Management: los modelos se derrumban estrepitosamente

En mayo, Dennis Kozlowski –entonces CEO de Tyco International- decía a los graduados del Colegio St. Anselm, Nuevo Hampshire: “Necesitamos líderes que se jueguen por lo ético y lo correcto”. Hoy está preso. Y no es único dios caído.

12 agosto, 2002

Dos semanas después del discurso lo procesaban por evasión tributaria
y fraude. Kozlowski renunció precisamente mientras la empresa pasaba
malos momentos. De paso, arrastró consigo a Martha Stewart, empresaria
de renombre mediático, árbitro del demi monde neoyorquino
e "ídola" de la burguesía urbana.

Joseph Nacchio, otro modelo exaltado por gurúes y escuelas gerenciales,
fue despedido de Qwest Communications International a dieciséis
meses de ser consagrado "innovador del año" por una revista
de negocios. Nacchio, fundador de la firma, había inflado ventas en US$
1.160 millones. Una tercera estrella del management, el alemán
Ronald Sommer (ex CEO de Deutsche Telekom) había obtenido un premio
al "liderazgo global" en la universidad John Hopkins, donde dicta
cátedra Steve Hanke, ex defensor de la convertibilidad y hoy ideólogo
de la "dolarización a cinco por uno" en Argentina.

La lista de CEO depuestos que eran modelos de la profesión es cada día
más larga. Así surge de un estudio hecho en el Centro para Ética
de Negocios del colegio Bentley (Massachusetts). La nómina incluye a
Jean-Marie Messier (Vivendi Universal), Samuel Waksal (ImClone Systems)
y Bernard Ebbers (WorldCom, empresa que ya bordea la liquidación
lisa y llana).

Aulas en ebullición

Naturalmente, las propias instituciones terciarias dedicadas a management
y gestión han ingresado a una tormentosa fase de cuestionamientos y pases
de facturas. En John Hopkins, Harvard, Stanford, Yale o el MIT -para no mencionar
docenas de "universidades de pueblo chico" que sobreabundan en EE.UU.
y Canadá- , los alumnos están exigiendo explicaciones y cambios.
"Escándalos, maniobras contables y sentencias irán convirtiéndose
en casos de estudio y discusión, aunque no les caiga bien a muchos profesores",
admite James Fischer, del Emerson Center for Business Ethics (universidad
de St.Louis).

"Esto ya alcanza a ciencias políticas y sociales, dado el papel
de funcionarios, auditores y lobbies", añade Fischer. "Los
estudiantes quieren profundizar en las relaciones entre el mundo de los negocios,
el gobierno y la sociedad civil". De hecho, muchos ejecutivos cuyas imágenes
han sido afectadas ya no figuran en elencos docentes estables ni son invitados
a exponer.

También hay cierta resistencia a los gurúes de Wall Street, otrora
frecuentadores de cátedras y paneles universitarios. "Nos ven con
los mismos malos ojos que a los políticos periféricos", confesaba
un CEO de Silicon Valley.

Dos semanas después del discurso lo procesaban por evasión tributaria
y fraude. Kozlowski renunció precisamente mientras la empresa pasaba
malos momentos. De paso, arrastró consigo a Martha Stewart, empresaria
de renombre mediático, árbitro del demi monde neoyorquino
e "ídola" de la burguesía urbana.

Joseph Nacchio, otro modelo exaltado por gurúes y escuelas gerenciales,
fue despedido de Qwest Communications International a dieciséis
meses de ser consagrado "innovador del año" por una revista
de negocios. Nacchio, fundador de la firma, había inflado ventas en US$
1.160 millones. Una tercera estrella del management, el alemán
Ronald Sommer (ex CEO de Deutsche Telekom) había obtenido un premio
al "liderazgo global" en la universidad John Hopkins, donde dicta
cátedra Steve Hanke, ex defensor de la convertibilidad y hoy ideólogo
de la "dolarización a cinco por uno" en Argentina.

La lista de CEO depuestos que eran modelos de la profesión es cada día
más larga. Así surge de un estudio hecho en el Centro para Ética
de Negocios del colegio Bentley (Massachusetts). La nómina incluye a
Jean-Marie Messier (Vivendi Universal), Samuel Waksal (ImClone Systems)
y Bernard Ebbers (WorldCom, empresa que ya bordea la liquidación
lisa y llana).

Aulas en ebullición

Naturalmente, las propias instituciones terciarias dedicadas a management
y gestión han ingresado a una tormentosa fase de cuestionamientos y pases
de facturas. En John Hopkins, Harvard, Stanford, Yale o el MIT -para no mencionar
docenas de "universidades de pueblo chico" que sobreabundan en EE.UU.
y Canadá- , los alumnos están exigiendo explicaciones y cambios.
"Escándalos, maniobras contables y sentencias irán convirtiéndose
en casos de estudio y discusión, aunque no les caiga bien a muchos profesores",
admite James Fischer, del Emerson Center for Business Ethics (universidad
de St.Louis).

"Esto ya alcanza a ciencias políticas y sociales, dado el papel
de funcionarios, auditores y lobbies", añade Fischer. "Los
estudiantes quieren profundizar en las relaciones entre el mundo de los negocios,
el gobierno y la sociedad civil". De hecho, muchos ejecutivos cuyas imágenes
han sido afectadas ya no figuran en elencos docentes estables ni son invitados
a exponer.

También hay cierta resistencia a los gurúes de Wall Street, otrora
frecuentadores de cátedras y paneles universitarios. "Nos ven con
los mismos malos ojos que a los políticos periféricos", confesaba
un CEO de Silicon Valley.

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