Marcas judías que atraen a propios y extraños

Cerveza, revista, ropa, marcas judías para judíos y gentiles. Las campañas de promoción aprovechan la proverbial tendencia de la colectividad a verse a sí mismos con humor. Atraen, también, a no judíos y se convierten en productos exitosos.

26 diciembre, 2006

En Estados Unidos acaba de salir una nueva cerveza, producto del ingenio de Jeremy
Cowan, quien tuvo la idea de llamarla “He´Brew-La cerveza elegida”
y orientarla especialmente al inmenso mercado de juíos americanos. “Se
me ocurrió que era hora de que los judíos americanos tuvieran su
propia cerveza”, dice Cowan, que es propietario de una compañía
(Schmaltz Brewing Company) que fabrica cerveza desde hace 10 años.
Aunque al principio la intención era regalarla a sus amigos para Hanukkah,
la He´Brew (que quiere decir hebreo en inglés) gustó y ahora
se distribuye en todo el país en todo tipo de comercios.

He´Brew es apenas una entre una serie de marcas que han creado identidad
alrededor de la cultura judía. Son productos que tienen tanto que ver
con la Torah como un plato de costillas de cerdo. Más bien juegan con
una vieja tradición de humor e irreverencia que desde hace mucho atrae
simpatizantes “que no pertenecen a la tribu”. El uso del humor en
la vida judía es universal y además, está muy inserto en
la cultura estadounidense, explica Cowan.

En la vanguardia del esfuerzo por mantener esa tradición está
Heeb, una publicación trimestral que se identifica como “La
nueva revista judía”. Según su director, Josh Neufeld, su
misión es “desafiar los conceptos tradicionales de la identidad
judía y probar las fronteras entre cultura popular y cultura judía”.

Curiosamente, Heeb demostró tener relevancia también para
el mundo no judío. Según un estudio sobre sus lectores, 10% del
total es no judío. Neufeld cree que probablemente sean socios de judíos
o filo-semitas (aquellos con interés en la cultura judía), o gente
a quien simplemente le gusta la revista.

Esto no quiere decir que todos los judíos simpaticen con la revista.
Como ocurre siempre con todo lo que toca identidades étnicas o religiosas
y estereotipos, siempre van a existir los que los opinen que se trata de algo
ofensivo, contraproducente o infantil, opina Neuman.

Sarah Lefton, cuya línea de ropa llamada Jewish Fashion Conspiracy
vende remeras con eslóganes como “Judíos con New York Yankees”,
tuvo que enfrentar algunas críticas. “A veces recibo mails, por
lo general de gente que es o muy religiosa o simplemente muy santurrona. Creen
que mis productos son ofensivos. Se sorprenden cuando les contesto y mis palabras
les suenan coherentes, inteligentes y educadas religiosamente”.

Los dueños de marcas judías creen que así como películas
como El violinista en el tejado o Yentl, gustaron por igual a judíos
y gentiles, la demanda del mundo no judío para contenido informativo
y todo tipo de otros productos no tiene visos de desaparecer por ahora y por
eso se lanzan a aprovechar la tendencia.

En Estados Unidos acaba de salir una nueva cerveza, producto del ingenio de Jeremy
Cowan, quien tuvo la idea de llamarla “He´Brew-La cerveza elegida”
y orientarla especialmente al inmenso mercado de juíos americanos. “Se
me ocurrió que era hora de que los judíos americanos tuvieran su
propia cerveza”, dice Cowan, que es propietario de una compañía
(Schmaltz Brewing Company) que fabrica cerveza desde hace 10 años.
Aunque al principio la intención era regalarla a sus amigos para Hanukkah,
la He´Brew (que quiere decir hebreo en inglés) gustó y ahora
se distribuye en todo el país en todo tipo de comercios.

He´Brew es apenas una entre una serie de marcas que han creado identidad
alrededor de la cultura judía. Son productos que tienen tanto que ver
con la Torah como un plato de costillas de cerdo. Más bien juegan con
una vieja tradición de humor e irreverencia que desde hace mucho atrae
simpatizantes “que no pertenecen a la tribu”. El uso del humor en
la vida judía es universal y además, está muy inserto en
la cultura estadounidense, explica Cowan.

En la vanguardia del esfuerzo por mantener esa tradición está
Heeb, una publicación trimestral que se identifica como “La
nueva revista judía”. Según su director, Josh Neufeld, su
misión es “desafiar los conceptos tradicionales de la identidad
judía y probar las fronteras entre cultura popular y cultura judía”.

Curiosamente, Heeb demostró tener relevancia también para
el mundo no judío. Según un estudio sobre sus lectores, 10% del
total es no judío. Neufeld cree que probablemente sean socios de judíos
o filo-semitas (aquellos con interés en la cultura judía), o gente
a quien simplemente le gusta la revista.

Esto no quiere decir que todos los judíos simpaticen con la revista.
Como ocurre siempre con todo lo que toca identidades étnicas o religiosas
y estereotipos, siempre van a existir los que los opinen que se trata de algo
ofensivo, contraproducente o infantil, opina Neuman.

Sarah Lefton, cuya línea de ropa llamada Jewish Fashion Conspiracy
vende remeras con eslóganes como “Judíos con New York Yankees”,
tuvo que enfrentar algunas críticas. “A veces recibo mails, por
lo general de gente que es o muy religiosa o simplemente muy santurrona. Creen
que mis productos son ofensivos. Se sorprenden cuando les contesto y mis palabras
les suenan coherentes, inteligentes y educadas religiosamente”.

Los dueños de marcas judías creen que así como películas
como El violinista en el tejado o Yentl, gustaron por igual a judíos
y gentiles, la demanda del mundo no judío para contenido informativo
y todo tipo de otros productos no tiene visos de desaparecer por ahora y por
eso se lanzan a aprovechar la tendencia.

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