Las ONG también tienen que mejorar su gestión y su gobierno

Las ONG tienen directorios formados por voluntarios que, trabajando casi siempre medio tiempo, deben hacer frente a una cantidad de desafíos igual o mayor que las empresas normales. Igual, la ola controladora les aconseja aumentar su eficiencia.

8 marzo, 2004

En Estados Unidos el debate sobre gobierno de la empresa se está trasladando
ahora al ámbito de las organizaciones sin fines de lucro. Varias controversias
ocurridas en la Cruz Roja (sobre la manera de repartir los fondos recaudados),
la Nature Conservancy o la James Irvine Foundation hizo que, por ejemplo, el fiscal
general de Nueva York,Eliot Spitzer, mencionara la posibilidad de aplicar la ley
Sarbanes-Oxley a los directorios del las ONG.

Los directorios de esas organizaciones funcionan con limitaciones especiales.
Son voluntarios que regalan su tiempo, juegan un importante papel en la recaudación
de fondos y en algunos casos son tan numerosos que las reuniones de directorio
se parecen a una conferencia. Deben rendir examen ante un conjunto muy grande
de stakeholders, que rara vez tienen el mismo objetivo.

¿Cómo se puede mejorar el gobierno de las ONG se deben aventurar
en terrenos que están más allá del área tradicional
de recabar fondos, elegir CEO y dictar la política de acción. Una
investigación de McKinsey indica que los mejores directorios también
ofrecen experiencia profesional, representan los intereses de sus organizaciones
antes los líderes comunitarios, reclutan nuevo talento para la organización
y aportan vigilancia de desempeño que cada día exigen más
los que los financian. Esos directorios tienen que ensuciarse las manos con las
tareas que mejor saben hacer tratando de no caer en el micromanament. Los buenos
directorios se adaptan a la realidad de no tener ni el tiempo ni los recursos
necesarios para ocuparse de todas las responsabilidades a la vez. Lo logran dedicando
tiempo adicional a una sola tarea antes de ocuparse de la siguiente.

Elevar este nivel de desempeño lleva tiempo. La investigación
descubrió que muchos directorios de ONG deben resolver temas básicos
como reclutar miembros adecuados y lograr eficiencia en las reuniones. La primera
tarea, entonces, es solucionar lo fundamental: clara visión, buena composición
del directorio y procesos eficaces.

Los desafíos

La investigación de McKinsey, realizada por Paul J. Jansen y Andrea R.
Kilpatrick descubrió algunos problemas recurrentes: falta de consenso
sobre misión y objetivos, directorios mal constituidos y procesos que
no llevan a buen puerto. Cualquiera de ellos provoca pérdida de tiempo,
incumplimiento de responsabilidades y desinterés de los directores.

En primer lugar debe haber claridad de objetivos. Sólo 46% de los directores
encuestados creían que los edemás directores de la junta directiva
podían resumir la misión de las organizaciones para las que trabajan
y presentar una visión de hacia dónde quieren que la organización
esté en cinco años más. Muchas veces, lo que en realidad
ocurre, es falta de coincidencia en cuanto a lo que la organización está
tratando de lograr. La mejor manera de resolver esa confusión es retirarse
a un lugar tranquilo a debatir este problema. Lejos de las actividades cotidianas,
es más probable que puedan resolver las diferencias de opinión
más fundamentales.

La conformación del directorio

Los cambios que se suceden en el entorno competitivo pueden crear la necesidad
de nuevas habilidades en áreas como marketing, tecnología y relaciones
públicas. Lo difícil, sin embargo, es desplazar miembros existentes.
Puede resultar difícil encontrar gente nueva con la misma pasión
y la organización puede ser renuente a perder las conexiones personales
de los directores establecidos. Además, a veces los gerentes muchas veces
se sienten en deuda con miembros del directorio que a lo largo de los años
dieron generosamente su tiempo, su dinero y sus contactos. Algunas soluciones:Los
directores pueden capacitarse para afinar sus habilidades. Otra posibilidad
es expandir el directorio para introducir sangre nueva y fijar límites
para la permanencia de los miembros existentes. Es inevitable que, a la larga
o a la corta, las organizaciones sin fines de lucro reconsideren la forma en
que reemplazan y reclutan directores.

Otra forma de organización es implementar un directorio en dos niveles
y así eliminar la necesidad de prescindir de la valiosa experiencia valiosa,
relaciones y recursos de los directores que se van
En cuanto al reclutamiento de nuevos miembros del directorio, debería
haber una comisión de nombramientos con la responsabilidad de crear un
cuerpo en el que cada miembros aporte no sólo las capacidades de recabar
fondos sino también las habilidades necesarias o las relaciones con líderes
de la comunidad, políticos o reguladores.

Reuniones

Un directorio puede parecer bueno en los papeles. Pero si las reuniones empiezan
y terminan tarde, si sus miembros reciben tarde el material preliminar o si
se presentan sin preparar y nunca queda tiempo para ocuparse en forma de los
temas importantes, el proceso no está funcionando. Si no se cuidan estos
detalles, los directores pierden interés. No hay que olvidar que son
voluntarios que trabajan en forma gratuita. Si sienten que pierden el tiempo
comienzan a faltar y se desconectan.
Los ejecutivos de la organización deberían reunirse con frecuencia
con el presidente del directorio para ver si están aprovechando al máximo
la experiencia colectiva y el entusiasmo de los directores.

Medir resultados

Éste siempre ha sido un tema espinoso para las ONG, especialmente si
tienen misiones como terminar con el hambre, mejorar la educación o cambiar
políticas públicas. Una manera de hacer algo en este sentido es
instar a la gerencia a mirar más allá de las medidas de actividad
y eficiencia y poner el acento en medidas de impacto que reflejan mejor la misión
de la organización.

