La visión estratégica bifocal

Hay que conciliar simultáneamente lo urgente con lo importante, las imperiosas demandas de hoy con las oportunidades de mañana.

19 mayo, 2004

Académicos y escritores especializados en temas de management insisten
en destacar la importancia del liderazgo con “visión”. Pero la
noción más difundida de visión, -unidimensional, estática-
no es suficiente. Hay otro criterio: el que concilia simultáneamente lo
urgente con lo importante, las imperiosas demandas de hoy con las oportunidades
de mañana.

Para hacer frente a sus responsabilidades con los clientes, accionistas e inversionistas
actuales, el líder -que debe tener esta especie de “visión
bifocal”- debe insistir en que los productos y procesos actuales sean continuamente
mejorados y perfeccionados. Al mismo tiempo, para prepararse adecuadamente para
sus responsabilidades con los clientes e inversionistas futuros, el líder
debe insistir en que la compañía se dedique al desarrollo de productos
y procesos del mañana.

La visión bifocal exige prestar atención simultánea al “ahora”
y al “después”. Esto parecería paradójico, pero
los síntomas de este doble procedimiento se advierten en las prácticas
de muchas empresas exitosas. Exige, además, que los directivos definan
las prioridades estratégicas de hoy mientras se definen y posicionan para
el mañana. Exige una disciplina diaria de mirar el presente y el futuro
a la vez, de interpretar hechos, elecciones y decisiones en términos de
sus consecuencias para el presente y en función de las expectativas futuras.
Es un proceso diario y activo.

Académicos y escritores especializados en temas de management insisten
en destacar la importancia del liderazgo con “visión”. Pero la
noción más difundida de visión, -unidimensional, estática-
no es suficiente. Hay otro criterio: el que concilia simultáneamente lo
urgente con lo importante, las imperiosas demandas de hoy con las oportunidades
de mañana.

Para hacer frente a sus responsabilidades con los clientes, accionistas e inversionistas
actuales, el líder -que debe tener esta especie de “visión
bifocal”- debe insistir en que los productos y procesos actuales sean continuamente
mejorados y perfeccionados. Al mismo tiempo, para prepararse adecuadamente para
sus responsabilidades con los clientes e inversionistas futuros, el líder
debe insistir en que la compañía se dedique al desarrollo de productos
y procesos del mañana.

La visión bifocal exige prestar atención simultánea al “ahora”
y al “después”. Esto parecería paradójico, pero
los síntomas de este doble procedimiento se advierten en las prácticas
de muchas empresas exitosas. Exige, además, que los directivos definan
las prioridades estratégicas de hoy mientras se definen y posicionan para
el mañana. Exige una disciplina diaria de mirar el presente y el futuro
a la vez, de interpretar hechos, elecciones y decisiones en términos de
sus consecuencias para el presente y en función de las expectativas futuras.
Es un proceso diario y activo.

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