Le PR Français

Estaba trabajando, cuando me temblaron los vidrios y se movió la taza de café. Sí, me dije, llegó la hora, el oído no me engaña, ¡viva la liberté !

21 septiembre, 2009

<p><em>Por Patricio Cavalli<br />
</em><br />
El sonido era inconfundible. All&iacute; estaban por fin, los Mirage de la Fuerza A&eacute;rea Francesa sobrevolando Buenos Aires. <br />
– Nos liberan, nos liberan, por fin han llegado, le dije a mi encargado mientras buscaba un k&eacute;pi que ponerme y me fijaba si la pasta de dientes tricolor ten&iacute;a el color de la bandera de nuestro nuevo pa&iacute;s. <br />
<br />
– Son los Mirage franceses, le repet&iacute;a al verdulero de la esquina. Es la avanzada de la op&eacute;ration lib&eacute;ration, que viene a liberarnos de esta manga de truhanes que nos mandonean y gobiernan. Muy pronto desembarcar&aacute;n las tropas de la marine de guerre y la l&eacute;gion &eacute;trangere. Y detr&aacute;s de ellos, Lacoste, Vichy, Kookai, Evian, Chateau Laffitte… Ya no como importados si no como marcas na-cio-na-les. Y basta de decirle c&eacute;g&eacute;t&eacute; a la CGT, si no ahora decirle C&eacute;YeTh&eacute;, como en Francia. Al fin, dejar&iacute;amos de ser un simple caj&oacute;n del mundo, para pasar a ser un pa&iacute;s refinado, moderno&hellip;le TGV, le minitel, le brut de brut&hellip; el futuro de abr&iacute;a tras ese tronar avi&oacute;nico. <br />
No me sorprend&iacute;an las personas que miraban desde la calle y balcones el desfile a&eacute;reo. Baj&eacute;. El verdulero me mir&oacute; con su escoba en la mano. <br />
<br />
– Nada que ver jefe. Es <em>Le PR Fran&ccedil;ais</em>, me dijo. <br />
– &iquest;<em>Le quoi</em>?, dije mientras me probaba una boina negra y me pon&iacute;a un medio cigarrillo en la boca, tomaba mi vasito de paxtix y agarraba la bocha para ponerme a jugar petanque en la calle, dado que as&iacute; ser&iacute;an nuestros d&iacute;as de ahora en m&aacute;s. <br />
<br />
– <em>Le PR Fran&ccedil;ais,</em> troesma. Le french PR. Vamos jefe, no sea gil&uacute;n. D&eacute;se cuenta. &iquest;Qu&eacute; pas&oacute; hace cuatro meses? &iquest;No se acuerda de que un Airbus de Air France se cay&oacute; al atl&aacute;ntico? <br />
<br />
– Si&hellip;<br />
<br />
– No diga si, diga <em>oui</em>&hellip; &iquest;Y no le suena casual, que, unos meses despu&eacute;s, aparezca la <em>Patrouille de France</em>, en una gira espectacular por Am&eacute;rica Latina?<br />
<br />
– Ah, <em>sacrebleu</em>&hellip;<br />
– <em>Oui, mon ami</em>. No son giles como usted los franceses. Son sutiles. Dejaron pasar unos meses, y aqu&iacute; esta, la patrouille haciendo volteretas sobre Buenos Aires. Y despu&eacute;s, otras ciudades. Ac&aacute; est&aacute;n, los aviones franceses, los pilotos franceses, la tecnolog&iacute;a francesa, la avi&oacute;nica francesa, la infalibilidad, la s&ucirc;r&eacute;t&eacute; fran&ccedil;aise, desplegadas. Un show a&eacute;reo, adrenalina, toneles, loopings, vuelo raso, pasadas veloces, color, magia, alegr&iacute;a, todo espect&aacute;culo y felicidad en un d&iacute;a de sol&hellip; Esto no es otra cosa que una movida de PR de Francia, para olvidar un poco lo que pas&oacute;. &iquest;O acaso le suena casual, peque&ntilde;o pain au chocolat lleno de ilusiones?<br />
<br />
– &iquest;Y acaso no ley&oacute; los diarios mi <em>petit mont blanc</em>? &iquest; O Lula no acaba de comprarle a Sarko varios aviones, jets, fusiles y <em>sousmarins</em>? &iquest;No le suela casual que vengan a estas costas a mostrar &lsquo;miren que fierros compraron&rsquo;?, interrumpi&oacute; la se&ntilde;ora que siempre aprieta los tomates con los dedos. <br />
– Bueno, ahora que lo dice&hellip; creo que s&iacute;, balbuc&eacute;e. <br />
– No diga si, diga <em>oui</em>, me dijo el verdulero. <br />
Y me fui.</p>
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