¿Los blogs un negocio? ¡Shhh … que nadie se entere!

Pocas ideas exitosas escapan al destino de que alguien las use para hacer dinero. El blog no es excepción. Nació como un diario personal que los n.n. del mundo usaban para opinar sobre lo que se les antojare. Hoy, algunos cobran por escribir.

9 mayo, 2005

Cuando apareció, el blog era concebido como una simple herramienta para
que la gente expresara sus opiniones, sentimientos, emociones y demás sobre
el cielo y la tierra. Un blog, se decía, es un diario personal, una tribuna
para opinar sobre política, economía, empresas , sociedad o lo que
fuera y luego recibir comentarios y compartir ideas o discutir con otra gente.
Concretamente, es un sitio web montado,
con pocos conocimientos técnicos, por personas que tienen necesidad o deseos de
publicar sus ideas y compartirlas con los demás.

Cuando fueron millones los blogs que poblaban la Web, surgió entre los
anunciantes la idea de usarlos como un nuevo canal de marketing, sea para campañas
de marca, o para vender, o para promociones.

Y así, poco a poco, comenzó la desnaturalización del blog
original. Hoy su significado es otro. Su aspecto luce más profesional
y su contenido, muchas veces, sirve para comercializar productos y servicios.
Hoy se puede ganar dinero con los blogs.

Interrogado por la prensa sobre el éxito de su emprendimiento, Nick
Denton, director de Gawker Media, desestimó enfáticamente sus
posibilidades comerciales. Gawker es una enorme red de weblogs en permanente
crecimiento, uno de los cuales es Gawker, sitio especializado en noticias y
chimentos. “La gente me pregunta por mi imperio. ¿Qué imperio?
Por favor, no me hagan reír”.
Según él, la única razón por la cual formó
la compañía, fue para hacer más atractiva ante los anunciantes
su red de blogs. En un momento en que se debate el potencial de la forma, cuando
se rumorea que los blogs pueden cambiar el rumbo de los negocios, Denton se
muestra indiferente, incrédulo, escéptico. “Por favor, qué
me vienen con la revolución del blog, Ese tipo de sitio sirve mucho más
para destruir gente, carreras y marcas que para promocionar.”

Durante toda la charla con el periodista, éste atribuye toda la bulla
sobre la supuesta nueva revolución a profesionales del marketing que
quieren creer en un nuevo capítulo. Pero más allá del desdén
y la displicencia con que Denton se refiere a esa “no revolución”,
parece indiscutible que él y su equipo están tratando de convertir
la forma online de diario personal en una empresa, si no lucrativa, al menos
viable. Grandes anunciantes como Audi, Nike y General Electric han tratado de
atraer miradas en los blogs de Gawker.

Gawker Media es un negocio con sede en Nueva York que está creado sobre
la base de un modelo básico de publicación de contenidos. Denton,
británico y ex periodista del Financial Times, fue uno de los pocos que
invirtió en el boom de las punto com y salió rico de dos emprendimientos
tecnológicos. Se resiste a revelar si Gawker es rentable, o cuánto
les paga a los “editores” (bloggers, o las personas que aportan el
contenido).

Lockhart Steele, su editor gerente, fue entrevistado recientemente y en esa
conversación dio los datos concretos que Denton elude. Él es la
persona que está en comunicación constante con los editores ,
repartidos entre Nueva York y el resto del país. Cada editor ha firmado
un contrato según el cual debe publicar 12 veces al día a cambio
de una tarifa plana: US$ 2.500. Les recomiendan publicar, en lo posible, ocho
veces antes del mediodía, para hacer que los lectores vuelvan una y otra
vez. Steel agregó que su compañía está probando
un programa de incentivos para pagar a los redactores sobre la base del tráfico
que atraen.

“Somos rentables”, añadió. “Somos una empresa pequeña,
no tenemos gastos generales, no tenemos oficina. Todos trabajan en su casa.
Nick fundó Gawker con idea de crear un conjunto de blogs en áreas
de temas específicos, contratar redactores independientes, conseguir
mucho tráfico y luego vender publicidad. Como sabía que ningún
sitio serviría por sí solo para ganar fortunas, 10 sitios al menos
servirían para crear un negocio interesante.” Esta cruda descripción
irritó a Denton, quien salió a decir que los datos habían
sido mal interpretados.

La sencillez del modelo explica por sí sola el celo que pone Denton para
descalificar el entusiasmo que genera el potencial comercial de los weblogs.
Sabe perfectamente que los modelos se copian. Sabe también que tiene
competidores con redes más grandes que la suya y que ya están
copiando el modelo Gawker.

El modelo: La idea era atraer a los anunciantes hacia un universo – el de los
blogs — que no conocen y donde temen incursionar. Al agrupar blogs, la compañía
adquiere un aire de respetabilidad. Los anunciantes tratan los títulos
de Gawker con más seriedad porque es parte de un grupo. En los sitios,
el costo por mil de un aviso puede oscilar entre US$ 4 y US$ 50.

“No me voy a hacer rico publicando blogs. No es por el dinero. Tampoco
se trata de corromper el arte del blogger. Si alguien me acusa de publicar según
una rutina – 12 veces al día – es cierto. Creemos en los horarios de
publicación. Pero no hacemos nada que impida el surgimiento de otros
modelos en este sector, o que los redactores independientes sigan haciendo lo
que acostumbraban. Hay lugar para ambas cosas”.

