida de ese poder para satisfacer las necesidades de los usuarios.

Los miembros posibles conocen los recursos esperados de una comunidad y los organizadores de la comunidad saben cuáles son los recursos que necesitan para complacer las necesidades y deseos de los miembros.

Es muy probable que los participantes de una comunidad virtual particular deseen comprar mercadería y servicios relacionados a ese interés. Entonces, la comunidad actúa como imán y atrae una cantidad desproporcionada de poder de compra.

Las comunidades virtuales integran una amplia variedad de material publicado con un rico entorno de telecomunicaciones.

A diferencia de las comunicaciones de vía simple (como libros y revistas que ofrecen únicamente contenido) o las de vía doble (como teléfonos que no acceden o almacenan contenido), las comunidades virtuales facilitan la integración de contenido y comunicación a través de carteleras, sitios de chateo y correo electrónico.

Así, los consumidores entienden el contenido de la comunidad (contacto con el editor) y evalúan la credibilidad del contenido (comunicación entre los clientes). Como resultado, adquieren información valiosa, variada, confiable y precisa, que sirve de excelente recurso y estímulo para aumentar su nivel de compras.

Con la creación de una comunidad, se suman experiencias, perspectivas y conocimientos colectivos y comparativos. Los proveedores se sienten más vulnerables.

Toda esta información compartida puede derivar en un comportamiento general que rápidamente determine el éxito o fracaso de un proveedor.

Muchos especialistas consideran que este elemento en particular brinda poderes especiales a una comunidad virtual.

A diferencia de los entornos tradicionales que ofrecen a los clientes una cantidad limitada de proveedores, las comunidades virtuales ponen al alcance de los clientes una amplia gama de proveedores y productos.

Gracias a la tecnología, el organizador de la comunidad actúa como agente. Es responsable de buscar las mejores ofertas disponibles con velocidad y eficiencia. Cada vez más, los clientes obligarán a los proveedores a competir entre ellos para concretar el mejor negocio.

El traslado de poder de los proveedores a los clientes dependerá de organizadores incentivados comercialmente. No obstante, los mecanismos del mercado acelerarán el proceso.

Cada vez más, las comunidades virtuales se organizarán como empresas comerciales y se beneficiarán de proporcionar recursos y entornos valiosos a los miembros para que éstos mejoren su poder comercial.

Se requerirá de recursos significativos y una cantidad de tiempo razonable para reunir poder adquisitivo substancial en las comunidades virtuales.

Aun así, la posibilidad de obtener un ingreso atractivo motivará a los organizadores y fomentará la competencia para impulsar la innovación que, en última instancia, beneficie a los miembros de la comunidad.

Los incentivos para obtener ganancias impulsarán el desarrollo y el crecimiento de las comunidades virtuales en la red. Se premiará a los organizadores que protejan a los miembros de las comunidades en las negociaciones con los proveedores.

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