Los dioses griegos del management

Charles Handy realizó una tipología de la conducción gerencial ejemplificada con personajes mitológicos.

19 mayo, 2004

Ningún gerente puede darse el lujo de ignorar las cuatro divinidades de
la gestión que describe Charles Handy en su libro titulado precisamente
“Los dioses del Management” (Oxford University Press). Handy, uno de
los más grandes teóricos del management, recurre a los dioses de
la mitología griega para simbolizar y describir cuatro tipos básicos
de cultura organizacional.

Zeus, patriarca y rey de todos los dioses griegos, gobernaba desde el Monte
Olimpo enviando rayos a quienes lo enojaban y lluvias de oro a quienes quería
seducir. Era temido, respetado, y en ocasiones amado. Era el soberano patriarcal,
impulsivo, poderoso, carismático y benevolente, todo al mismo tiempo. Para
Handy, Zeus representa la cultura del liderazgo carismático y el profesional
libre que sigue sus instintos.

En los negocios, los líderes estilo “Zeus” buscan el poder por
encima de la gente y los acontecimientos. No por una cuestión de egoísmo
sino porque desean hacer cosas. Les entusiasma el desafío de la incertidumbre,
y quieren libertad de acción para sus instintos. Son los entrepreneurs
que conducen empresas nuevas con su carismática personalidad pero que a
la vez dan a su gente la libertad para tomar la iniciativa. Es esta combinación
de liderazgo carismático con independencia general lo que da a la organización
Zeus el aspecto de un club más que de una empresa.

En una cultura de club, los individuos son independientes pero responsables. Impera
en ellas la confianza y no el control. Las decisiones se toman con rapidez (porque
los empleados no tienen que pedir autorización a sus superiores). También
es económica, porque la confianza es más barata que los procedimientos
de control. Pero la confianza es subjetiva, no objetiva.

Apolo, el dios de las leyes y el orden, representa la cultura de la burocracia
tradicional y el control de management.
Las organizaciones tradicionales, con sus detallados manuales de procedimientos,
son las que más reflejan a Apolo como dios gerencial. Una gerencia apolínea
trae orden y control a las organizaciones pormenorizando el trabajo en descripciones
separadas y específicas de las tareas. La descripción del trabajo
controla lo que hace la gente. Los empleados deben cumplir con las tareas especificadas
allí: nada más ni nada menos. Los supervisores existen para asegurarse
de que la gente no haga cosas que no debe hacer. Tomar decisiones es algo que
sólo corresponde a los gerentes. A ellos les corresponde pensar. A los
demás, hacer. En la organización apolínea impera una cultura
de roles en la que se asignan tareas y se supervisa su cumplimiento.

Los líderes estilo “Apolo” son lógicos, secuenciales y
analíticos. Creen en un mundo científico en el que todo se mueve
por algún motivo. Si uno tiene la información, el conocimiento,
las habilidades y la experiencia que hacen falta para analizar esa información,
se va a tomar la decisión correcta.

Atenea, reina guerrera y protectora de Odiseo, que soluciona los problemas
de los artesanos y muestra el camino a los capitanes de navío, representa
la cultura del trabajo de equipo basado en proyectos. Para los ateneos gerenciar
es constantemente buscar soluciones a los problemas. Primero definen el problema,
luego asignan el personal y equipamiento necesario para combatirlo.

En la cultura organizacional de los ateneos, lo único que cuenta es cuán
buenas son las soluciones que encuentra la gente. Talento, creatividad, iniciativa
e intuición son todas características muy apreciadas en estas organizaciones.

Como los diferentes problemas requieren diferentes combinaciones de talentos,
las unidades “comando” a cargo de la solución cambian constantemente.
La gente se reúne en grupos para resolver un problema, luego disuelven
el grupo y arman otro según los talentos que hagan falta.

Por eso, las organizaciones ateneas tienen una cultura de “tareas”.
Es la tarea, el problema a resolver, lo que impulsa a la organización (no
la descripción del trabajo de las organizaciones apolíneas, ni las
personalidades en las organizaciones Zeus).

