La era del empleado versátil

Parecería que el concepto de planeamiento de carrera laboral dejó de ser una opción para la mayoría.

21 marzo, 2000

Para tener éxito en los próximos años, los empleados en todos los niveles de la organización tendrán que considerar acuerdos laborales totalmente diferentes, que se acomoden a las nuevas condiciones del mercado, también totalmente diferentes.

Deberán asumir la responsabilidad por sus propias carreras laborales y ajustarlas a sus propias definiciones de éxito. También deberán ser más responsables de su propia motivación laboral y ajustar esa motivación a las necesidades de la compañía. La motivación intrínseca del empleado, razonablemente ligada a los objetivos de la firma, será un ingrediente necesario para mantener un trabajo. Algunos expertos están pidiendo a los empleados que desarrollen autoconfianza y que siempre tengan un “plan de marketing” personal en operación.

Ajustarse a las nuevas realidades del mercado no será fácil para ninguno de nosotros. La gente que ahora está en sus 20 años – también llamada la Generación X, o los “Baby Busters” -está descubriendo que cualquier intento de usar un título universitario como camino hacia la estabilidad laboral y el éxito es muy probable que termine en frustración.

Aunque las últimas estadísticas muestran que los graduados universitarios todavía ganan casi el doble que los que tienen título secundario cuando entran al mercado laboral, las posibilidades laborales no parecen brillantes para los que están a punto de graduarse en alguna universidad. Según el Bureau of Labour Statistics, “30% de los graduados universitarios que entren al mercado laboral de ahora al 2005 estará sin empleo o demasiado preparado para el empleo que consiga”.

Esta es la generación que vio a sus padres construir una vida de trabajo a base de lealtad al lugar que lo empleaba para terminar recibiendo un despido o una invitación a retirarse. No es sorprendente que muchos miembros de esta generación sienta poco sentido de identidad con sus empleadores, si los encuentran. Los empleos serán cada vez más difíciles de encontrar.

Parecería que el concepto de planeamiento de carrera laboral, que se desarrolló históricamente a partir de la Revolución Industrial, ha dejado de ser una opción para la mayoría de los estadounidenses. Lo máximo que un empleado puede esperar a lo largo de una vida es mantener cargos aceptables y desarrollar la motivación personal que hace falta para retener esos cargos.

¿Cómo encontrar trabajo satisfactorio y seguridad razonable? La evidencia sugiere que el mercado laboral se caracterizará por el “empleo situacional”. Por ejemplo, un reportero de periódicos podría abandonar la ambición de su vida de escribir artículos periodísticos que lo hagan famoso y a cambio aceptar el cargo de especialista en relaciones públicas para una organización sin fines de lucro, con el objeto de mantener a su familia en un estado de solvencia financiera.

Los técnicos podían encontrarse haciendo trabajos gerenciales, trabajadores sociales podrían formar parte de un plantel de ventas para una determinada industria y un abogado podría hacer tareas gerenciales sin ninguna conexión con las leyes. Y aun aceptando sustituciones como éstas, muchos individuos estarán subempleados por largo tiempo, tal vez toda la vida. Estos individuos deberán encontrar satisfacción personal a través de las relaciones familiares, actividades comunitarias o hobbies.

El empleo situacional siempre ha tenido un papel importante – a veces subestimado – en el mundo del trabajo. Sin embargo, en el pasado se lo asoció a la tácita suposición que el nuevo empleo conduciría a una posición más enriquecedora y que el nuevo camino aumentaría la movilidad ascendente. Eso ya no es así. Sólo encontrar un trabajo que brinde la mínima satisfacción posible será el objetivo de gran parte de la población de Estados Unidos. Los requisitos de habilidad laboral de un empleo situacional nuevo, en el mejor de los casos, estarán sólo tangencialmente relacionados con la experiencia previa de la persona o sus objetivos laborales.

Las consecuencias del empleo situacional han dado origen a algunas respuestas que, lamentablemente, sólo son soluciones parciales.

En primer lugar están los planes de contingencia, que consisten en controlar permanentemente el propio trabajo para advertir sin demoras cuando puede ocurrir algún contratiempo que termine con esa estabilidad. Los empleados se están acostumbrando a trabajar en un permanente estado de alerta.

Luego está la protección del gobierno. Aunque el seguro universal de salud está haciendo mucho ruido, los estadounidenses se están acostumbrando a manejar sus propios seguros de vida, su propia cobertura médica y sus propios planes de jubilación.

De todas formas, es poco realista suponer que millones de empleados, con inestabilidad laboral y con escaso entrenamiento financiero, sean capaces de manejar este tipo de planeamiento.

En tercer lugar se advierte, ya, un resurgimiento de la figura del aprendiz; con el rápido cambio del conocimiento se hacen necesarios los sistemas de aprendizaje de épocas pasadas para actualizar constantemente conocimientos anteriores. Finalmente, el tema del subempleo. Para muchos el fenómeno del subempleo no será un fenómeno temporario sino que los seguirá a lo largo de su vida laboral.

