La magia de la marca no siempre es buen negocio

Hamleys, la emblemática juguetería de Regent Street, Londres, parece estar a punto de cambiar de dueños. Aunque la operación no genera tanto interés como la reciente venta de Selfirdge’s, tiene dos interesados respetables.

9 junio, 2003

Hamleys pertenece a la categoría de tiendas ícono, junto con Liberty,
Harrods, Harvey Nichols, Selfridges y Fortnum & Mason´s. Su marca es de fama
mundial, destino obligado de los 4 millones de turistas que recibe Londres por
año. Y sin embargo el negocio no marcha bien. Después de una década
de dificultades, recién el último balance arrojó una cierta
mejoría.

Parecería, dicen algunos especialistas, que esa posición privilegiada
que tiene la marca en el corazón de los niños y el bolsillo de los
padres es – curiosamente – el corazón de sus limitaciones. La magia de
Hamleys es estar en Londres, más precisamente en Regent Street. La sola
idea de abrir una sucursal rompe el encanto. Y así se da la curiosa contradicción
entre imagen y resultados financieros. "Gran parte del valor agregado de
esos activos (Hamleys, Harrods, Liberty) se relaciona con el lugar donde están
y eso es difícil de repetir", dice el analista de marca Richard Hyman.

Además, marcas como Hamleys, Liberty y Harrod´s, son altamente dependientes
del turismo. Como además son caras, están notablemente expuestas
a los altibajos de la economía mundial. Finalmente, existe también
el problema de la relación entre marca y moda, pues el público joven
tiende a ver las marcas tradicionales como la antítesis de la moda.

Con todas sus dificultades, la gran juguetería tiene interesados. Con un
precio de venta de aproximadamente £46 millones, Tim Waterstone y Jon Asgeir
Johannesson, son dos empresarios que – separadamente — están considerando
la posibilidad de comprar.

Hamleys pertenece a la categoría de tiendas ícono, junto con Liberty,
Harrods, Harvey Nichols, Selfridges y Fortnum & Mason´s. Su marca es de fama
mundial, destino obligado de los 4 millones de turistas que recibe Londres por
año. Y sin embargo el negocio no marcha bien. Después de una década
de dificultades, recién el último balance arrojó una cierta
mejoría.

Parecería, dicen algunos especialistas, que esa posición privilegiada
que tiene la marca en el corazón de los niños y el bolsillo de los
padres es – curiosamente – el corazón de sus limitaciones. La magia de
Hamleys es estar en Londres, más precisamente en Regent Street. La sola
idea de abrir una sucursal rompe el encanto. Y así se da la curiosa contradicción
entre imagen y resultados financieros. "Gran parte del valor agregado de
esos activos (Hamleys, Harrods, Liberty) se relaciona con el lugar donde están
y eso es difícil de repetir", dice el analista de marca Richard Hyman.

Además, marcas como Hamleys, Liberty y Harrod´s, son altamente dependientes
del turismo. Como además son caras, están notablemente expuestas
a los altibajos de la economía mundial. Finalmente, existe también
el problema de la relación entre marca y moda, pues el público joven
tiende a ver las marcas tradicionales como la antítesis de la moda.

Con todas sus dificultades, la gran juguetería tiene interesados. Con un
precio de venta de aproximadamente £46 millones, Tim Waterstone y Jon Asgeir
Johannesson, son dos empresarios que – separadamente — están considerando
la posibilidad de comprar.

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