El líder ateneo se maneja con personas creativas que utilizan el talento
y el ingenio para encontrar soluciones. A este tipo de personas le importa más
la pericia y la experiencia que los títulos y los cargos. En lugar de dar
órdenes, convencen a su gente de que tienen la mejor solución. Deben
conseguir credibilidad.
Las figuras ateneas, como la de Zeus, disfrutan con la variedad. La diferencia
está en que las primeras son solucionadoras, mientras que los gerentes
Zeus son líderes visionarios. Los ateneos se concentran más en las
cosas. Acotan un problema para dedicarse concretamente a él.

Cuando una compañía atenea triunfa, crece; y crecer significa menos
actividad ad-hoc y más rutina y procedimiento. Al final, la cultura de
tareas se convierte en una cultura apolínea. Muchas organizaciones comienzan
siendo ateneas y terminan apolíneas.

Dionisos, el dios del vino y de la música, representa la cultura
del individualismo y la independencia. En la organización dionisíaca,
la organización es esclava del individuo. En las otras tres culturas, ocurre
lo contrario: el individuo es esclavo de la organización. Al mismo tiempo,
lo que quieren para ellos mismos es válido para todos. Esto no es un imperativo
moral, sino lógico: si queremos una sociedad segura y justa, debemos ser
justos nosotros mismos.

Una típica organización dionisíaca es un consultorio médico,
donde cuatro o más médicos comparten una oficina, una secretaria
y un teléfono. Cada uno lleva su negocio como quiere, mantiene su individualismo.
La organización sólo sirve de soporte.

Cada individuo en una sociedad es responsable de su negocio individual. Pero para
que la sociedad funcione, o sea para que de verdad ayude a los individuos a lograr
sus objetivos, las condiciones deben ser las mismas para todos. Los socios en
una cultura dionisíaca se ayudan entre sí, pero no dependen unos
de los otros. El desafío gerencial de la organización dionisíaca
existencialista, es que no puede haber un patrón. Como todos los socios
son iguales, ninguno tiene más autoridad que otros para tomar decisiones.

Hoy, esta clasificación incluye también a los profesionales que
trabajan por contrato, como especialistas en computación, asesores en relaciones
públicas, analistas de sistemas y otros profesionales independientes.
Lo que Handy llama la “teoría de la corrección cultural”
no es otra cosa que un método para mantener un adecuado equilibrio entre
los cuatro dioses. La tarea gerencial será adoptar la cultura adecuada
para cada lugar y propósito.

Ningún gerente puede darse el lujo de ignorar las cuatro divinidades de
la gestión que describe Charles Handy en su libro titulado precisamente
“Los dioses del Management” (Oxford University Press). Handy, uno de
los más grandes teóricos del management, recurre a los dioses de
la mitología griega para simbolizar y describir cuatro tipos básicos
de cultura organizacional.

Zeus, patriarca y rey de todos los dioses griegos, gobernaba desde el Monte
Olimpo enviando rayos a quienes lo enojaban y lluvias de oro a quienes quería
seducir. Era temido, respetado, y en ocasiones amado. Era el soberano patriarcal,
impulsivo, poderoso, carismático y benevolente, todo al mismo tiempo. Para
Handy, Zeus representa la cultura del liderazgo carismático y el profesional
libre que sigue sus instintos.

En los negocios, los líderes estilo “Zeus” buscan el poder por
encima de la gente y los acontecimientos. No por una cuestión de egoísmo
sino porque desean hacer cosas. Les entusiasma el desafío de la incertidumbre,
y quieren libertad de acción para sus instintos. Son los entrepreneurs
que conducen empresas nuevas con su carismática personalidad pero que a
la vez dan a su gente la libertad para tomar la iniciativa. Es esta combinación
de liderazgo carismático con independencia general lo que da a la organización
Zeus el aspecto de un club más que de una empresa.

En una cultura de club, los individuos son independientes pero responsables. Impera
en ellas la confianza y no el control. Las decisiones se toman con rapidez (porque
los empleados no tienen que pedir autorización a sus superiores). También
es económica, porque la confianza es más barata que los procedimientos
de control. Pero la confianza es subjetiva, no objetiva.

