Los mandatos de la nueva economía

En el universo de negocios por la Red, el fenómeno conocido como nueva economía se identifica con la velocidad y las innovación constante. En este marco, competir exige a las compañías del mundo ingresar al universo virtual desarrollando una cultura corporativa basada en objetivos dinámicos. A tal punto que quienes abordan el tema lo hacen por dos canales convergentes: el liderazgo y las empresas click & mortar (las tradicionales, con paredes y techo).

Al margen de actividades, sectores y mercados, las empresas se apresuran a incorporar a todo cuanto hacen elementos y conceptos provenientes del e-business. Sin embargo, algunos expertos creen que la clave del éxito reside en el exterior, o sea el mundo off line(el mundo “desconectado”,el mundo fuera de Internet)
porque la mutación parte de la realidad física y la realidad electrónica es su punto de llegada, no su origen.

Este tipo de cambios corporativos involucra el factor humano vía liderazgo personal y la transformación de prácticas comerciales muy arraigadas. De ahí la necesidad de que la conducción muestre a gerentes, empleados, inversores, proveedores y clientes el camino hacia la economía de Internet las oportunidades que ésta ofrece en materia de participación y beneficios.

Cualquiera sea el grado de integración, nueva economía equivale a pensar y moverse a gran velocidad, lo cual requiere una dirección extraordinaria. Ello explica la aparición de libros y monografías que pretenden funcionar como brújulas para navegantes bisoños.

Entre los últimos textos que circulan, Clicks & Mortar, de David S.Pottruck y Terry Pearse parece casi un resumen de orientaciones para facilitar la inevitable travesía hacia el e-commerce. Además, proporciona una serie excelente de estudios de caso sobre la evolución de empresas que son exitosas on line y off line.

En su libro, Pottruck –presidente de Charles Schwab Corporation- y Pearce, CEO de Leadership Communications, brindan sugerencias prácticas sobre cómo armar una cultura corporativa que aproveche las ventajas de las nuevas tecnologías para así lograr una combinación de negocios viable y rentable. En particular, suelen darse procesos de diversificación inconcebibles en los mercados físicos, sobre todo si la empresa en mutación ingresa a un cybermarketing personalizado a partir de las necesidades del cliente.

La velocidad exponencial y la innovación constante, elementos esenciales para competir en Internet, prescriben una cultura corporativa absolutamente distinta a la tradicional. De esto no caben dudas. También es innegable que el entorno comercial actual, en ambos universos, difiere mucho del imperante hace unas décadas. Los avances tecnológicos y ciertos cambios sociopolíticos han creado mercados globales y la necesidad permanente de innovar, con lo cual se terminaron los puestos de trabajo a largo plazo.

Cuando las empresas norteamericanas despidieron a un sinnúmero de personas en los años ’80 y ‘90, la relación empleado-empleador cambió radicalmente. Así, la predisposición al cambio y a la renovación parece formar parte de las características de quienes aspiran a un nuevo puesto laboral. A su vez, la falta de lealtad consiguiente obliga a la empresa de hoy a generar un entorno que inspire compromiso con sus objetivos. Los valores, el lenguaje y el accionar de la conducción son indispensables para el crecimiento en la era del e-business.

En último análisis, el estímulo de trabajar junto a personas con formación y educación diferentes mejora el clima y las perspectivas dentro de la empresa. La diversidad en el ámbito laboral promueve también el crecimiento social, económico e intelectual y, además, ayuda a que la organización comprenda el lugar que ocupa en la comunidad global.

Asimismo, la globalización e Internet han creado un entorno estrictamente competitivo e incompatible con prejuicios apoyados en diferencias de sexo, religión, edad, etnia, etc. Por lo mismo, las estrategia de inclusión no deben modificar los valores fundamentales de la empresa, pero sí abrir las puertas a todo aquel que le sea útil.

Sea cual fuere el sector o el tipo de organización, se sabe que los líderes efectivos cuentan con características similares. Además, suelen responder al perfil siguiente:

· Dedican tiempo a explorar los valores personales.
· Revisan la conducta y las decisiones personales y empresarias del último año, evaluándolas respecto de parámetros explícitos.
· Consultan a pares y superiores para saber si las acciones concuerdan con las palabras.
· Prestan atención a las respuestas negativas. O sea, admiten disensos.
· Hablan con el personal de distintos niveles, piden su opinión y la tienen en cuenta.
En síntesis, ingresar al comercio electrónico es pasar al mundo de la comunicación, no de la mera informática. Las empresas involucradas en el cambio, entonces, han de ofrecer información útil, completa y significativa a los clientes, entablar relaciones de doble vía y participar en un contexto interactivo.

