Las marcas de lujo se retiran de las grandes tiendas

Todas las grandes marcas deben competir, en las tiendas por departamento, con un número cada vez mayor de marcas privadas. Además, no son dueñas de controlar ni los precios ni la forma en que se exhiben sus productos.

27 julio, 2005

En poco menos de cinco años, Coach, la gran marca de carteras y artículos de cuero, redujo su dependencia de las grandes tiendas a 11% de sus ventas (15% en el año 2000). Su plan es crear su propio imperio minorista hasta llegar a 350 tiendas propias en los próximos años.

Una estrategia similar es las marcas de moda Polo Ralph Lauren, Guess y Liz Claiborne. Con una notable frustración ante la imposibilidad de controlar precios, de decidir sobre la exposición de sus artículos y cansadas de competir con la proliferación cada vez mayor de minoristas de marcas privadas, todas buscan reducir su dependencia de las tiendas por departamento.

El cambio se produce en un momento en que las marcas de lujo compiten cada vez más con sus distribuidores. Hace apenas 10 años, sólo 25% de las ventas de indumentaria eran de marcas privadas, según el grupo de investigación NPD. Hoy llega esa participación subió a 37%.

Pam Danzinger, autora de Let Them Eat Cake: Marketing to the Masses as Well as the Classes, explica allí que las marcas de lujo están abriendo sus propias tiendas para lograr control absoluto de sus ventas, un tema sumamente importante cuando de lujo se trata.

El segmento de mayor crecimiento de Polo Ralph Lauren durante los dos últimos años es, lejos, la venta minorista. Aunque el mayorista vendió por valor de US$ 1.200 millones en el año fiscal 2004, las ventas aumentaron sólo 1% desde el 2002. En el mismo lapso, el segmento minorista de la marca saltó casi 27%.

En poco menos de cinco años, Coach, la gran marca de carteras y artículos de cuero, redujo su dependencia de las grandes tiendas a 11% de sus ventas (15% en el año 2000). Su plan es crear su propio imperio minorista hasta llegar a 350 tiendas propias en los próximos años.

Una estrategia similar es las marcas de moda Polo Ralph Lauren, Guess y Liz Claiborne. Con una notable frustración ante la imposibilidad de controlar precios, de decidir sobre la exposición de sus artículos y cansadas de competir con la proliferación cada vez mayor de minoristas de marcas privadas, todas buscan reducir su dependencia de las tiendas por departamento.

El cambio se produce en un momento en que las marcas de lujo compiten cada vez más con sus distribuidores. Hace apenas 10 años, sólo 25% de las ventas de indumentaria eran de marcas privadas, según el grupo de investigación NPD. Hoy llega esa participación subió a 37%.

Pam Danzinger, autora de Let Them Eat Cake: Marketing to the Masses as Well as the Classes, explica allí que las marcas de lujo están abriendo sus propias tiendas para lograr control absoluto de sus ventas, un tema sumamente importante cuando de lujo se trata.

El segmento de mayor crecimiento de Polo Ralph Lauren durante los dos últimos años es, lejos, la venta minorista. Aunque el mayorista vendió por valor de US$ 1.200 millones en el año fiscal 2004, las ventas aumentaron sólo 1% desde el 2002. En el mismo lapso, el segmento minorista de la marca saltó casi 27%.

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