En Estados Unidos el debate sobre gobierno de la empresa se está trasladando
ahora al ámbito de las organizaciones sin fines de lucro. Varias controversias
ocurridas en la Cruz Roja (sobre la manera de repartir los fondos recaudados),
la Nature Conservancy o la James Irvine Foundation hizo que, por ejemplo, el fiscal
general de Nueva York,Eliot Spitzer, mencionara la posibilidad de aplicar la ley
Sarbanes-Oxley a los directorios del las ONG.

Los directorios de esas organizaciones funcionan con limitaciones especiales.
Son voluntarios que regalan su tiempo, juegan un importante papel en la recaudación
de fondos y en algunos casos son tan numerosos que las reuniones de directorio
se parecen a una conferencia. Deben rendir examen ante un conjunto muy grande
de stakeholders, que rara vez tienen el mismo objetivo.

¿Cómo se puede mejorar el gobierno de las ONG se deben aventurar
en terrenos que están más allá del área tradicional
de recabar fondos, elegir CEO y dictar la política de acción. Una
investigación de McKinsey indica que los mejores directorios también
ofrecen experiencia profesional, representan los intereses de sus organizaciones
antes los líderes comunitarios, reclutan nuevo talento para la organización
y aportan vigilancia de desempeño que cada día exigen más
los que los financian. Esos directorios tienen que ensuciarse las manos con las
tareas que mejor saben hacer tratando de no caer en el micromanament. Los buenos
directorios se adaptan a la realidad de no tener ni el tiempo ni los recursos
necesarios para ocuparse de todas las responsabilidades a la vez. Lo logran dedicando
tiempo adicional a una sola tarea antes de ocuparse de la siguiente.

Elevar este nivel de desempeño lleva tiempo. La investigación
descubrió que muchos directorios de ONG deben resolver temas básicos
como reclutar miembros adecuados y lograr eficiencia en las reuniones. La primera
tarea, entonces, es solucionar lo fundamental: clara visión, buena composición
del directorio y procesos eficaces.

Los desafíos

La investigación de McKinsey, realizada por Paul J. Jansen y Andrea R.
Kilpatrick descubrió algunos problemas recurrentes: falta de consenso
sobre misión y objetivos, directorios mal constituidos y procesos que
no llevan a buen puerto. Cualquiera de ellos provoca pérdida de tiempo,
incumplimiento de responsabilidades y desinterés de los directores.

En primer lugar debe haber claridad de objetivos. Sólo 46% de los directores
encuestados creían que los edemás directores de la junta directiva
podían resumir la misión de las organizaciones para las que trabajan
y presentar una visión de hacia dónde quieren que la organización
esté en cinco años más. Muchas veces, lo que en realidad
ocurre, es falta de coincidencia en cuanto a lo que la organización está
tratando de lograr. La mejor manera de resolver esa confusión es retirarse
a un lugar tranquilo a debatir este problema. Lejos de las actividades cotidianas,
es más probable que puedan resolver las diferencias de opinión
más fundamentales.

La conformación del directorio

Los cambios que se suceden en el entorno competitivo pueden crear la necesidad
de nuevas habilidades en áreas como marketing, tecnología y relaciones
públicas. Lo difícil, sin embargo, es desplazar miembros existentes.
Puede resultar difícil encontrar gente nueva con la misma pasión
y la organización puede ser renuente a perder las conexiones personales
de los directores establecidos. Además, a veces los gerentes muchas veces
se sienten en deuda con miembros del directorio que a lo largo de los años
dieron generosamente su tiempo, su dinero y sus contactos. Algunas soluciones:Los
directores pueden capacitarse para afinar sus habilidades. Otra posibilidad
es expandir el directorio para introducir sangre nueva y fijar límites
para la permanencia de los miembros existentes. Es inevitable que, a la larga
o a la corta, las organizaciones sin fines de lucro reconsideren la forma en
que reemplazan y reclutan directores.

Otra forma de organización es implementar un directorio en dos niveles
y así eliminar la necesidad de prescindir de la valiosa experiencia valiosa,
relaciones y recursos de los directores que se van
En cuanto al reclutamiento de nuevos miembros del directorio, debería
haber una comisión de nombramientos con la responsabilidad de crear un
cuerpo en el que cada miembros aporte no sólo las capacidades de recabar
fondos sino también las habilidades necesarias o las relaciones con líderes
de la comunidad, políticos o reguladores.

Reuniones

Un directorio puede parecer bueno en los papeles. Pero si las reuniones empiezan
y terminan tarde, si sus miembros reciben tarde el material preliminar o si
se presentan sin preparar y nunca queda tiempo para ocuparse en forma de los
temas importantes, el proceso no está funcionando. Si no se cuidan estos
detalles, los directores pierden interés. No hay que olvidar que son
voluntarios que trabajan en forma gratuita. Si sienten que pierden el tiempo
comienzan a faltar y se desconectan.
Los ejecutivos de la organización deberían reunirse con frecuencia
con el presidente del directorio para ver si están aprovechando al máximo
la experiencia colectiva y el entusiasmo de los directores.

Medir resultados

Éste siempre ha sido un tema espinoso para las ONG, especialmente si
tienen misiones como terminar con el hambre, mejorar la educación o cambiar
políticas públicas. Una manera de hacer algo en este sentido es
instar a la gerencia a mirar más allá de las medidas de actividad
y eficiencia y poner el acento en medidas de impacto que reflejan mejor la misión
de la organización.

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