Los emprendedores, según Charles Handy

En 1999, este irlandés a quien muchos consideran el pensador de management más influyente de Europa, los definió como alquimistas: de la nada crean negocios. Ni superdotados ni magos; son personas que saben aprovechar una oportunidad o el azar.

19 enero, 2007

Para este irlandés, los nuevos alquimistas, son todas aquellas personas que de la nada crean empresas, fundan organizaciones, innovan. Handy habla de alquimistas porque la palabra resalta bien la idea de creatividad y porque, según él, el término “emprendedor” se ha degradado de tanto uso.

“Las nuevas ideas que el mundo necesita raramente vienen desde el interior de las organizaciones establecidas. Son fruto de individuos diferentes”. Estos individuos diferentes son gente común, como cualquiera de nosotros, que el día que surge una oportunidad saben aprovecharla. El azar trae oportunidades para la gente que sabe “mirar”.

Fue el azar lo que generó un Richard Branson, el legendario patrón de Virgin. Branson era disléxico y quería ser deportista. “Pero, una patada en las rodillas terminó con sus proyectos. A los 16 años dejó la escuela y fue a andar por la vida.

El emprendedor no es producto de ningún plan de elaboración personal, pero casi siempre algunas circunstancias de su historia influyeron en su destino.

Para este irlandés, los nuevos alquimistas, son todas aquellas personas que de la nada crean empresas, fundan organizaciones, innovan. Handy habla de alquimistas porque la palabra resalta bien la idea de creatividad y porque, según él, el término “emprendedor” se ha degradado de tanto uso.

“Las nuevas ideas que el mundo necesita raramente vienen desde el interior de las organizaciones establecidas. Son fruto de individuos diferentes”. Estos individuos diferentes son gente común, como cualquiera de nosotros, que el día que surge una oportunidad saben aprovecharla. El azar trae oportunidades para la gente que sabe “mirar”.

Fue el azar lo que generó un Richard Branson, el legendario patrón de Virgin. Branson era disléxico y quería ser deportista. “Pero, una patada en las rodillas terminó con sus proyectos. A los 16 años dejó la escuela y fue a andar por la vida.

El emprendedor no es producto de ningún plan de elaboración personal, pero casi siempre algunas circunstancias de su historia influyeron en su destino.

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