Las mujeres hacen la diferencia

La diversidad es una buena opción.

6 junio, 2019

Por Geraldine Giachello (*)

Décadas atrás, cuando una mujer se proponía desarrollar su carrera en el mercado corporativo debía adquirir atributos masculinos para poder alcanzar las posiciones jerárquicas, era una regla tácita que estaba naturalizada. Hoy, gracias al esfuerzo de quienes empezaron a romper ese paradigma, podemos hablar, sin temor a ser juzgados, de las cualidades que aportan las líderes femeninas.

Si la importancia de la diversidad en la productividad de las organizaciones ya no se discute, menos aún el rol que las mujeres tienen dentro de ellas. Si bien no es algo privativo del género femenino, las mujeres impregnan a sus equipos de predisposición al diálogo, fortalecen la consciencia sobre la imagen positiva, facilidad la empatía, aportando un alto componente de escucha y contención en sus equipos, lo que las hace destacarse en áreas sensibles. Aquellas que atraviesan por la maternidad, fortalecen la efectividad y multifunción, pues deben concentrar su productividad en el menor tiempo posible, tienen la habilidad de buscar y probar caminos: si no es por éste, es por el otro… una regla que nunca falla.

Es por eso que la formación de equipos mixtos, compuestos por hombres y mujeres, genera una visión 360º a la hora de tomar decisiones estratégicas. La inteligencia compartida incrementa la productividad y favorece la formación de talentos, mucho más inclusiva y participativa. Está probado que las compañías diversas e inclusivas, son más innovadoras y creativas.

Pero quiero resaltar que, habló de diversidad, varón y mujeres –complementarios– de la experiencia de 20 años de trabajo en área de control, auditoria y governance, podría asegurar, que ambos deben ser aliados, los equipos mixtos funcionan con dinámicas muy proactivas y a la hora de tomar decisiones la diversidad, es un elemento positivo.

Está claro que el cambio es paulatino y queda mucho por hacer, los datos indican que cada 100 hombres que llegan a posiciones gerenciales, sólo 46 mujeres lo logran, y esto sigue generando un desbalance en equidad salarial.

Cuando se analizan los números, es bueno reconocer el camino recorrido, y también el que aún falta transitar. Es que según el Banco Mundial, si la mujer administrara los ingresos del hogar, aumentaría en 20 veces la probabilidad de supervivencia de sus hijos. El círculo virtuoso de mejora se vería reflejado en varios aspectos de la vida cotidiana, y se aplicaría también en el sector corporativo: las compañías en las que tres o más mujeres ejercen funciones ejecutivas superiores registran un desempeño más alto en todos los aspectos de la eficacia organizacional.

En los países del G20, solo el 40% de las mujeres tienen acceso a una cuenta bancaria, y si bien poseen un tercio del total de las pequeñas y medianas empresas, reciben el 10% de los préstamos otorgados por los bancos. Estas diferencias reflejan la desigualdad en el acceso a oportunidades, lo que dificulta su empoderamiento económico, la escalabilidad de sus negocios y ralentiza la generación de riqueza.

 

Probablemente, por las características propias, del genero femenino, son muchas las mujeres que se destacan en área de control y de compliance, esto es una buen ejemplo, para demostrar el valor de contar con líderes femeninas, pues es un sector que implica delicadeza y fuerza al mismo tiempo, con una mirada atenta y genuina. Estas áreas no solo están alineadas con los objetivos de las empresas, sino también tienen un fuerte impacto en la esfera pública, tanto de gobiernos como de sociedades, abordando temas muy sensibles, que sientan las bases para una nueva organización social.

Es de esperar que los equipos mixtos, en un sentido amplio de la diversidad, se conformen en agentes de cambio, trabajando a partir del talento y desarmando los sesgos inconscientes provenientes de una cultura que está hoy en transformación.

En la Argentina, se está trabajando en lograr una mayor presencia de las mujeres en todos los ámbitos, apoyado en la concientización de programas, acciones y trabajo focalizado en este tema.

Por todo esto, es esencial generar espacios de debate y acompañar a las jóvenes talento para que puedan diseñar su plan de carrera, pues la inserción de la mujer en el ámbito laboral es positivo para todos: ellas, sus familias, las firmas y la sociedad.

 

(*) Asociada de la División Bancos y Servicios Financieros de Lisicki Litvin. Actualmente, es Directora del ComitéÌ de Entidades Financieras del Instituto de Auditores Internos de Argentina (IAIA) y miembro de la Comisión Directiva de esta misma organización.

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