Megamercados se achican, midimercados prosperan

Después de tapizar países enteros con almacenes de tamaño gigantesco con capacidad para vender a buen precio lo humano y lo divino, los comerciantes comienzan a darse cuenta de que no siempre la gente está con ánimo de aventurarse por los pasillos.

23 enero, 2003

No siempre ocurre que hay que hacer la "gran compra". Hay muchas ocasiones
en que la intención de compra – por el motivo que sea, tiempo, dinero o
ganas – se reduce a unos pocos artículos. Si bien es cierto que es tentadora
la posibilidad de comprarlo todo bajo el mismo techo, esa ventaja desaparece cuando
la compra es ocasional. Recorrer inmensos pasillos cargados de cosas interesantes
requiere atención y tiempo para gastar. Quien por allí camina se
ve tentado a cada paso de pararse a observar un producto nuevo, una oferta interesante,
o un objeto que no sabía ni que existía.

Hoy, cuando el tiempo se ha convertido en un activo valioso, esos paseos se han
convertido justamente en eso: paseos. La familia va el sábado o el domingo,
como parte de un programa que incluye también entretenimiento y comida.

Wal-Mart Stores está abriendo en Estados Unidos versiones reducidas de
sus supercentros (menos de la cuarta parte de su tamaño) y las ha bautizado
"mercados de barrio" /neighborhood markets). Hasta ahora lleva inaugurados
46 y están desparramsados en varios estados. Algunos analistas se refieren
a ellos como Small-Marts.

Lo mismo hacen Home Depot, Toys "R" Us y Staples, que abren sucursales
con un formato más pequeño, más acogedor, más íntimo.

Paralelamente, están proliferando una serie de mercados de descuento en
formato más pequeño que abrieron sus puertas a la sombra de los
Wal Mart y sus equivalentes, con la esperanza de que la ventaja de la velocidad
y la facilidad de compra les jugara a favor en algún momento. Y así
fue. Cuando son sólo dos o tres los artículos que hace falta comprar,
es mucho más fácil y rápido entrar a una tienda chica que
a un megamercado, por magnífico que sea.

No siempre ocurre que hay que hacer la "gran compra". Hay muchas ocasiones
en que la intención de compra – por el motivo que sea, tiempo, dinero o
ganas – se reduce a unos pocos artículos. Si bien es cierto que es tentadora
la posibilidad de comprarlo todo bajo el mismo techo, esa ventaja desaparece cuando
la compra es ocasional. Recorrer inmensos pasillos cargados de cosas interesantes
requiere atención y tiempo para gastar. Quien por allí camina se
ve tentado a cada paso de pararse a observar un producto nuevo, una oferta interesante,
o un objeto que no sabía ni que existía.

Hoy, cuando el tiempo se ha convertido en un activo valioso, esos paseos se han
convertido justamente en eso: paseos. La familia va el sábado o el domingo,
como parte de un programa que incluye también entretenimiento y comida.

Wal-Mart Stores está abriendo en Estados Unidos versiones reducidas de
sus supercentros (menos de la cuarta parte de su tamaño) y las ha bautizado
"mercados de barrio" /neighborhood markets). Hasta ahora lleva inaugurados
46 y están desparramsados en varios estados. Algunos analistas se refieren
a ellos como Small-Marts.

Lo mismo hacen Home Depot, Toys "R" Us y Staples, que abren sucursales
con un formato más pequeño, más acogedor, más íntimo.

Paralelamente, están proliferando una serie de mercados de descuento en
formato más pequeño que abrieron sus puertas a la sombra de los
Wal Mart y sus equivalentes, con la esperanza de que la ventaja de la velocidad
y la facilidad de compra les jugara a favor en algún momento. Y así
fue. Cuando son sólo dos o tres los artículos que hace falta comprar,
es mucho más fácil y rápido entrar a una tienda chica que
a un megamercado, por magnífico que sea.

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