En el universo de negocios por la Red, el fenómeno conocido como nueva economía se identifica con la velocidad y las innovación constante. En este marco, competir exige a las compañías del mundo ingresar al universo virtual desarrollando una cultura corporativa basada en objetivos dinámicos. A tal punto que quienes abordan el tema lo hacen por dos canales convergentes: el liderazgo y las empresas click & mortar (las tradicionales, con paredes y techo).

Al margen de actividades, sectores y mercados, las empresas se apresuran a incorporar a todo cuanto hacen elementos y conceptos provenientes del e-business. Sin embargo, algunos expertos creen que la clave del éxito reside en el exterior, o sea el mundo off line(el mundo “desconectado”,el mundo fuera de Internet)
porque la mutación parte de la realidad física y la realidad electrónica es su punto de llegada, no su origen.

Este tipo de cambios corporativos involucra el factor humano vía liderazgo personal y la transformación de prácticas comerciales muy arraigadas. De ahí la necesidad de que la conducción muestre a gerentes, empleados, inversores, proveedores y clientes el camino hacia la economía de Internet las oportunidades que ésta ofrece en materia de participación y beneficios.

Cualquiera sea el grado de integración, nueva economía equivale a pensar y moverse a gran velocidad, lo cual requiere una dirección extraordinaria. Ello explica la aparición de libros y monografías que pretenden funcionar como brújulas para navegantes bisoños.

Entre los últimos textos que circulan, Clicks & Mortar, de David S.Pottruck y Terry Pearse parece casi un resumen de orientaciones para facilitar la inevitable travesía hacia el e-commerce. Además, proporciona una serie excelente de estudios de caso sobre la evolución de empresas que son exitosas on line y off line.

En su libro, Pottruck –presidente de Charles Schwab Corporation- y Pearce, CEO de Leadership Communications, brindan sugerencias prácticas sobre cómo armar una cultura corporativa que aproveche las ventajas de las nuevas tecnologías para así lograr una combinación de negocios viable y rentable. En particular, suelen darse procesos de diversificación inconcebibles en los mercados físicos, sobre todo si la empresa en mutación ingresa a un cybermarketing personalizado a partir de las necesidades del cliente.

La velocidad exponencial y la innovación constante, elementos esenciales para competir en Internet, prescriben una cultura corporativa absolutamente distinta a la tradicional. De esto no caben dudas. También es innegable que el entorno comercial actual, en ambos universos, difiere mucho del imperante hace unas décadas. Los avances tecnológicos y ciertos cambios sociopolíticos han creado mercados globales y la necesidad permanente de innovar, con lo cual se terminaron los puestos de trabajo a largo plazo.

Cuando las empresas norteamericanas despidieron a un sinnúmero de personas en los años ’80 y ‘90, la relación empleado-empleador cambió radicalmente. Así, la predisposición al cambio y a la renovación parece formar parte de las características de quienes aspiran a un nuevo puesto laboral. A su vez, la falta de lealtad consiguiente obliga a la empresa de hoy a generar un entorno que inspire compromiso con sus objetivos. Los valores, el lenguaje y el accionar de la conducción son indispensables para el crecimiento en la era del e-business.

En último análisis, el estímulo de trabajar junto a personas con formación y educación diferentes mejora el clima y las perspectivas dentro de la empresa. La diversidad en el ámbito laboral promueve también el crecimiento social, económico e intelectual y, además, ayuda a que la organización comprenda el lugar que ocupa en la comunidad global.

Asimismo, la globalización e Internet han creado un entorno estrictamente competitivo e incompatible con prejuicios apoyados en diferencias de sexo, religión, edad, etnia, etc. Por lo mismo, las estrategia de inclusión no deben modificar los valores fundamentales de la empresa, pero sí abrir las puertas a todo aquel que le sea útil.

Sea cual fuere el sector o el tipo de organización, se sabe que los líderes efectivos cuentan con características similares. Además, suelen responder al perfil siguiente:

· Dedican tiempo a explorar los valores personales.
· Revisan la conducta y las decisiones personales y empresarias del último año, evaluándolas respecto de parámetros explícitos.
· Consultan a pares y superiores para saber si las acciones concuerdan con las palabras.
· Prestan atención a las respuestas negativas. O sea, admiten disensos.
· Hablan con el personal de distintos niveles, piden su opinión y la tienen en cuenta.
En síntesis, ingresar al comercio electrónico es pasar al mundo de la comunicación, no de la mera informática. Las empresas involucradas en el cambio, entonces, han de ofrecer información útil, completa y significativa a los clientes, entablar relaciones de doble vía y participar en un contexto interactivo.