La experiencia es un valor agregado más

Más agradable que ir al almacén a comprar café es entrar a una confitería, pedir un cafecito y disfrutarlo con canela, chocolate o crema mientras miramos pasar la gente por la calle. Eso es café envuelto en experiencia, y por eso pagamos más.

7 marzo, 2005

Es una manifestación más de valor agregado que las marcas tienen
a disposición para detener lo que algunos definen como su decadencia. A
la vez oportunidad y desafío, la experiencia consiste en crear una situación
agradable y tentadora para lograr que los consumidores no se nieguen a pagar un
poco más por lo que ofrecemos.

La leyenda dice que este concepto de “experiencia” como modo de venta
nació en 1948, cuando Walt Disney encargó a la Universidad de
Stanford un estudio para determinar cuál era el lugar ideal para emplazar
un parque que entonces pensaba llamar Mickey Mouse. Cuando tuvo el resultado
en la mano, 24 hectáreas de tierra en Anaheim, a 40 kilometros al sur
de Los Angeles. Nacía Disneylandia, hermana mayor de DisneyWorld
(Orlando, Florida) y primer gran complejo de entretenimiento de Estados Unidos.
Fue allí donde por primera vez la gente pudo trasladar a su vida real
toda la “magia” que transmitían los programas de televisión.
Disney quería que su parque creara una simulación de la realidad
que él había creado para sus personajes. Según mucha gente
del marketing, fue entonces cuando nació lo que hoy ya se conoce como
“economía de experiencias”.

Esta idea de crear experiencias sirve para marcas de cualquier cosa, siempre
que tengan algo para decir de sí mismas. En el ámbito de las conferencias
Global In-Store Solutions 2000 David Williams (Momentum – Mc Cann Erikson)
explicó la economía de experiencias. Citando a los autores de
“The Experiencia Economy” (B. Joseph Pine II y James H. Gilmore) Williams
dijo que la experiencia es una oferta económica tan diferente de los
servicios como éstos de los bienes. A los consumidores les gustan las
experiencias (agradables) y las empresas responden creándolas. Por lo
tanto, el próximo campo de batalla competitiva entre las empresas se
dará en la organización de experiencias.

Una experiencia es una oferta económica que debe diseñarse deliberadamente
para atraer a aquellos consumidores dispuestos a pagar un sobreprecio por vivirla.No
consiste en crear un solo acontecimiento, porque en ese caso no estamos vendiendo
una oferta económica, dijo. Williams dijo también que la experiencia
representa un género previamente existente pero desarticulado y que el
marketing de experiencia no consiste en crear un evento sólo para aumentar
la preferencia de los clientes por los bienes o servicios de una compañía.
“Si nos quedamos en eso”, explicó “no estamos vendiendo
una oferta económica”.

Williams destacó que “la experiencia representa un género
de rendimiento económico previamente existente pero desarticulado. Al
ser una nueva fuente de valor, pasa a ser la cuarta oferta de valor: DE modo
que ahora las ofertas de valor son:

1)Commodities
2)Bienes
3)Servicios
4)Experiencias

“En la emergente economía de la experiencia, las empresas deben
tomar conciencia de que ya no producen más productos sino ´souvenirs´,
y que ahora no deben entregar servicio sino crear el escenario para generar
el valor económico. Los bienes y servicios ya no son suficientes”,
remató.

Información extractada de “Merchandising News“, Argentina.

Es una manifestación más de valor agregado que las marcas tienen
a disposición para detener lo que algunos definen como su decadencia. A
la vez oportunidad y desafío, la experiencia consiste en crear una situación
agradable y tentadora para lograr que los consumidores no se nieguen a pagar un
poco más por lo que ofrecemos.

La leyenda dice que este concepto de “experiencia” como modo de venta
nació en 1948, cuando Walt Disney encargó a la Universidad de
Stanford un estudio para determinar cuál era el lugar ideal para emplazar
un parque que entonces pensaba llamar Mickey Mouse. Cuando tuvo el resultado
en la mano, 24 hectáreas de tierra en Anaheim, a 40 kilometros al sur
de Los Angeles. Nacía Disneylandia, hermana mayor de DisneyWorld
(Orlando, Florida) y primer gran complejo de entretenimiento de Estados Unidos.
Fue allí donde por primera vez la gente pudo trasladar a su vida real
toda la “magia” que transmitían los programas de televisión.
Disney quería que su parque creara una simulación de la realidad
que él había creado para sus personajes. Según mucha gente
del marketing, fue entonces cuando nació lo que hoy ya se conoce como
“economía de experiencias”.

Esta idea de crear experiencias sirve para marcas de cualquier cosa, siempre
que tengan algo para decir de sí mismas. En el ámbito de las conferencias
Global In-Store Solutions 2000 David Williams (Momentum – Mc Cann Erikson)
explicó la economía de experiencias. Citando a los autores de
“The Experiencia Economy” (B. Joseph Pine II y James H. Gilmore) Williams
dijo que la experiencia es una oferta económica tan diferente de los
servicios como éstos de los bienes. A los consumidores les gustan las
experiencias (agradables) y las empresas responden creándolas. Por lo
tanto, el próximo campo de batalla competitiva entre las empresas se
dará en la organización de experiencias.

Una experiencia es una oferta económica que debe diseñarse deliberadamente
para atraer a aquellos consumidores dispuestos a pagar un sobreprecio por vivirla.No
consiste en crear un solo acontecimiento, porque en ese caso no estamos vendiendo
una oferta económica, dijo. Williams dijo también que la experiencia
representa un género previamente existente pero desarticulado y que el
marketing de experiencia no consiste en crear un evento sólo para aumentar
la preferencia de los clientes por los bienes o servicios de una compañía.
“Si nos quedamos en eso”, explicó “no estamos vendiendo
una oferta económica”.

Williams destacó que “la experiencia representa un género
de rendimiento económico previamente existente pero desarticulado. Al
ser una nueva fuente de valor, pasa a ser la cuarta oferta de valor: DE modo
que ahora las ofertas de valor son:

1)Commodities
2)Bienes
3)Servicios
4)Experiencias

“En la emergente economía de la experiencia, las empresas deben
tomar conciencia de que ya no producen más productos sino ´souvenirs´,
y que ahora no deben entregar servicio sino crear el escenario para generar
el valor económico. Los bienes y servicios ya no son suficientes”,
remató.

Información extractada de “Merchandising News“, Argentina.

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