Para tener éxito en los próximos años, los empleados en todos los niveles de la organización tendrán que considerar acuerdos laborales totalmente diferentes, que se acomoden a las nuevas condiciones del mercado, también totalmente diferentes.

Deberán asumir la responsabilidad por sus propias carreras laborales y ajustarlas a sus propias definiciones de éxito. También deberán ser más responsables de su propia motivación laboral y ajustar esa motivación a las necesidades de la compañía. La motivación intrínseca del empleado, razonablemente ligada a los objetivos de la firma, será un ingrediente necesario para mantener un trabajo. Algunos expertos están pidiendo a los empleados que desarrollen autoconfianza y que siempre tengan un “plan de marketing” personal en operación.

Ajustarse a las nuevas realidades del mercado no será fácil para ninguno de nosotros. La gente que ahora está en sus 20 años – también llamada la Generación X, o los “Baby Busters” -está descubriendo que cualquier intento de usar un título universitario como camino hacia la estabilidad laboral y el éxito es muy probable que termine en frustración.

Aunque las últimas estadísticas muestran que los graduados universitarios todavía ganan casi el doble que los que tienen título secundario cuando entran al mercado laboral, las posibilidades laborales no parecen brillantes para los que están a punto de graduarse en alguna universidad. Según el Bureau of Labour Statistics, “30% de los graduados universitarios que entren al mercado laboral de ahora al 2005 estará sin empleo o demasiado preparado para el empleo que consiga”.

Esta es la generación que vio a sus padres construir una vida de trabajo a base de lealtad al lugar que lo empleaba para terminar recibiendo un despido o una invitación a retirarse. No es sorprendente que muchos miembros de esta generación sienta poco sentido de identidad con sus empleadores, si los encuentran. Los empleos serán cada vez más difíciles de encontrar.

Parecería que el concepto de planeamiento de carrera laboral, que se desarrolló históricamente a partir de la Revolución Industrial, ha dejado de ser una opción para la mayoría de los estadounidenses. Lo máximo que un empleado puede esperar a lo largo de una vida es mantener cargos aceptables y desarrollar la motivación personal que hace falta para retener esos cargos.

¿Cómo encontrar trabajo satisfactorio y seguridad razonable? La evidencia sugiere que el mercado laboral se caracterizará por el “empleo situacional”. Por ejemplo, un reportero de periódicos podría abandonar la ambición de su vida de escribir artículos periodísticos que lo hagan famoso y a cambio aceptar el cargo de especialista en relaciones públicas para una organización sin fines de lucro, con el objeto de mantener a su familia en un estado de solvencia financiera.

Los técnicos podían encontrarse haciendo trabajos gerenciales, trabajadores sociales podrían formar parte de un plantel de ventas para una determinada industria y un abogado podría hacer tareas gerenciales sin ninguna conexión con las leyes. Y aun aceptando sustituciones como éstas, muchos individuos estarán subempleados por largo tiempo, tal vez toda la vida. Estos individuos deberán encontrar satisfacción personal a través de las relaciones familiares, actividades comunitarias o hobbies.

El empleo situacional siempre ha tenido un papel importante – a veces subestimado – en el mundo del trabajo. Sin embargo, en el pasado se lo asoció a la tácita suposición que el nuevo empleo conduciría a una posición más enriquecedora y que el nuevo camino aumentaría la movilidad ascendente. Eso ya no es así. Sólo encontrar un trabajo que brinde la mínima satisfacción posible será el objetivo de gran parte de la población de Estados Unidos. Los requisitos de habilidad laboral de un empleo situacional nuevo, en el mejor de los casos, estarán sólo tangencialmente relacionados con la experiencia previa de la persona o sus objetivos laborales.

Las consecuencias del empleo situacional han dado origen a algunas respuestas que, lamentablemente, sólo son soluciones parciales.

En primer lugar están los planes de contingencia, que consisten en controlar permanentemente el propio trabajo para advertir sin demoras cuando puede ocurrir algún contratiempo que termine con esa estabilidad. Los empleados se están acostumbrando a trabajar en un permanente estado de alerta.

Luego está la protección del gobierno. Aunque el seguro universal de salud está haciendo mucho ruido, los estadounidenses se están acostumbrando a manejar sus propios seguros de vida, su propia cobertura médica y sus propios planes de jubilación.

De todas formas, es poco realista suponer que millones de empleados, con inestabilidad laboral y con escaso entrenamiento financiero, sean capaces de manejar este tipo de planeamiento.

En tercer lugar se advierte, ya, un resurgimiento de la figura del aprendiz; con el rápido cambio del conocimiento se hacen necesarios los sistemas de aprendizaje de épocas pasadas para actualizar constantemente conocimientos anteriores. Finalmente, el tema del subempleo. Para muchos el fenómeno del subempleo no será un fenómeno temporario sino que los seguirá a lo largo de su vida laboral.

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