La guerra al ruido

Se difunden rápidamente los grupos que protestan contra la polución acústica. Naturalmente, eso genera nuevas oportunidades de negocios. Aquí, algunas tendencias.

22 junio, 2000

En Estados Unidos aparecen grupos de personas que protestan contra la polución acústica, una de las principales causas de la pérdida de audición.

El ruido surge ahora como uno de los temas más urgentes para la calidad de vida desde que aparecieron las chimeneas industriales, y provoca la sanción de nuevas leyes, la búsqueda de nuevas tecnologías y la vuelta a los aparatos simples.

Estas son algunas tendencias para tener en cuenta.

• Reacción en contra de los motores de nafta. Los enemigos del ruido están contra las cortadoras de césped y las sopladoras de hojas en las áreas suburbanas.

Las autoridades en Los Angeles ya regularon el uso de esas máquinas, y en Santa Bárbara se llegó a prohibirlo totalmente.

Como la cortadora de césped es un instrumento prácticamente indispensable y la gente se resistirá a abandonarlo, seguramente habrá muchas posibilidades para competir con productos alternativos.

Una compañía de Illinois llamada Echo sacó una sopladora de hojas que, dice, es menos de la mitad de ruidosa que el modelo tradicional. Las ventas son altas.

Otro producto que de pronto se ve con renovada popularidad es la vieja cortadora (de césped) manual, fundamentalmente porque no daña el ambiente; pero también porque es silenciosa, porque ahora los jardines son más pequeños y porque está de moda la nostalgia.

• Tecnologías que reducen el ruido. Cada vez hay más demanda de productos que aíslen el ruido.

El hotel Four Seasons de Washington DC inauguró un salón insonorizado donde por US$ 30 uno compra una hora de tranquilidad donde poder descansar en una poltrona de cuero, que se reclina y masajea, y donde hay una heladera bien equipada y, donde es posible –si uno lo desea– escuchar el suave sonido de las olas del mar y el canto de los pájaros.

Otras empresas que aprovechan las innovaciones tecnológicas son, por ejemplo, el Georgia Cancellation Technologies, que anula los ruidos de fondo en las teleconferencias, y Sony, que fabrica auriculares para el tren, el avión o el autobús.

• Poblados sin ruidos. El Congreso de Estados Unidos está debatiendo la aprobación de una ley que prohibiría las bocinas de los automóviles, el ladrido de los perros y la música de los carritos heladeros.

Cualquiera sea el resultado de la iniciativa, lo cierto es que cada vez son más los gobiernos regionales que procuran erradicar el ruido de sus calles.

Quien lidera esta tendencia es la ciudad de Nueva York, que duplicó y triplicó las multas que impone a los que reinciden en infringir las regulaciones de sonido.

• Universidades sin ruido. Los estudiantes en muchos colegios universitarios ahora pueden optar entre vivir en una casa silenciosa, un dormitorio u otra residencia universitaria donde se prohíben los equipos de sonido y la conducta ruidosa.

La Temple University y el Haverford College de Pennsylvania informan que las casas silenciosas son muy solicitadas por los no bebedores, por los estudiantes de los últimas años y por los estudiantes de medicina.

Una población cada vez más intolerante a los ruidos del medio ambiente solicitará cada vez más las tecnologías que permiten absorber ruidos molestos, las cuales, a la vez, serán cada vez más variadas y más baratas.

En Estados Unidos aparecen grupos de personas que protestan contra la polución acústica, una de las principales causas de la pérdida de audición.

El ruido surge ahora como uno de los temas más urgentes para la calidad de vida desde que aparecieron las chimeneas industriales, y provoca la sanción de nuevas leyes, la búsqueda de nuevas tecnologías y la vuelta a los aparatos simples.

Estas son algunas tendencias para tener en cuenta.

• Reacción en contra de los motores de nafta. Los enemigos del ruido están contra las cortadoras de césped y las sopladoras de hojas en las áreas suburbanas.

Las autoridades en Los Angeles ya regularon el uso de esas máquinas, y en Santa Bárbara se llegó a prohibirlo totalmente.

Como la cortadora de césped es un instrumento prácticamente indispensable y la gente se resistirá a abandonarlo, seguramente habrá muchas posibilidades para competir con productos alternativos.

Una compañía de Illinois llamada Echo sacó una sopladora de hojas que, dice, es menos de la mitad de ruidosa que el modelo tradicional. Las ventas son altas.

Otro producto que de pronto se ve con renovada popularidad es la vieja cortadora (de césped) manual, fundamentalmente porque no daña el ambiente; pero también porque es silenciosa, porque ahora los jardines son más pequeños y porque está de moda la nostalgia.

• Tecnologías que reducen el ruido. Cada vez hay más demanda de productos que aíslen el ruido.

El hotel Four Seasons de Washington DC inauguró un salón insonorizado donde por US$ 30 uno compra una hora de tranquilidad donde poder descansar en una poltrona de cuero, que se reclina y masajea, y donde hay una heladera bien equipada y, donde es posible –si uno lo desea– escuchar el suave sonido de las olas del mar y el canto de los pájaros.

Otras empresas que aprovechan las innovaciones tecnológicas son, por ejemplo, el Georgia Cancellation Technologies, que anula los ruidos de fondo en las teleconferencias, y Sony, que fabrica auriculares para el tren, el avión o el autobús.

• Poblados sin ruidos. El Congreso de Estados Unidos está debatiendo la aprobación de una ley que prohibiría las bocinas de los automóviles, el ladrido de los perros y la música de los carritos heladeros.

Cualquiera sea el resultado de la iniciativa, lo cierto es que cada vez son más los gobiernos regionales que procuran erradicar el ruido de sus calles.

Quien lidera esta tendencia es la ciudad de Nueva York, que duplicó y triplicó las multas que impone a los que reinciden en infringir las regulaciones de sonido.

• Universidades sin ruido. Los estudiantes en muchos colegios universitarios ahora pueden optar entre vivir en una casa silenciosa, un dormitorio u otra residencia universitaria donde se prohíben los equipos de sonido y la conducta ruidosa.

La Temple University y el Haverford College de Pennsylvania informan que las casas silenciosas son muy solicitadas por los no bebedores, por los estudiantes de los últimas años y por los estudiantes de medicina.

Una población cada vez más intolerante a los ruidos del medio ambiente solicitará cada vez más las tecnologías que permiten absorber ruidos molestos, las cuales, a la vez, serán cada vez más variadas y más baratas.

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