Los iraquíes volverán a producir Pepsi auténtica

Una firma iraquí que estuvo catorce años produciendo Pepsi “trucha”, volverá a vender la gaseosa genuina en pocos meses. Así anunció Hamid Dyasim, director de Baghdad Soft Drinks, tras visitar la sede de PepsiCo en Estados Unidos.

14 enero, 2004

En un convenio suscripto hace pocos días, la compañía obtuvo una licencia por cinco años como embotellador y distribuidor exclusivo de la marca. Por ahora, en la zona controlada por EE.UU. No se han dado cifras, pero medios londinenses hablan de “miles de millones”.

“El mercado es promisorio y podría figurar entre los más dinámicos fuera de Occidente”, sostiene Dyasim. “El país es en extremo cálido y seco, pero los iraquíes no beben jugos de frutas, pues prefieren gaseosas”. BSF empezó a colocar Pepsi cuando la firma norteamericana se marchó durante la primera guerra, en 1990.

Desde entonces, Dyasim ha estado envasando y distribuyendo gaseosas formalmente sin marca, pero en botellas de Pepsi importadas de Turquía, Irán y otros países levantinos. Debido al embargo y las restricciones impuestas por las Naciones Unidas, BSF obtenía concentrados en Europa central u oriental y comercializaba bebidas técnicamente ilegales.

“Por supuesto, a PepsiCo la irritaba pero ¿qué podía hacer? No podía despedir a la gente en tanto durasen las sanciones”, explica el empresario. “Tratamos varias veces de entrar en contacto con ellos, pero replicaban –vía intermediarios- que no podían tratar con nosotros”.

La planta estuvo cerrada varias semanas tras la invasión de 2003, pero las actividades se reanudaron a mediados de mayo. Baghdad Soft Drinks está en manos de 30.000 accionistas privados.

En un convenio suscripto hace pocos días, la compañía obtuvo una licencia por cinco años como embotellador y distribuidor exclusivo de la marca. Por ahora, en la zona controlada por EE.UU. No se han dado cifras, pero medios londinenses hablan de “miles de millones”.

“El mercado es promisorio y podría figurar entre los más dinámicos fuera de Occidente”, sostiene Dyasim. “El país es en extremo cálido y seco, pero los iraquíes no beben jugos de frutas, pues prefieren gaseosas”. BSF empezó a colocar Pepsi cuando la firma norteamericana se marchó durante la primera guerra, en 1990.

Desde entonces, Dyasim ha estado envasando y distribuyendo gaseosas formalmente sin marca, pero en botellas de Pepsi importadas de Turquía, Irán y otros países levantinos. Debido al embargo y las restricciones impuestas por las Naciones Unidas, BSF obtenía concentrados en Europa central u oriental y comercializaba bebidas técnicamente ilegales.

“Por supuesto, a PepsiCo la irritaba pero ¿qué podía hacer? No podía despedir a la gente en tanto durasen las sanciones”, explica el empresario. “Tratamos varias veces de entrar en contacto con ellos, pero replicaban –vía intermediarios- que no podían tratar con nosotros”.

La planta estuvo cerrada varias semanas tras la invasión de 2003, pero las actividades se reanudaron a mediados de mayo. Baghdad Soft Drinks está en manos de 30.000 accionistas privados.

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