La importancia de redactar un código de ética

La especialista en recursos humanos, Susan Heathfield, dice en su newsletter que si todo lo que uno tiene es la honestidad, ese tema no debería ser librado al azar. Es importante, entonces, que la organización tenga su propio código de ética.

28 noviembre, 2007

La ética empresarial es un tema importante

Todo el mundo sabe distinguir entre lo que está bien y lo que está
mal. ¿Sí? No. La gente discrepa sobre la definición de
bien y mal todo el tiempo. Por eso es que el tema de la ética empresarial
ha adquirido tanta relevancia en los medios y en las oficinas.

Y a medida que el mundo se va haciendo más complejo, a veces la respuesta
correcta, una que satisfaga a todos — empleados, clientes, empleados potenciales
accionistas, miembros del directorio – se ubica en alguna parte del medio.

Peligros en la ética empresarial

Les propongo que piensen en estos escenarios que ocurren todos los días
en las organizaciones:

Un empleado navega por Internet buscando para comprar artículos de uso
personal en el tiempo de la compañía.

Un gerente de planta decide enviar un producto a un cliente aunque sabe que
las piezas tienen un problema de calidad porque el problema no afecta el funcionamiento
y el cliente probablemente no lo note.

Un empleado pasa varias horas a la semana hablando por su teléfono celular
con sus hijos, o con la encargada de cuidarlos, o la escuela o sus amigos.

Un vendedor marca como “vendidos” algunos artículos en la
base de datos de la compañía, impidiendo así que otros
los vendan auqnque la venta todavía es incierta.

Un gerente comparte información importante de su compañía
con un competidor para conseguir alguna posible ganancia.

Una tienda no responde adecuadamente con la calidad o funcionalidad de un artículo
publicitado.

Un empleado se lleva a su casa para uso personal materiales de la oficina.

Un empleado contable asienta de manera irregular compras y gastos.

Un contador dice a un proveedor que “su cheque ya fue enviado” cuando
sabe que todavía no lo ha hecho.

¿Alguna de estas situaciones les suenan familiares? Seguro que sí.
Uno tropieza con éstas y muchas otras con bastante asiduidad si pasa
algún tiempo en organizaciones. ¿Se trata de “malas personas”
o de “buenas personas” que toman decisiones éticamente cuestionables?

¿Se les pasa siquiera por la cabeza que alguna de estas cosas que hacen
tienen que ver con la ética profesional? Porque cuando se buscan siempre
hay justificaciones. (“Después de todo”, puede pensar el empleado,
“yo le doy mucho tiempo a mi empleador, cuando pienso en el trabajo fuera
de hora, de modo que me merezco un ratito para navegar por la web para mis cosas”).

Entonces, antes de relegar el tema de la ética empresarial al exquisito
mundo académico, filosófico o religioso, considere la posibilidad
de crear para su organización un código de ética empresarial.

Un código que sirva a todos de guía para tomar decisiones. Porque
la reputación de la empresa depende de la suma de todas esas conductas,
que a su vez son vitales para crear la confianza que está en la base
de todas las relaciones exitosas, con clientes, con empleados, con comunidad
y con accionistas. Todo eso es muy importante para que sea librado al azar.

Ese código no va a detener la conducta no ética pero hará
pensar un poco a la gente, y le dará un instrumento para medir y evaluar
su conducta.

La ética empresarial es un tema importante

Todo el mundo sabe distinguir entre lo que está bien y lo que está
mal. ¿Sí? No. La gente discrepa sobre la definición de
bien y mal todo el tiempo. Por eso es que el tema de la ética empresarial
ha adquirido tanta relevancia en los medios y en las oficinas.

Y a medida que el mundo se va haciendo más complejo, a veces la respuesta
correcta, una que satisfaga a todos — empleados, clientes, empleados potenciales
accionistas, miembros del directorio – se ubica en alguna parte del medio.

Peligros en la ética empresarial

Les propongo que piensen en estos escenarios que ocurren todos los días
en las organizaciones:

Un empleado navega por Internet buscando para comprar artículos de uso
personal en el tiempo de la compañía.

Un gerente de planta decide enviar un producto a un cliente aunque sabe que
las piezas tienen un problema de calidad porque el problema no afecta el funcionamiento
y el cliente probablemente no lo note.

Un empleado pasa varias horas a la semana hablando por su teléfono celular
con sus hijos, o con la encargada de cuidarlos, o la escuela o sus amigos.

Un vendedor marca como “vendidos” algunos artículos en la
base de datos de la compañía, impidiendo así que otros
los vendan auqnque la venta todavía es incierta.

Un gerente comparte información importante de su compañía
con un competidor para conseguir alguna posible ganancia.

Una tienda no responde adecuadamente con la calidad o funcionalidad de un artículo
publicitado.

Un empleado se lleva a su casa para uso personal materiales de la oficina.

Un empleado contable asienta de manera irregular compras y gastos.

Un contador dice a un proveedor que “su cheque ya fue enviado” cuando
sabe que todavía no lo ha hecho.

¿Alguna de estas situaciones les suenan familiares? Seguro que sí.
Uno tropieza con éstas y muchas otras con bastante asiduidad si pasa
algún tiempo en organizaciones. ¿Se trata de “malas personas”
o de “buenas personas” que toman decisiones éticamente cuestionables?

¿Se les pasa siquiera por la cabeza que alguna de estas cosas que hacen
tienen que ver con la ética profesional? Porque cuando se buscan siempre
hay justificaciones. (“Después de todo”, puede pensar el empleado,
“yo le doy mucho tiempo a mi empleador, cuando pienso en el trabajo fuera
de hora, de modo que me merezco un ratito para navegar por la web para mis cosas”).

Entonces, antes de relegar el tema de la ética empresarial al exquisito
mundo académico, filosófico o religioso, considere la posibilidad
de crear para su organización un código de ética empresarial.

Un código que sirva a todos de guía para tomar decisiones. Porque
la reputación de la empresa depende de la suma de todas esas conductas,
que a su vez son vitales para crear la confianza que está en la base
de todas las relaciones exitosas, con clientes, con empleados, con comunidad
y con accionistas. Todo eso es muy importante para que sea librado al azar.

Ese código no va a detener la conducta no ética pero hará
pensar un poco a la gente, y le dará un instrumento para medir y evaluar
su conducta.

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