Cuando apareció, el blog era concebido como una simple herramienta para
que la gente expresara sus opiniones, sentimientos, emociones y demás sobre
el cielo y la tierra. Un blog, se decía, es un diario personal, una tribuna
para opinar sobre política, economía, empresas , sociedad o lo que
fuera y luego recibir comentarios y compartir ideas o discutir con otra gente.
Concretamente, es un sitio web montado,
con pocos conocimientos técnicos, por personas que tienen necesidad o deseos de
publicar sus ideas y compartirlas con los demás.

Cuando fueron millones los blogs que poblaban la Web, surgió entre los
anunciantes la idea de usarlos como un nuevo canal de marketing, sea para campañas
de marca, o para vender, o para promociones.

Y así, poco a poco, comenzó la desnaturalización del blog
original. Hoy su significado es otro. Su aspecto luce más profesional
y su contenido, muchas veces, sirve para comercializar productos y servicios.
Hoy se puede ganar dinero con los blogs.

Interrogado por la prensa sobre el éxito de su emprendimiento, Nick
Denton, director de Gawker Media, desestimó enfáticamente sus
posibilidades comerciales. Gawker es una enorme red de weblogs en permanente
crecimiento, uno de los cuales es Gawker, sitio especializado en noticias y
chimentos. “La gente me pregunta por mi imperio. ¿Qué imperio?
Por favor, no me hagan reír”.
Según él, la única razón por la cual formó
la compañía, fue para hacer más atractiva ante los anunciantes
su red de blogs. En un momento en que se debate el potencial de la forma, cuando
se rumorea que los blogs pueden cambiar el rumbo de los negocios, Denton se
muestra indiferente, incrédulo, escéptico. “Por favor, qué
me vienen con la revolución del blog, Ese tipo de sitio sirve mucho más
para destruir gente, carreras y marcas que para promocionar.”

Durante toda la charla con el periodista, éste atribuye toda la bulla
sobre la supuesta nueva revolución a profesionales del marketing que
quieren creer en un nuevo capítulo. Pero más allá del desdén
y la displicencia con que Denton se refiere a esa “no revolución”,
parece indiscutible que él y su equipo están tratando de convertir
la forma online de diario personal en una empresa, si no lucrativa, al menos
viable. Grandes anunciantes como Audi, Nike y General Electric han tratado de
atraer miradas en los blogs de Gawker.

Gawker Media es un negocio con sede en Nueva York que está creado sobre
la base de un modelo básico de publicación de contenidos. Denton,
británico y ex periodista del Financial Times, fue uno de los pocos que
invirtió en el boom de las punto com y salió rico de dos emprendimientos
tecnológicos. Se resiste a revelar si Gawker es rentable, o cuánto
les paga a los “editores” (bloggers, o las personas que aportan el
contenido).

Lockhart Steele, su editor gerente, fue entrevistado recientemente y en esa
conversación dio los datos concretos que Denton elude. Él es la
persona que está en comunicación constante con los editores ,
repartidos entre Nueva York y el resto del país. Cada editor ha firmado
un contrato según el cual debe publicar 12 veces al día a cambio
de una tarifa plana: US$ 2.500. Les recomiendan publicar, en lo posible, ocho
veces antes del mediodía, para hacer que los lectores vuelvan una y otra
vez. Steel agregó que su compañía está probando
un programa de incentivos para pagar a los redactores sobre la base del tráfico
que atraen.

“Somos rentables”, añadió. “Somos una empresa pequeña,
no tenemos gastos generales, no tenemos oficina. Todos trabajan en su casa.
Nick fundó Gawker con idea de crear un conjunto de blogs en áreas
de temas específicos, contratar redactores independientes, conseguir
mucho tráfico y luego vender publicidad. Como sabía que ningún
sitio serviría por sí solo para ganar fortunas, 10 sitios al menos
servirían para crear un negocio interesante.” Esta cruda descripción
irritó a Denton, quien salió a decir que los datos habían
sido mal interpretados.

La sencillez del modelo explica por sí sola el celo que pone Denton para
descalificar el entusiasmo que genera el potencial comercial de los weblogs.
Sabe perfectamente que los modelos se copian. Sabe también que tiene
competidores con redes más grandes que la suya y que ya están
copiando el modelo Gawker.

El modelo: La idea era atraer a los anunciantes hacia un universo – el de los
blogs — que no conocen y donde temen incursionar. Al agrupar blogs, la compañía
adquiere un aire de respetabilidad. Los anunciantes tratan los títulos
de Gawker con más seriedad porque es parte de un grupo. En los sitios,
el costo por mil de un aviso puede oscilar entre US$ 4 y US$ 50.

“No me voy a hacer rico publicando blogs. No es por el dinero. Tampoco
se trata de corromper el arte del blogger. Si alguien me acusa de publicar según
una rutina – 12 veces al día – es cierto. Creemos en los horarios de
publicación. Pero no hacemos nada que impida el surgimiento de otros
modelos en este sector, o que los redactores independientes sigan haciendo lo
que acostumbraban. Hay lugar para ambas cosas”.

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