Apolo, el dios de las leyes y el orden, representa la cultura de la burocracia
tradicional y el control de management.
Las organizaciones tradicionales, con sus detallados manuales de procedimientos,
son las que más reflejan a Apolo como dios gerencial. Una gerencia apolínea
trae orden y control a las organizaciones pormenorizando el trabajo en descripciones
separadas y específicas de las tareas. La descripción del trabajo
controla lo que hace la gente. Los empleados deben cumplir con las tareas especificadas
allí: nada más ni nada menos. Los supervisores existen para asegurarse
de que la gente no haga cosas que no debe hacer. Tomar decisiones es algo que
sólo corresponde a los gerentes. A ellos les corresponde pensar. A los
demás, hacer. En la organización apolínea impera una cultura
de roles en la que se asignan tareas y se supervisa su cumplimiento.

Los líderes estilo “Apolo” son lógicos, secuenciales y
analíticos. Creen en un mundo científico en el que todo se mueve
por algún motivo. Si uno tiene la información, el conocimiento,
las habilidades y la experiencia que hacen falta para analizar esa información,
se va a tomar la decisión correcta.

Atenea, reina guerrera y protectora de Odiseo, que soluciona los problemas
de los artesanos y muestra el camino a los capitanes de navío, representa
la cultura del trabajo de equipo basado en proyectos. Para los ateneos gerenciar
es constantemente buscar soluciones a los problemas. Primero definen el problema,
luego asignan el personal y equipamiento necesario para combatirlo.

En la cultura organizacional de los ateneos, lo único que cuenta es cuán
buenas son las soluciones que encuentra la gente. Talento, creatividad, iniciativa
e intuición son todas características muy apreciadas en estas organizaciones.

Como los diferentes problemas requieren diferentes combinaciones de talentos,
las unidades “comando” a cargo de la solución cambian constantemente.
La gente se reúne en grupos para resolver un problema, luego disuelven
el grupo y arman otro según los talentos que hagan falta.

Por eso, las organizaciones ateneas tienen una cultura de “tareas”.
Es la tarea, el problema a resolver, lo que impulsa a la organización (no
la descripción del trabajo de las organizaciones apolíneas, ni las
personalidades en las organizaciones Zeus).

El líder ateneo se maneja con personas creativas que utilizan el talento
y el ingenio para encontrar soluciones. A este tipo de personas le importa más
la pericia y la experiencia que los títulos y los cargos. En lugar de dar
órdenes, convencen a su gente de que tienen la mejor solución. Deben
conseguir credibilidad.
Las figuras ateneas, como la de Zeus, disfrutan con la variedad. La diferencia
está en que las primeras son solucionadoras, mientras que los gerentes
Zeus son líderes visionarios. Los ateneos se concentran más en las
cosas. Acotan un problema para dedicarse concretamente a él.

Cuando una compañía atenea triunfa, crece; y crecer significa menos
actividad ad-hoc y más rutina y procedimiento. Al final, la cultura de
tareas se convierte en una cultura apolínea. Muchas organizaciones comienzan
siendo ateneas y terminan apolíneas.

Dionisos, el dios del vino y de la música, representa la cultura
del individualismo y la independencia. En la organización dionisíaca,
la organización es esclava del individuo. En las otras tres culturas, ocurre
lo contrario: el individuo es esclavo de la organización. Al mismo tiempo,
lo que quieren para ellos mismos es válido para todos. Esto no es un imperativo
moral, sino lógico: si queremos una sociedad segura y justa, debemos ser
justos nosotros mismos.

Una típica organización dionisíaca es un consultorio médico,
donde cuatro o más médicos comparten una oficina, una secretaria
y un teléfono. Cada uno lleva su negocio como quiere, mantiene su individualismo.
La organización sólo sirve de soporte.

Cada individuo en una sociedad es responsable de su negocio individual. Pero para
que la sociedad funcione, o sea para que de verdad ayude a los individuos a lograr
sus objetivos, las condiciones deben ser las mismas para todos. Los socios en
una cultura dionisíaca se ayudan entre sí, pero no dependen unos
de los otros. El desafío gerencial de la organización dionisíaca
existencialista, es que no puede haber un patrón. Como todos los socios
son iguales, ninguno tiene más autoridad que otros para tomar decisiones.

Hoy, esta clasificación incluye también a los profesionales que
trabajan por contrato, como especialistas en computación, asesores en relaciones
públicas, analistas de sistemas y otros profesionales independientes.
Lo que Handy llama la “teoría de la corrección cultural”
no es otra cosa que un método para mantener un adecuado equilibrio entre
los cuatro dioses. La tarea gerencial será adoptar la cultura adecuada
para cada lugar y propósito.

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